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Blog de Jorge del Canto
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El valor de un índice

Riesgo de la inversión a través de acciones

La inversión en acciones, como instrumento financiero de Renta Variable, está justificada por la esperanza de conseguir una rentabilidad al dinero invertido, superior a la de otras alternativas de inversión. Esa rentabilidad superior es viable y está al alcance de cualquier inversor porque, observando en su conjunto las fluctuaciones de los precios de las acciones, resulta patente que la dispersión (varianza) de rendimientos, comparada en plazos de tiempo iguales, es mayor a la de otros “vehículos” de inversión financiera. Pero es precisamente esa mayor varianza de resultados en el tiempo, la “culpable” de que se deba asociar la mayor esperanza de rendimiento a un mayor riesgo.

El riesgo financiero en realidad se refiere a la incertidumbre sobre cuál será el rendimiento real, y se contabiliza en la medida que éste se aleje del esperado. Por supuesto que una mayor dispersión de rentabilidades, incrementando la posibilidad de desviación respecto a una esperanza, supone un mayor riesgo.

En cuanto a la preocupación que provoca el riesgo como incertidumbre, se puede establecer la siguiente clasificación:

- Que el rendimiento sea superior al esperado.
- Que el rendimiento sea inferior al esperado.
- Que el rendimiento se traduzca en rentabilidad negativa para la inversión.

Los dos últimos son los que se deben tratar, reduciendo y limitando sus consecuencias, a costa de limitar (procurando no eliminar) el citado en primer lugar.

Este artículo y los siguientes, tratarán de enseñar técnicas sencillas de reducción del riesgo a través de la gestión del capital, la diversificación, la rotación de capitales de unos activos que no evolucionan favorablemente a otros que probablemente generen mejores rentabilidades, y el uso de opciones más eficaz y que hace razonable utilizarlas como apoyo a las inversiones: Como limitadoras de riesgo, y como garantes de la mejora de resultados bajo cualquier circunstancia –mayores ganancias en caso de acierto, y menores pérdidas en caso de error-.

El de hoy tratará de una solución que, no siendo la óptima, incide simultáneamente en la diversificación, y la rotación de capitales. La inversión referenciada a través de un índice.

La inversión en bolsa a través de acciones.

Los precios, en general, a largo plazo siempre suben. Es una cita que también se puede aplicar a los precios de las acciones en su conjunto (generalidad), porque está avalada empíricamente. La aceptación de esa premisa determina que, en las inversiones planteadas a largo plazo buscando una alta rentabilidad, se pueda y deba contemplar la compra de acciones de empresas como base de la cartera de largo plazo, en un proceso de inversión alcista (primero comprar para después vender a precios más altos). Aquí es donde comienza precisamente el problema a solucionar.
Tal vez ha escuchado la frase “a largo plazo no hay nada más rentable que la inversión en renta variable”. Una sentencia que, estando más cerca de la verdad que de la mentira, no supone la certeza absoluta, y debe ser matizada para que las personas no compren unas acciones, casi al azar, para “sentarse” encima de ellas con filosofía de permanencia durante generaciones (vaya herencia acabará dejando alguno a sus nietos).

Un dato y una cita fácil (igual de cercana a la verdad que la anterior): Es excepcional encontrar una empresa cotizada que se haya mantenido desde siempre, la inmensa mayoría han desaparecido, y de esa “inmensa mayoría”, la gran mayoría han desaparecido traumáticamente para los inversores. Lo más probable si compra unas acciones de una empresa, es que ésta acabe desapareciendo algún día y que ese acontecimiento le provoque pérdidas.

El dato y la cita, no por imprecisos dejan de ser ciertos. Pero no se asusten, porque también en la gran mayoría de esos casos, a pesar de la quiebra de la entidad, se mantuvo una rentabilidad positiva aceptable, gracias a que los dividendos y reparto de beneficios habían compensado el valor de adquisición de las acciones. Claro que ese consuelo le quedó a quien adquiriera las acciones en el momento de su salida a cotización, o con muchos años por delante, y no a los que se incorporaron al negocio en los últimos años.

No es una solución comprar acciones cuando se emiten, en el mercado primario, en las ofertas de venta o de suscripción, porque el que las ofrece lo suele hacer a un precio alto, que compense la pérdida de control de la entidad, y la estadística revela con contundencia que, salvo contadas excepciones, se han podido comprar a precios claramente inferiores a los que se colocaron en el mercado.

