Descontando un escenario negativo de recesión en USA y en vista de lo publicado recientemente en Bloomberg, en principio no sería sensato afirmar que se producirá una debacle en la marcha de los beneficios empresariales y por tanto de las cotizaciones bursátiles.
Las debacles bursátiles se producen como consecuencia de falta de expectativas y del reconocimiento de que lo peor está por llegar, degeneran en miedo inversor e irracionalidad vendedora que culmina con el duro proceso de margin call masivo. Sin embargo, cuando las caídas violentas entran en fase irracional, por norma general conviene armarse de valor y comenzar a articular la perspectiva y gestión bajo la teoría de opinión contraria.
Según Bloomberg, en las nueve recesiones económicas sufridas desde 1.950, los beneficios empresariales han caído de media un 12% anualizado. En caso de que a los beneficios estimados para el año en curso, de $99.17, les depare igual destino, los beneficios esperados para 2.012 serían de $87.59. Suponiendo un precio de SP500 en 1.100 puntos, el múltiplo del índice sería de 12.5 veces.
Conviene también recordar que los suelos verdaderos y duraderos de mercado requieren el factor irracional del miedo para conducir las valoraciones a zona de infravaloración y precios de ganga, con ratios de PER de un solo dígito y rentabilidades por dividendo disparatadamente altas. No se ha presentado este escenario todavía a pesar de los fuertes descensos iniciados en primavera pero seguiremos esperando con perspectiva, paciencia y liquidez.
Ha comenzado el último trimestre del año y próximamente comenzará la temporada de resultados empresariales para la que, por cierto, las compañías no han anunciado significativos profit warning.
No obstante, el eventual suelo que registre el mercado en próximas semanas puede no ser un suelo histórico y definitivo como el referido anteriormente, en el que las métricas como PER y rentabilidad por dividendo se sitúan en posiciones estadísticamente extremas. Venimos sufriendo la calamidad griega desde hace 20 meses pero de alguna manera –preocupante- y en algún momento pasará a segundo plano, probablemente para dar paso al casino de deudas, déficit y estancamiento económico USA, quizá en 2.012.
Tal vez en el presente mes de octubre asistamos a un marcado descenso de cotizaciones, como estamos ya observando, posiblemente en respuesta a una negativa resolución del asunto griego como principal catalizador del miedo.
La coyuntura es difícil hasta extremos, la situación macro se está desmoronando, las autoridades y políticos no saben muy bien qué respuesta ofrecer, los mercados están castigando duramente las cotizaciones y especialmente del sector financiero y bancario y una situación de pánico real puede producirse en cualquier momento.
Convendrá analizar los acontecimientos al minuto buscando extremos de sentimiento, definición completa de las pautas técnicas de precios, divergencias técnicas y en definitiva, gangas dispuestas a dejar de serlo pronto. En otros momentos de la historia igual de difíciles o más, con guerras y destrucción masiva, o corralito, por ejemplo, los mercados han conseguido imponer su norma.
Este escenario de desconcierto es el que contemplamos con mayor probabilidad y motivo por el cual iniciamos el difícil mes de octubre armados de prudencia pero positivas vibraciones, con la cartera invertida de momento exclusivamente en activos cuya misión es ofrecer rentabilidades inversas a las de sus correspondientes índices de referencia, es decir a aportar rentabilidad positiva mientras el mercado cae.
En tanto que el SP500 cotice por debajo de los 1165 puntos en cierres, el camino de menor resistencia es el bajista y los objetivos aún alejados de las cotizaciones de cierre de ayer.
Atentamente,
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Antonio Iruzubieta.
CEFA