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       La Reforma de las Pensiones – V

       Muy típico de los políticos hablarnos de promesas, inversiones y gastos, pero en muchas ocasiones  sin calendario de implantación y sin concretar la financiación y equilibrios financieros. También muy bueno la cloroformización de la ciudadanía sacando balones a futuro y hablar de lo bueno que va a ser el  próximo año, el horizonte 2030, o incluso el horizonte 2050. A veces los científicos también nos envían un maravilloso futuro ad calendas graecas, mientras en el presente te  hablan de que si la tecnología está todavía en fase inicial, que si enfermedades incurables, que si son cosas de la edad, etc. Abundando en este enfoque, para el año que viene, por lo que se ve… tendremos vacuna española, que de momento no es la del C.S.I.C que tanto había sonado mediáticamente y que parece que va al rebufo de la otra … para el año que viene también.

       Y con las pensiones ahí estamos también, con una maltrecha situación financiera, un complicado presente y unas ominosas tendencias que se quieren neutralizar.   Actualmente hay un gran debate al respecto y se ha conseguido un acuerdo incompleto en cuanto a partes implicadas para subir las cotizaciones parcheando coyunturalmente la problemática baby boomers,  no siendo ese el enfoque de Bruselas,  quedando pendientes diversas reformas del sistema de pensiones, como  la “transformación”  del factor de sostenibilidad de la anterior reforma de 2013, en otro factor de equidad intergeneracional estructural para conseguir los necesarios equilibrios financieros, el aumento de cotizaciones no es eso pero se le quiere asimilar.  También es necesario analizar y remodelar las fuentes de financiación, así como tener en cuenta que las prestaciones no contributivas deben ser financiadas más ortodoxamente vía Presupuestos General del  Estado. De momento podríamos decir que las pensiones públicas están aseguradas en el contexto general del Sistema de Seguridad Social, pero que a medio y corto plazo la viabilidad financiera es complicada por las tendencias demográficas y la situación del mercado de trabajo, siendo este último la clave fundamental. 

   Luis Ferruz Agudo / Escritor y Economista/ 
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