Antes de considerar modelos de gestión activa, que no solo requieren conocimientos sino también su aplicación, con una vigilancia y actividad que no todos se pueden permitir, se pueden encontrar alternativas que no requieran grandes dosis de formación, ni tampoco una vigilancia permanente. Para una inversión a largo plazo, se puede alcanzar una elevada rentabilidad media anualizada (T.A.E), por encima del 10%, mediante una gestión pasiva que únicamente requiera reconocer en qué activos realizarla con inseguridad en el corto y medio plazo y bajo riesgo en el largo plazo.


Gestión pasiva de la inversión en renta variable
Gestión del riesgo a largo plazo.

La compra de acciones con vocación de permanencia en el largo plazo, para ciclos superiores a 8 ó 10 años, no está exenta de que una mala elección de la empresa que recibe la inversión, provoque un rendimiento inferior al esperado cuando se asumió el mayor riesgo de la renta variable, o que incluso sea negativo.

Elección de las acciones.
Lo peor que le puede suceder a una inversión en acciones de empresas, es que la empresa pueda quebrar y desaparecer junto con el dinero depositado en ella. Le puede suceder a cualquier entidad, grande o pequeña. Recuerde que su inversión es a largo plazo y que, aunque usted pueda conocer hoy cuál es la fortaleza financiera y de negocio de una compañía cotizada, ignora cómo será en el futuro. También recuerde que usted no puede o no quiere valorar la marcha de la empresa, proyectando su posible crecimiento. Lo que sí puede afirmar es que ese tipo de adversidades es menos frecuente, con notable diferencia, en las grandes empresas que en las pequeñas.

Esa certeza ya debe condicionarle cuando planee elegir acciones para la inversión a largo plazo. Es menos “arriesgado” hacerlo en grandes empresas.

La inversión a largo plazo, con gestión pasiva, es mejor realizarla a través de grandes empresas.

Diversificación
Lo más importante no es que un acontecimiento sea improbable, lo relevante es que se desconoce cuál es la pérdida que puede ocasionar. De ahí que convenga limitarlo.

Un mecanismo que reduce notablemente el riesgo de mercado, y al mismo tiempo sirve para limitarlo, es la Diversificación. Si usted adquiere acciones solo de una empresa, una quiebra de ésta se llevaría el dinero que mantuviera invertido. Pero si adquiere 2, la quiebra de una de ellas limitaría al 50% la pérdida de cartera, sería menos probable que fueran mal las dos. Y si adquiere 5 menos riesgo aún, y con 30 menos aún. Un resultado adverso se ve diluido en el conjunto de la cartera, y la pérdida posible tiende a limitarse.

Por otra parte, cuando a un sector económico no le va bien, se ven afectadas la mayoría de las entidades del sector. En este sentido, también es menos probable que una adversidad afecte a todos los sectores que a uno solo. Para este tipo de inversión lo adecuado, aunque haya técnicas mejores, es diversificar entre sectores y entre las mayores empresas de cada sector.

La diversificación provoca una drástica reducción del riesgo de pérdida y limita sus consecuencias.

Rotación de capitales
Otro aspecto a tener en cuenta es que los motores de la economía son distintos en cada momento. Es infrecuente ver que las acciones, más allá del corto plazo, tengan una tendencia idéntica entre sectores, lo habitual es que mientras las tendencias de medio y largo plazo de unas son alcistas, las de otros son bajistas.

Sería interesante vigilar y detectar estas situaciones para, identificándolas, sobreponderar los sectores y acciones que mejor evolucionen dentro de cada uno, e infraponderar aquellos que estén en tendencia bajista. De esa manera no se evitaría por completo el freno que suponga la mala evolución de un sector o acción, pero sí se reducirían sus consecuencia y se mejorarían los resultados a largo plazo.

La rotación de capitales contribuye a mejorar los resultados.

Lo idóneo en este sentido sería que ese proceso de detección fuera “automático” y sistematizado, para evitar realizar gestión donde no se desea, y para evitar sentimientos en la toma de decisiones.

En resumen, un modelo de gestión pasiva a largo plazo en renta variable:

- Ha de realizarse invirtiendo en grandes compañías.
- Se debe diversificar entre las mayores entidades, y en distintos sectores económicos.
- Debe rotar capitales entre entidades y sectores, según la evolución de éstos.
Parece complicado, pero no lo es. Esta es una de esas ocasiones en la que se puede conseguir, al un tiempo, todo lo que se desea.

