Lo tiene difícil Chacón. Admiro su buena voluntad y sus ganas de hacer amigos en el país de la propiedad inmobiliaria. Pero ha llegado con un paquete de medidas para contentar a inquilinos y caseros reales y potenciales, con un coste económico muy estudiable para el señor Solbes e incompatible con las pretensiones de unos para que se apoye a los damnificados por el euribor (CiU) y de otros para que no se solapen las ideas nacionales con las autonómicas (PP). Todo ello sin sabotajes en la web ni críticas periodísticas. Y recibiendo votos en marzo. Adjunto la noticia de El Mundo, por aquello de equilibrar gustos.
El problema del alquiler en España va más allá del precio y de la falta de garantías, como se viene diciendo. El propietario tiene toda la legitimidad para pedir seguridad en el cobro y en el trato de su vivienda (en el fondo, a los buenos inquilinos no nos afectarán las mejoras en este sentido). Pero si no se incentiva la demanda, sobre todo en mercados no cautivos, podemos provocar un exceso de oferta y consiguiente bajada de precios que perjudique al propietario por falta de rentabilidad. Así que difícilmente se va a conseguir cuadrar la cosa si no hay un cambio de cultura, tarea más compleja que una batería de ayudas y leyes.
En cualquier caso, me parece bien la idea de recuperar las deducciones fiscales a los inquilinos para todo el territorio (en Cantabria ya las disfrutamos). Por aquello de la equidad, no sé si me entienden ustedes. O simplemente por sentido común. Pero esto es más difícil.