En los anteriores post de esta serie les contábamos como el reiterado déficit entre ingresos y gastos estructurales del estado, propiciado por la facilidad de financiación que representaba la incorporación a la Unión Europea, ha llevado, tanto a las familias, como a las empresas y al Estado a un nivel de endeudamiento insostenible.
A nivel interior, los proveedores de esta facilidad de financiación para familias y empresas fueron las entidades financieras, que vieron crecer el tamaño de sus activos gestionados (Balance) gracias a su capacidad para “crear dinero de la nada” mediante el apalancamiento que permite la utilización de coeficientes de caja muy bajos, del orden del 10%. Pero el mecanismo por el que se crea este dinero de la nada, consiste en conceder créditos. Créditos que se concedieron, en una parte importante de los mismos, de forma demasiado alegre e irresponsable y que ahora son irrecuperables.
En la siguiente gráfica pueden ver la evolución del tamaño del Activo de las entidades financieras españolas comparado con su Patrimonio Neto y con su Patrimonio Neto incrementado con las previsiones para deterioro del Activo. Como pueden ver, desde 2004 hasta 2008 creció con mucha más velocidad el tamaño del Activo (se concedieron muchos prestamos) que el Patrimonio Neto, y las previsiones para préstamos fallidos era insignificante (esa previsión es la que según algún gobernante, ofrecía gran solvencia y fortaleza a nuestro sistema financiero). A partir de 2008 las cosas cambian, y aunque aquí aún no se reconoce oficialmente la magnitud de la crisis, nuestras entidades financieras ya ven cerrado el grifo a incrementar su financiación y el crédito se corta en seco. En esos momentos los responsables de las entidades financieras hablan de que ha llegado el momento de desapalancarse, de hacerse más pequeñas, pero la crisis se lo impide, porque por una parte no son lo suficientemente solventes como para reconocer las pérdidas que deberían reconocer por prestamos fallidos, y por otra hay que financiar las necesidades del Estado para financiar sus sucesivos déficit entre ingresos y gastos.
Entre unas cosa y otras hubo que esperar hasta 2013 para que comenzase el desapalancamiento, aunque una parte de este es ficticio ya que se debe al traspaso de activos tóxicos a la Sareb.
Ahora con las entidades financieras un poco más capitalizadas, y con unas previsiones para fallidos de 170.000 millones de euros, parece que ya ha comenzado el proceso de ir dejando caer empresas zombies, que se han mantenido hasta la fecha a base de renovar créditos impagables porque dejarlas caer sin tener provisionadas las perdidas arrastraba tras de sí a medio sistema financiero. Ha sido el caso de Martinsa Fadesa y será el caso de otras.
Creemos que va a ser un proceso largo y lento, así que no tengan prisa por creer que ya hemos salido de la crisis, porque como se ve en la gráfica, el proceso de desapalancamiento está comenzando ahora.
Saludos.
Prim reparte en dividendo el 100% del resultado de 2014.
Nota: Para ver el indice de las empresas publicadas pinche aqui
