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La armonización fiscal internacional en el Impuesto de Sociedades – III: Los paraísos fiscales

 

       La gran factura que está generando la pandemia del Covid19, los graves desequilibrios financieros de muchos países en el contexto del Estado del Bienestar, han impulsado el reciente acuerdo de los Ministros de Finanzas del G7 para un tipo impositivo mínimo nominal del 15% en el Impuesto de Sociedades, algo que hay que celebrarlo en principio como positivo después de varias décadas de presión fiscal a la baja ya que se ha utilizado dicha variable fiscal con gran éxito para atraer multinacionales independientemente de qué son otros los países donde se generan las ventas y en general el valor y la riqueza,  como es por ejemplo el caso de Irlanda, pero también Hungría, Suiza, Polonia y otros países, en ocasiones también afectando a pequeños territorios que dependen de grandes países. 
 
            Dicho lo anterior, no es menos cierto que hay un largo camino por recorrer ya que por un lado el acuerdo inicial afecta a muy pocos países y “zonas fiscales” susceptibles de generar suficientes resultados,  siendo necesario el refrendo del G20 en julio y el de la OCDE en octubre. Es imprescindible que se unan al acuerdo países como China, Rusia, India y Brasil.  Además está todo lo referido a definir bien el hecho imponible, sociedades afectadas, base imponible, el sistema de exenciones y deducciones, etc que pueden afectar considerablemente al tipo impositivo realmente efectivo frente al nominal inicial. Al observar el proceso de negociaciones en el G7, el resultado del acuerdo y las cotizaciones en bolsa de las compañías potencialmente afectadas, se observa que las grandes compañías tecnológicas, sobre las que recae fundamentalmente el foco de atención, no han acusado ningún impacto significativo en su cotización bursátil, lo que indicaría que la percepción del mercado es que los posibles impactos para estas compañías están lejos en el tiempo y/o que van a ser poco significativos. 
 
            Conviene un baño de realismo frente al posible brindis al sol, hipocresía y postureo del G7, especialmente de su portavoz Ministro de Finanzas del Reino Unido ya que dicho Estado es líder en perfilar zonas de muy baja presión fiscal, como las Islas Vírgenes Británicas, Islas Cayman y Bermuda. Por otro lado, la Unión Europea, que participa en reuniones del G7 aunque no es miembro tiene en su propio territorio una competencia fiscal colosal con países como Luxemburgo, Irlanda, Malta, Chipre y Holanda.  A través de Luxemburgo, Amazon paga mucho menos de lo que le correspondería, como es el caso de Apple con Irlanda y otros muchos. 
 
            Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista / 
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