Qué es un índice bursátil.

Es habitual y frecuente que, para tener una visión generalizada de la evolución de los precios de las acciones en el mercado secundario, se realicen cálculos con un conjunto de precios de acciones, estableciendo su media de forma constante y en tiempo real. A esas agrupaciones de precios, para establecer su evolución media, se les ha bautizado con el nombre de INDICES.

Un índice es una fórmula matemática que establece, en tiempo real y de forma constante, la media de los precios de un conjunto de activos financieros.

A diferencia de una acción, un índice no se puede comprar o vender ya que, al no existir, no es posible su entrega. Sin embargo, a través de fondos de Inversión, ETF, Futuros Financieros o CFD, sí podrán ser objeto de negociación las variaciones de precios que tengan.

Hay distintos tipos de índices bursátiles y una clasificación podría ser:

- Atendiendo a las muestras de precios que recoge su fórmula:
o Generalistas.
o Sectoriales.

- Atendiendo al método de cálculo de la media.
o Media ponderada por Capitalización Bursátil.
Ibex 35, Eurostoxx50, Dax, S&P 500..

o Otros tipos de Media: generalmente o aritmética o ponderada por precio.
Índices Dow Jones, Nikkei 225

El IBEX 35

De los índices que se calculan en España el más importante, utilizado como referencia de un buen número de productos financieros, es el IBEX-35.

Los detalles más importantes que debe conocer del Ibex 35 son:

Se redefine cada 6 meses, porque su composición se revisa de forma ordinaria cada vez que pasa ese periodo de tiempo y, de forma extraordinaria, cuando el Comité Técnico Asesor así lo decida.

Su fórmula incorpora el precio de las acciones de 35 empresas cotizadas en las Bolsas Españolas:

- Aquellas que hayan tenido mayor valor de negociación (liquidez) en euros (número de acciones negociadas, multiplicado por el precio al que han sido negociadas)

o Durante un periodo determinado en las normas técnicas (6 meses, contados a partir del séptimo mes anterior al inicio del semestre natural en que se vaya a redefinir el índice). La revisión de Diciembre, que entra en vigor en enero, contemplará la negociación de las acciones en el periodo Junio-Noviembre precedente.

Es extraordinario que se incorpore a la muestra una acción recién salida a cotizar.

Una vez dentro del índice, el precio de cada acción es ajustado por el valor en bolsa (capitalización bursátil) de la empresa. Las grandes pesan más que las pequeñas en el cálculo.

La capitalización bursátil es el resultado de multiplicar el precio al que se cotiza cada acción por el número de acciones emitidas de la empresa. El dato es útil, entre otras cosas, para decidir qué importancia relativa tiene cada variación de precios en el valor del índice. También puede provocar, en determinadas circunstancias, que un valor se incorpore de forma anticipada al índice, o que un valor, que cumple el requisito de “mayor liquidez” no pueda entrar a formar parte del Ibex 35.

El valor del Ibex 35 es la media, ponderada por capitalización bursátil, de los precios de las 35 acciones que lo componen.

En los índices ponderados por capitalización bursátil:

Si una acción sube de precio y lo hace en mayor medida que otras, al aumentar su capitalización relativa, provoca un aumento en su ponderación en el índice y que los movimientos de precios provoquen mayores variaciones en el índice. Si una acción baja de precio, su influencia en el cálculo del precio del índice disminuye.

Los movimientos de precios provocarán que el líquido negociado tienda a aumentar cuando suben los precios, y a disminuir cuando bajan, lo que será determinante para que una acción pueda continuar dentro del índice o deba excluirse de él.

En el terreno de lo práctico, debe tener presente:
- Que es el precio de cada una de las acciones el que provocará variaciones en el valor del índice en cada momento, y no al revés: No será el valor del índice el que determine cuál debe ser el precio de cada acción que lo compone, ni ha de ser el que influya sobre estas.

- Que el valor de un índice suba o baje, no implica, ni muchísimo menos, que todos los precios que lo componen estén llevando la misma dirección. Si un índice baja su valor un 30% durante dos años, habrá sido porque unas acciones que lo integran habrán bajado un 30%, otras habrán bajado más, algunas menos, puede que alguna no haya bajado y, no le quepa duda, habrá alguna que haya SUBIDO durante ese periodo y además puede que haya subido bastante. De hecho, tanto si sube como si baja un índice, es habitual encontrar que los precios de algunas acciones que lo componen se han movido en dirección opuesta al del conjunto.

