Acceder

Conocer la historia

28 respuestas
Conocer la historia
Conocer la historia
Página
2 / 2
#16

Re: Conocer la historia

Éste pone la excusa del Gobierno rojo porque lo que quiere es un gobierno azul. Azul franquista-falangista, claro.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#17

Re: Conocer la historia

"Por lo menos ahora no hay violencia sobre las personas, aunque sí sobre las cosas. No se asesina; se roba! ".

Que pronto hemos olvidado los asesinados por la espalda, los niños de corta edad muertos por la barbarie de unos pocos, los muertos a manos del terrorismo independentista de la izquierda radical, no hace nada, casi nada y ya les hemos olvidado.

#18

Re: Conocer la historia

Los habrás olvidado tú. Somos muchos los que no nos olvidamos de todos esos y algunos más que no tienes el detalle de referenciar.
Tampoco hace nada. Recuerda lo que dice el famoso tango.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#20

Re: Conocer la historia

Ciertamente todos los países crean sus héroes, con mayor o menor fortuna.
Y ya que nombras a un rey muy controvertido, te nombraré yo otro,no controvertido, ignorado.
Uno que no tiene calles, ni monumentos , ni sellos (que ya es lo último, un rey sin sellos). Y que a mi particularmente me cae mejor que la mayoría de los que hemos tenido: José I también conocido como Pepe botella.
Bastante mejor que tontaina de Carlos IV e infinitamente mejor que el tarado de su hijo Fernando VII.
Un rey que, no hubiese tenido ningún problema en firmar la Constitución de 1812, el primer intento serio de este país para entrar en la modernidad, y que intento en la medida que le dejaron, traer a la beata y atrasada España las ideas de la revolución francesa. Un rey tan rey como todos los demás, con la legitimidad de todos los demás y al que ignoramos como si no hubiese existido.
En fin, un rey que lo primerito que hizo cuando llegó fue abolir la santa inquisición. ? no merece eso una calle?.

#21

Re: Conocer la historia

creo que los reyes que he nombrado hicieron mucho mas por españa que jose I

#22

Re: Conocer la historia

Los que he nombrado yo, no. Y si tienen sus recordatorios por toda la geografía.

#23

Re: Conocer la historia

es que has puesto a dos...de todas formas a mi la monarquia me parece mala cualquiera que sea...saludos

#24

Re: Conocer la historia

Si. Te he puesto a dos cojonudos..........A mi tampoco me gusta como forma de gobierno y todavia me asombro del cartel que mantienen en el imaginario popular alguno de los "fenómenos" que han reinado en este país.

#25

Re: Conocer la historia

Es que José I no encaja en la Historia oficial que nos han colocado. Por eso, aunque fuera muy bueno hay que ignorarlo.
La capacidad de fabulación histórica es enorme.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#26

