Negros nubarrones sobre la industria del automóvil
Lejos quedan los tiempos de oro de la industria del automóvil europeo, con grandes inversiones directas en el extranjero y respuestas oligopolísticas subsiguientes, aspecto muy relacionado con mi posterior Tesis Doctoral a mi trabajo en la industria.
Viví un gran momento del automóvil europeo como Analista de Finanzas y Supervisor de Finanzas en General Motors España, algún tiempo en la fase de preproducción en la Calle Capitán Portolés de Zaragoza y también en los inicios de la producción del Corsa y del Kadett (en este segundo caso, la simulación y el what if fue clave para el ok de Finanzas), en Figueruelas, en el Departamento de Finanzas, secciones de Project Implementation, Expense Accounting y Cost Analysis. Como en la canción "Flaca" de Andrés Calamaro "Eran tiempos dorados de un pasado mejor", en este caso para el automóvil.
Las perspectivas ahora de la industria para la segunda mitad de esta década de los años veinte de siglo XXI, supuestamente prodigiosa en muchos aspectos, esperemos que así sea sobre todo por el desarrollo de la Inteligencia Artificial, no son nada halagüeñas en algunos sectores y se vislumbra un importante ajuste que quizás va a suponer, entre otros aspectos, un notable aumento de los despidos incluso en auténticas marcas míticas y legendarias como BMV, Mercedes Benz y Volkswagen, que podrían incluso quizás, sólo quizás, desaparecer en su concepción actual.
Como casi siempre, los economistas echamos mano como acertado factor explicativo, entre otros, de todos los fenómenos económicos y financieros, del mercado, de la oferta y la demanda. La industria del automóvil se desploma, no en todos los países, pero especialmente Europa sufre una caída en la demanda, por lo tanto, afecta negativamente a la producción, exportaciones, etc. Además está el tema de la adaptación de la industria al vehículo electrificado con constante innovación y cuantiosas inversiones, la creciente competencia del vehículo de hidrógeno, la necesidad de un marco regulatorio más realista y con menos incertidumbre, así como con mayores ayudas tanto a empresas como sobre todo a consumidores.
La industria del automóvil languidece pues en algunos países debido principalmente a la caída de la demanda en Europa y la adaptación de las fábricas a la producción de vehículos electrificados, el factor precio como siempre es también determinante y en este caso desestimulante, además de los problemas del mercado de trabajo en cuanto a productividad y bajos niveles de sueldos y salarios en general. Esta amalgama de factores, entre otros, propicia una tormenta económica y financiera que provoca un necesario ajuste y disminución en la producción, afectando especialmente a los turismos y las exportaciones, con caídas significativas en las series de datos, que pueden consultarse por ejemplo en ANFAC.
Especialmente preocupante es la situación de Francia y Alemania por lo referido al hundimiento de la demanda, lo que lógicamente afecta a otros países, como es el caso español y sus diversas plantas industriales, normalmente mayoritariamente de ensamblaje y no de investigación e innovación, por lo referido a exportaciones, además de la caída de la demanda interna.
La solución al negro panorama que se va dibujando no es sencilla, ya que además existen factores exógenos que se controlan poco y quizás se están manejando en el poco margen de maniobra que hay, de manera poco adecuada, como es el caso de China, entre otros países. En ocasiones, los mensajes que se mandan al mercado por parte de importantes agentes del mismo tampoco son muy alentadores. No obstante, en estas breves reflexiones ya hemos apuntado, directa e indirectamente, algunas soluciones. Es mi modesta opinión.
Luis Ferruz Agudo / Escritor, economista y naturalista /
Lejos quedan los tiempos de oro de la industria del automóvil europeo, con grandes inversiones directas en el extranjero y respuestas oligopolísticas subsiguientes, aspecto muy relacionado con mi posterior Tesis Doctoral a mi trabajo en la industria.
Viví un gran momento del automóvil europeo como Analista de Finanzas y Supervisor de Finanzas en General Motors España, algún tiempo en la fase de preproducción en la Calle Capitán Portolés de Zaragoza y también en los inicios de la producción del Corsa y del Kadett (en este segundo caso, la simulación y el what if fue clave para el ok de Finanzas), en Figueruelas, en el Departamento de Finanzas, secciones de Project Implementation, Expense Accounting y Cost Analysis. Como en la canción "Flaca" de Andrés Calamaro "Eran tiempos dorados de un pasado mejor", en este caso para el automóvil.
Las perspectivas ahora de la industria para la segunda mitad de esta década de los años veinte de siglo XXI, supuestamente prodigiosa en muchos aspectos, esperemos que así sea sobre todo por el desarrollo de la Inteligencia Artificial, no son nada halagüeñas en algunos sectores y se vislumbra un importante ajuste que quizás va a suponer, entre otros aspectos, un notable aumento de los despidos incluso en auténticas marcas míticas y legendarias como BMV, Mercedes Benz y Volkswagen, que podrían incluso quizás, sólo quizás, desaparecer en su concepción actual.
Como casi siempre, los economistas echamos mano como acertado factor explicativo, entre otros, de todos los fenómenos económicos y financieros, del mercado, de la oferta y la demanda. La industria del automóvil se desploma, no en todos los países, pero especialmente Europa sufre una caída en la demanda, por lo tanto, afecta negativamente a la producción, exportaciones, etc. Además está el tema de la adaptación de la industria al vehículo electrificado con constante innovación y cuantiosas inversiones, la creciente competencia del vehículo de hidrógeno, la necesidad de un marco regulatorio más realista y con menos incertidumbre, así como con mayores ayudas tanto a empresas como sobre todo a consumidores.
La industria del automóvil languidece pues en algunos países debido principalmente a la caída de la demanda en Europa y la adaptación de las fábricas a la producción de vehículos electrificados, el factor precio como siempre es también determinante y en este caso desestimulante, además de los problemas del mercado de trabajo en cuanto a productividad y bajos niveles de sueldos y salarios en general. Esta amalgama de factores, entre otros, propicia una tormenta económica y financiera que provoca un necesario ajuste y disminución en la producción, afectando especialmente a los turismos y las exportaciones, con caídas significativas en las series de datos, que pueden consultarse por ejemplo en ANFAC.
Especialmente preocupante es la situación de Francia y Alemania por lo referido al hundimiento de la demanda, lo que lógicamente afecta a otros países, como es el caso español y sus diversas plantas industriales, normalmente mayoritariamente de ensamblaje y no de investigación e innovación, por lo referido a exportaciones, además de la caída de la demanda interna.
La solución al negro panorama que se va dibujando no es sencilla, ya que además existen factores exógenos que se controlan poco y quizás se están manejando en el poco margen de maniobra que hay, de manera poco adecuada, como es el caso de China, entre otros países. En ocasiones, los mensajes que se mandan al mercado por parte de importantes agentes del mismo tampoco son muy alentadores. No obstante, en estas breves reflexiones ya hemos apuntado, directa e indirectamente, algunas soluciones. Es mi modesta opinión.
Luis Ferruz Agudo / Escritor, economista y naturalista /