Vamos a ver. Uno pasa todo el día fuera de casa -ganándose el pan, por supuesto- y se encuentra a la vuelta con toda la prensa económica revolucionada. Porque hoy ha dado para mucho, caray. Así que permitan mis seguidores que me olvide por hoy de Greenspan, de la Reserva Federal y del Banco de España. Sólo hasta ver cómo reaccionan mañana nuestros gaseosos mercados bursátiles, interbancarios y de divisas.
Ahora las nuevas ayudas al alquiler. El gran salto anunciado por ZP a instancias de Chacón y con el permiso de Solbes. Y como siempre, me doy por enterado del plan y digo lo que pienso sobre él. Por partes, para que quede clarito:
- Para que una medida sea electoralista, tiene que gustarle al vulgo. Y en este país nadie quiere oír hablar de alquilar ni gratis, salvo unos pocos sensatos. Recurso escaso la sensatez.
- Dada la cultura propietaria imperante, dudo que haya una avalancha de nuevos demandantes. A los 30 el español medio vive en casa de sus padres y pocos se van a independizar por una minúscula ayuda, más ridícula en las ciudades más caras. Así que no, señores del PP, los alquileres no van a subir 210 €. El alquiler no funciona como los libros de texto. En cualquier caso, buen intento.
- Nunca debimos llegar a esta situación. Nuestra economía de Champions irá muy bien pero los bolsillos españoles siguen cobrando el sueldo del equipo de mi barrio. Ha llegado el momento de compensar, aliviar, dar un pequeño estímulo keynesiano a la maltrecha demanda. Que conste que no me relaciono con keynesianos.
- No sé qué pensarán los potenciales caseros de menores de 35 años en cuanto a la gracia fiscal que les van a hacer. Me parece que se queda corta y tampoco veremos avalancha por el lado de la oferta. De todas formas esto será más fácil de comprobar que la evolución de la demanda, de la cual no existen datos reales.
Pues esto es lo que se me ocurre a estas horas de la noche. Mañana más.