Re: Conocer la historia

El 6 de febrero de 1996 era un día normal de trabajo. Un martes. Mi madre se había ido pronto porque tenía cita en la clínica en Pamplona y se había despedido de mi padre con un beso. Mis dos hermanos y yo estábamos trabajando con él en su despacho de la calle Prim [de San Sebastián]. Yo salí un poco antes con mi mujer porque teníamos que hacer una gestión. Era un día con un temporal horrible y todos hacíamos bastante con taparnos con el paraguas para protegernos de la lluvia y del viento. Así que yo miraba al suelo... No levantaba la vista del suelo. Lo recuerdo con absoluta intensidad, como si hubiera pasado ayer, como si hubiera pasado hace quince minutos".[13.40 horas, a cien metros del despacho, a la altura del número 13 de la calle San Martín]."Entonces oí una detonación y volví la vista. En la acera de enfrente vi a mi padre tendido en el suelo. (Silencio). Vi a dos individuos con pistola que salían corriendo hacia mi acera. Me encaré con uno de ellos, el que estaba más cerca. Fue una reacción impulsiva, automática. Me apuntó con una pistola, me encañonó... Y ya no puedes hacer nada". [No recuerda qué le dijo. En los días posteriores al asesinato sí lo hacía: "El próximo serás tú"]. Les vi la cara a los dos. Esas caras no se olvidan nunca. Es un recuerdo imborrable. Aunque hayan pasado 20 años".La bruma"Después todo está borroso. En el lugar apareció mucha gente. Creo que mis hermanos... Mi madre no: mi madre venía de Pamplona y se enteró en el coche, por la radio".[Al día siguiente, las portadas: "ETA asesina al socialista Fernando Múgica de un tiro en la nuca delante de su hijo". Y el funeral, con miles de personas encabezadas por el todavía presidente del Gobierno Felipe González, que en los estertores de la dictadura había dormido en casa de los Múgica en sus pasos clandestinos a Francia, igual que Alfonso Guerra. "No olvido ni perdono", anunció el hermano del asesinado, el ex ministro Enrique Múgica. ETA no sólo había matado a un socialista histórico de la era Suresnes que había dejado la presidencia del PSOE en Guipúzcoa apenas cuatro años antes; ETA había matado a un padre y a un hermano]."Los tres hermanos volvimos al trabajo, al despacho de nuestro padre. No podíamos hacer otra cosa. Lo contrario era impensable. Mi padre siempre dijo que había que resistir. Resistir siempre, ésa era su divisa. Resistir a la dictadura franquista, que le era insoportable, y a la dictadura de ETA. Él era un demócrata por necesidad".[Fernando Múgica Herzog nunca habría imaginado que moriría asesinado en democracia. Su familia había sufrido los radicalismos de distinta índole. Su padre, violinista donostiarra republicano, murió enfermo en el exilio francés. Su madre, judía de origen polaco nacida en París, perdió a parte de su familia a manos de los nazis. Nacidos en San Sebastián, tanto Fernando como su hermano mayor, Enrique, abrazaron el socialismo en los 60: el segundo estuvo detenido y desterrado; el primero se pasó diez años sin pasaporte y cada vez que se decretaba el Estado de excepción tenía que esconderse... De eso, conquistada la democracia, pasó, incomprensiblemente, a casi lo mismo].Una ciudad de "Gangsters""A mi padre lo habían amenazado, sí. Y hubo dos intentos de asesinato anteriores, uno en 1984 y otro en 1989. Nosotros lo detectamos y la Policía lo confirmó. Le andaban siguiendo. Era un ambiente absolutamente espeso en San Sebastián... Insoportable. Un mundo sombrío, siniestro, un mundo de gangsters en el que la presión terrorista machacaba a la sociedad. La mayoría sentíamos rabia, pero había mucho miedo". [Y vuelve a las palabras del padre]. "Resistir, ésa era su divisa. Resistir siempre a quienes querían someter a la sociedad; combatirlos y derrotarlos con la Ley. No ceder nunca"."Nosotros resistimos. Enseguida volvimos al despacho, que era su lugar sagrado. Era el mejor homenaje que se le podía hacer a mi padre. (...) Allí hemos llevado casos de víctimas, como mi padre también hacía..."."Después vinieron años terribles. Una durísima persecución a los partidos. He visto asesinados a muchos de mis amigos del Partido Socialista, también del Partido Popular. Fueron años de auténtica persecución, de exterminio. (...) Yo en 1999 me presenté por el PSOE en Guipúzcoa y durante una legislatura fui juntero. Luego lo dejé. Mi vocación es la abogacía, es donde me siento cómodo. [Su hermano pequeño, Rubén, se volcó en UPyD; el segundo, Fernando, sigue también con ellos en el bufete].Los seis asesinos"No recuerdo cuántas veces tuve que reconocer a los asesinos de mi padre. Cuatro, cinco, seis... Yo sé cómo es un juicio, soy abogado; esas veces comparecía como testigo en la Audiencia Nacional. Sólo recuerdo que quienes estaban al otro lado del cristal [la pecera en la que se sienta a los etarras para evitar altercados] estaban para mí cosificados. No tenían condición humana. No podían tenerla". [En 2006, en el juicio a quien apretó el gatillo, el acusado, Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, se definió como un "luchador vasco". "Sí, ése es el asesino sin lugar a dudas. No olvidaría el rostro ni en mil años", contestó José María al fiscal. "Deseo que se muera en la cárcel"]."De los asesinos no sé nada, ni quiero saberlo. Su devenir personal no me ha interesado en absoluto. Estamos en un Estado de Derecho: los criminales son juzgados, encarcelados, condenados y cumplen sus penas". [Ninguno se ha puesto en contacto con él ni con su familia]. "Ni falta que hace. Los hechos son los hechos". "¿Justicia? Hay que recordar los muchos asesinatos sin resolver en los que no se ha detenido a los asesinos". [El de su padre sí se ha esclarecido. Quien disparó por la espalda a Fernando con una semiautomática FN Browning fue Txapote. El que vigilaba y encañonó a José María fue Valentín Lasarte. Con los años, Lasarte se convirtió en el primer preso con nómina del Estado -le pagaba por, distanciado de ETA, servir comida en la cárcel- y, tras pedir perdón a las víctimas, está en la calle, aunque no puede acercarse a San Sebastián. Se dice arrepentido]. "Me irrita mucho que se hable de arrepentimiento. Es un juego de palabras que no significa nada. Hay casos aislados de individuos concretos, pero el mundo terrorista ha sido absolutamente incapaz de hacer una reflexión y decir: Qué barbaridad, qué locura, qué tragedia causamos. (...) Los que quisieron destruir las libertades y la sociedad a sangre y fuego están en la cárcel, están derrotados. Es su proyecto totalitario el que hay que derrotar ahora"."La pena es que mi padre no lo ha visto". [El 20 de octubre de 2011, ETA anunció el "cese definitivo de su actividad armada"]. "¿Cómo lo habría visto él? Con la satisfacción de que era la expresión de una derrota, pero sin bajar la guardia: la obligación del Estado de Derecho sigue siendo detener a los criminales". [Txapote es uno de los estandartes de la ETA más militante aún hoy. Sigue en prisión, al igual que su pareja, Irantzu Gallastegi Sodupe (Amaia), quien también participó en el asesinato: esperaba en el coche con otro etarra, José Luis Geresta Mujika, que apareció muerto en extrañas circunstancias antes de ser juzgado. El quinto asesino fue José Javier Arizkuren Ruiz (Kantauri), máximo jefe de ETA entre 1994 y 1999: ordenó el asesinato desde su refugio francés -ahora se ha reabierto otro caso contra él por haber ordenado matar a Miguel Ángel Blanco un año después-. El sexto se llama Juan Luis Aguirre Lete (Isuntza), el transmisor de la fatal consigna. Ambos están entre rejas].Un "niño" de 20 años"Cuando mataron a mi padre mi hijo Jorge acababa de cumplir cuatro meses. Era su único nieto y estaba muy contento. Lo celebramos el sábado antes de su asesinato. Es el último gran recuerdo que tengo con él: con toda la familia, un día magnífico... Lo bautizamos con agua del Jordán [la familia es judía, como la madre]. Esta semana Jorge acaba de cumplir 20 años...". [José María Múgica Heras, el mayor de los Múgica, sigue siendo afiliado socialista, como su padre, y abogado, como su padre. Tiene 55 años; 62 tenía Fernando cuando lo mataron por la espalda delante de su hijo. Y como él, repite: "Resistir"].

