En el primer trimestre de 2020, los ingresos totales de Indra aumentaron ligeramente respecto al mismo período de 2019 (755,2 millones € vs. 753,2 millones €). Sin embargo, los gastos de explotación aumentaron un 3,1%, lo que llevó a una disminución del beneficio operativo del 50%.
Para entender este efecto tan desproporcionado del aumento de los gastos sobre el beneficio hay que tener en cuenta que Indra opera con un margen operativo muy bajo: sus gastos de explotación fueron de 704,5 millones € en el trimestre, para unos ingresos operativos de 735,1 millones €.
El beneficio neto cayó de los 18,3 millones € a los 6,3 millones €. En términos acumulados (marzo de 2019 a marzo de 2020), el beneficio neto de la compañía asciende a 109,3 millones €, lo que supone un beneficio por acción de 0,565 €. Al precio actual, el ratio PER (relación precio-beneficio) es de 12,4 veces. En marzo de 2019, el beneficio por acción era de 0,63 €.
La acción ha caído cerca de un 10%, de 7,71 € a 7 € en tres sesiones, tras la presentación de resultados.
El patrimonio neto atribuido era de 749,1 millones € en marzo de 2020, por lo que el valor contable de la acción asciende a 3,86 €.
Si bien la cartera de pedidos alcanzó un máximo histórico de 4.800 millones €, se espera que el beneficio retroceda en los próximos trimestres, como prevé la propia compañía, debido a retrasos en los proyectos como consecuencia de la pandemia.