El informe de la publicación económica británica estaba escrito para ridiculizar a España, para qué nos vamos a engañar. Comienza con una supuesta entrevista a Mr. Zapatero, todavía aspirante a invitado y continúa recabando información de gente como Mrs. Cospedal. Vamos, que todo muy objetivo. Dedica bastante espacio a contar algo que Alfonso Guerra ya nos había adelantado en su día: que a España no la conoce ni la madre que la parió. Y el tonito del informe revela un irritante chincha-chincha, que se nos acabó la barra libre, como si españoles y británicos no compartiéramos el mismo gen propietario y parecidos problemas de liquidez. Lo único que se salva del informe, por decir algo, es que igual se nos ha ido la mano con la descentralización, aunque lo hace recurriendo a topicazos como que el proceso autonómico lo impulsaron unos pocos separatistas malvados y codiciosos que lo quieren todo, todo y todo para ellos y nada de nada para los demás. Es cierto que no le acabamos de coger el punto al sistema, pero la razón no está necesariamente en su planteamiento centrífugo y clientelista sino en que la economía no tiene por qué funcionar de acuerdo con criterios administrativos, geográficos o políticos. Por mucho que el lehendakari diga que el futuro económico de Euskadi lo van a decidir los vascos con él al frente.
Así que no entiendo la rabieta de los catalanes, la verdad. En el fondo, nos está bien empleado por hablar de algunos de nuestros socios desde el desconocimiento, ya sabéis a qué me refiero: los británicos no tienen sentido del humor, los estadounidenses son unos paletos pre-civilizados, los franceses van de potentados por la vida y los alemanes se toman el trabajo demasiado en serio. Y sin embargo, hemos compartido mesa con todos ellos este fin de semana. Todo un lujo. Pero no nos equivoquemos: que haya sido por méritos diplomáticos ajenos no quiere decir que tengamos que vivir acomplejados. La nota de color -a falta de Obama, perdón por el humor negro- sólo la podía poner Zapatero, dicho sea sin la menor ironía, por ser el socialista de la familia. Por lo demás, yo eché de menos una contestación a Bush tras su alegato en favor del mercado libre. Porque los empujones a la demanda con la política de tipos bajos son trampa. Y también lo es el librecambio asimétrico: comercio con los vecinos que quiero y con los productos que yo quiero. Así cualquiera defiende el capitalismo de mercado.
En cuanto a las conclusiones de la cumbre, no hay nada del otro mundo. Como siempre, todo se resuelve metiendo más funcionarios, esta vez con la excusa de un nuevo organismo que controle a otros organismos. Lo demás ya lo veníamos pidiendo todos: mecanismos para la transparencia, dinero público inyectado en vena, compromiso por el multilateralismo -a ver si es verdad que desbloqueamos Doha- y, quizá lo más interesante, dedicar el 2% del PIB a incentivos fiscales o inversiones públicas. Lo más interesante si no tuviéramos esa cantidad ya comprometida y con poco margen para aumentarla o desviarla a otros fines.
Tampoco vamos a esperar que el capitalismo se refunde en dos días, leñe. Es que lo queremos todo. Tengamos paciencia y estemos atentos a los próximos acontecimientos.
Saludos.