#28

Re: Conocer la historia

Cervantes en Lepanto: soldado bisoño que luchó en el esquife de la Marquesa
Publicado por Jesús García Calero el feb 12, 2016

Compartir

90
Viejos documentos aportan contexto a los datos conocidos de la vida del autor del Quijote, siempre insuficientes. Incluso, como veremos aquí, detalles preciosos sobre su participación en la batalla de Lepanto. Pero estos datos contrastados derrumban mitos. Y es bueno que así sea.

RetraCerv22.jpgCuando se cumplen 400 años de la muerte de Cervantes, el Catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Asociación de Cervantistas, José Manuel Lucía, se ha embarcado -nunca mejor dicho- en el recuento de una nueva biografía del autor del Quijote. “La juventud de Cervantes. Una vida en construcción” es el título de su primer tomo, recién llegado a librerías, editado por EDAF y maravillosamente ilustrado por Ricardo Sánchez. Pero esta biografía no será una más.

Según me contaba el autor en una comida compartida recientemente con él, ha querido desandar el camino del mito que acompaña al escritor pero hacerlo de la manera más rigurosa, para descubrirnos al Miguel de Cervantes hombre que quiere, como refiere el título, construir una vida, caminar un destino. Cervantes sueña su destino con ambición y trabaja en cada momento para cumplir sus objetivos, pero también recibe los embates de una época difícil en la que la historia de España se hace grande, en la que cada súbdito de la Monarquía Católica estaba sujeto a fuerzas y destinos a menudo más grandes que sus propios sueños.