- El resultado medio ponderado por capitalización, de todas esas variaciones -mayores, menores, iguales o de dirección opuesta, dará como resultado el valor del índice.

El concepto básico que puede extraer es que un índice ponderado tiende a incluir a las mayores empresas de un mercado, y de ellas a las que más suban, encaminando hacia la exclusión a las que bajen de precio y que pueden lastrar que aumente el resultado del índice, y favoreciendo que tengan más peso relativo a las alzas que los descensos de precios, lo que se traduce en varios hechos:

- Es imposible que el valor del índice llegue a “cero”.
- El valor de un índice ponderado por capitalización bursátil mejora la rentabilidad media del conjunto de las acciones que lo componen.
- El precio de un índice, como fórmula matemática que es, no incorpora expectativas sobre la evolución del negocio de las empresas que lo componen.
- El más interesante: Mientras una empresa podría quebrar y desaparecer, al índice, que es una pura invención, no le puede suceder. Simplemente sustituiría la empresa desaparecida por otra, y continuaría dando precios eternamente.



Inversión colectiva.
Fondos de Inversión.

Los Fondos de Inversión son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC), que agregan el ahorro de múltiples personas de manera que, los resultados individuales coinciden con los del colectivo de inversores partícipes del Fondo. Su patrimonio se forma por la agregación del dinero aportado por un número variable de partícipes. Cada partícipe es copropietario del fondo, y solo los partícipes en su conjunto son los dueños del Fondo.

Carece de personalidad jurídica. Para realizar las operaciones de su interés, como la compra y/o venta de valores negociables, o el depósito del dinero en una entidad, depende de dos Sociedades, que no pueden ser coincidentes:

- Una Sociedad Gestora, que adopta las decisiones de inversión y ejerce todas las funciones de administración y representación del fondo. Es ésta sociedad la que invierte el capital del fondo, según unas condiciones y características de inversión que obligatoriamente han de estar recogidas en un Folleto.
- Una entidad depositaria, que custodia el patrimonio del fondo (valores y dinero), y asume ciertas funciones de control sobre la actividad de la gestora.

El patrimonio del Fondo puede variar como consecuencia de la entrada o salida de partícipes, o por variaciones en el valor de mercado de los activos que componen la cartera del fondo.

Contando con un gran patrimonio, que permitirá una mayor diversificación a costes aceptables y los conocimientos de los gestores pueden hacer una réplica muy precisa de los movimientos de índices bursátiles, emulando en la cartera del fondo la ponderación de las acciones que componen el índice de referencia.

Hay fondos que tienen como objetivo mejorar la rentabilidad de un índice, y otros que únicamente pretenden replicarla. Los últimos son los adecuados para un modelo de gestión pasiva a largo plazo, porque la intención no es delegar la gestión activa, sino evitar realizarla.

Fondos de Inversión Cotizados (E.T.F)

Es un fondo de inversión que “Tituliza” sus participaciones, igual que si fueran acciones de una empresa, y las somete a cotización en el mercado secundario de acciones, con las mismas condiciones de negociación de éstas. Su nombre viene de las siglas en Inglés Exchange Trade Found

Los ETF que puede encontrar son Réplicas de Índices Bursátiles, Sectores, o incluso alguna acción. También los hay de tipo Inverso que se revalorizan en caso de descenso del valor del índice. Los ETF replican índices con mayor exactitud que los fondos, y cada ETF suele representar una fracción decimal, centesimal o milesimal de su Índice de referencia.

Suelen tener mínimos de inversión (1 ETF) más reducidos que los fondos tradicionales, y en bastantes casos además cuentan con la posibilidad de recibir dividendos (prácticamente inexistentes en los fondos tradicionales), correspondientes a los que abonen al fondo las sociedades que integren el índice al que esté replicando el ETF.

Además de los que cotizan en nuestras bolsas, dado que en los mercados internacionales existen desde hace años, puede acceder prácticamente a cualquier índice de renta fija o variable que existe en el mundo a través de las plataformas de conexión con mercados internacionales.


Jorge Del Canto.
Profesor de ESIC y “formaselect.com”
Asesor en inversiones Financieras.
Autor del libro “Gane Dinero en Bolsa”
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