Y la suerte -la mala suerte- pudo torcer varias veces los deseos y la voluntad de prosperar del escritor (o el modo en que lo hacía), pero también le empujó al extraño refugio de la literatura, a la página en blanco y a la soledad que describe en el Persiles, donde halló el destino universal que hoy conmemoramos, cuatro siglos después. Para ello, José Manuel Lucía ha reunido todo lo que se sabe de primera mano de Cervantes, con el fin de aclarar el contexto. ¿Por qué?

Todo lo que sabemos de Miguel de Cervantes de manera directa lo conocemos por su propia pluma. Es decir, han sobrevivido testimonios en primera persona, que hemos dado por ciertos. Pero el autor del relato condiciona la perspectiva del cuento, así que Lucía ha decidido, durante los últimos años, investigar qué hay detrás de cada testimonio personal cervantino. Qué merced solicitaba y cómo hablaba de sí mismo con ese fin. Qué descripción de sus méritos y objetivos hacía en un momento determinado y hasta dónde podemos comprobar que era todo estrictamente la verdad o una idealización de verdades que todos podemos comprender.

Legajos inadvertidos

El autor de la biografía, que domina la materia, ha reunido materiales diversos, legajos de archivos diversos, citas de las obras que iluminan este o aquel detalle, testimonios que hasta la fecha habían pasado inadvertidos o no habían encontrado la relevancia en el relato. Puntos y eslabones que dibujan de un modo fidedigno, hasta donde se puede conocer, a Cervantes tal y como debió ser en su existencia humana.

Ilustración de Ricardo Sánchez sobre un soldado bisoño
Ilustración de Ricardo Sánchez sobre un soldado bisoño
Y uno de esos episodios -uno de los más apasionantes- es el del papel de Cervantes en Lepanto. Solo un ejemplo de esta heroicidad hiperbólica, es la Epístola a Mateo Vázquez que cita Lucía en su libro:

A esta dulce sazón, yo, triste, estaba

con la una mano de la espada asida,

y sangre de la otra derramaba.

El pecho mío, de profunda herida

sentía llagado, y la siniestra mano

estaba por mil partes ya rompida.

Pero el contento fue tan soberano

qu’a mi alma llegó, viendo vencido

el crudo pueblo infiel por el cristiano,

que no echaba de ver si estaba herido,

aunque era tan mortal mi sentimiento,

que a veces me quitó todo el sentido.

¿Cómo devolver este relato a su dimensión plausible? Hay una fuente -subraya Lucía- cargada de información sobre el Cervantes soldado. Se ha conservado en el Archivo de Indias porque forma parte del expediente de una petición de merced que el escritor eleva en 1590 para optar a un puesto relevante en América. Siguiendo lo que relata el cervantista en su nueva biografía, esta documentación conocida como “información de Madrid” es el lugar en el que se encuentra un documento fechado en marzo de 1578 y titulado: “Información hecha en Madrid ante un alcalde de corte y a solicitud de Rodrigo de Cervantes, padre de Miguel de Cervantes, sobre probar ser este su hijo ser noble, los servicios que contrajo en Italia, estar cautivo en Argel y que por ser pobre el padre no le podrá rescatar”. Elocuente.

Preguntas a los testigos de la batalla

Cervantes, los Cervantes preguntan a testigos de esa época sobre su participación en Lepanto, enunciando unas preguntas que resultan claramente condicionantes de la respuesta. La pregunta sobre Lepanto es la IV:

“IV. Si saben (etc.), que en la dicha batalla naval se reconoció el armada del turco estaba el dicho Miguel de Cervantes con calentura, y unos amigos suyos le dijeron que, pues estaba tan malo, que se metiese debajo de la cubierta de la galera, pues no estaba sano para pelear; y el dicho Miguel de Cervantes respondió que no hacía lo que debía metiéndose so cubierta, sino que mejor era morir como buen soldado, en servicio de Dios y del Rey. Y así peleó como valiente soldado en el lugar del esquife, como su capitán le mandó. Y después de la batalla, sabido por el señor don Juan de Austria cuán bien le había servido, le acrescentó cuatro ducados más de su paga” (Sliwa, pp. 49-50)

Hablan ahora, en sus respuestas, los testigos, y ratifican lo enunciado y añaden tan solo pequeños datos a ese relato que se les presenta ya configurado en un sentido muy elogioso. El 20 de marzo, Mateo de Santiestebán, alférez de la compañía del capitán Alonso de Carlos, responde con autoridad porque estuvo con él en la batalla al pertenecer a la misma compañía y compartir suerte en la Marquesa. Mateo de Santiestebán ratifica lo dicho y añade: “y este testigo lo sabe por lo haber visto por vista de ojos e por haber sido soldado con el dicho Miguel de Cervantes en una capitanía.”

esquif5Después el alférez Gabriel de Castañeda. Coincide su testimonio con el anterior y ofrece más detalles: “y que el capitán le pusiese en la parte y lugar que fuese más peligrosa y que allí estaría y moriría peleando, como dicho tenía, y ansí el dicho capitán le entregó el lugar del esquife con doce soldados, adonde vio este testigo que peleó muy valientemente como buen soldado contra los dichos turcos, hasta que se acabó la batalla [...] y sabido por el dicho señor Don Juan cuán bien lo había hecho le acrecentó cuatro o seis escudos de ventaja de más de su paga. Y esto lo sabe este testigo por haberse hallado presente en la dicha armada y haberlos visto”

Otros dos testigos ratifican la veracidad de la IV pregunta: Antonio Godínez de Monsalve y Beltrán de Salto y de Castilla.

Qué ocurrió en el esquife

Así que ya sabemos que estuvo en Lepanto a bordo de la Marquesa y ahora conocemos que estuvo en el esquife. Démosle, guiados siempre por José Manuel Lucía, contexto naval. Cuando se produce la batalla Cervantes lleva menos de un año alistado. Es un soldado bisoño. Y por ello no puede aspirar a los puestos más destacados en el ataque de la galera. Debe conformarse con puestos humildes.

esquife1

El abordaje de la galera, o su enfrentamiento desde que están a tiro del enemigo, responde a una organización precisa. La mitad del batallón de la galera -soldados de mar y de tierra embarcados- apoyaba con fuego la acción de la otra mitad, que se divide en dos partes: fuerza de choque y fuerza de reserva. Esas fuerzas tenían como primera misión tomar la arrumbada de la galera enemiga y después controlar los puntos de dominio de la nave, el esquife y el fogón. Cervantes no estaba en ninguna de estas fuerzas, formadas por soldados veteranos, porque estos puestos eran los de mayor responsabilidad y gloria.

La mitad del batallón que quedaba en la galera propia para su defensa, se distribuye en vanguardia (la parte de proa desde donde atacaban las fuerzas citadas antes), “batalla” (que defiende el centro en los puntos altos como el fogón y el esquife) y la retaguardia (que defiende por la popa). Además había una fuerza de “socorro” que permanecía bajo la cubierta y que aparecía en medio de la lucha en los momentos más comprometidos.

Más de 40 muertos en la Marquesa

Jusé Manuel Lucía ha encontrado el testimonio de otro soldado de Lepanto que iba en la Marquesa. Se llama Juan Bautista Villanueva y presenta sus servicios ante el Gobernador de Valencia. Es arcabucero. Relata que en la Marquesa murieron más de 40 hombres. Explica el autor que tanta mortandad se explica por la posición de la galera en la parte izquierda donde el fuego fue más intenso. Y este Villanueva y sus testigos sí están en el lugar más peligroso del ataque, según su testimonio, que no es el esquife, sino el cuerno izquierdo. Allí le hieren y allí muere el general Agustín Barbárico. Ni una broma.

Ilustración de Cervantes en el esquife obra de Ricardo Sánchez
Ilustración de Cervantes en el esquife obra de Ricardo Sánchez
Así que -concluye Lucía- Miguel de Cervantes, soldado bisoño, con fiebre y poca experiencia, estaba destinado a la fuerza de socorro. Al no querer mantenerse en esa posición tan poco ventajosa, el capitán le envía a la “batalla”.

Tirando piñas incendiarias bajo el fuego

Allí está con los arcabuceros y otros soldados encargados de disparar el cañón que llaman esmeril. Pero todos estos son veteranos. Cervantes y otros bisoños se encargaron, seguramente, de tirar piñas incendiarias mientras los arcabuceros repartían fuego y recargaban. Estos hombres del esquife son objetivo prioritario para los arcabuceros enemigos. Por ello termina por recibir tres heridas, dos en el pecho y una en la mano, que le limitaría el uso de ese brazo izquierdo para el resto de su vida. Pero no se la arrancó ni dejó del todo inútil, puesto que, se señala también, era el “manco sano”.

Tal es la historia de los últimos indicios sobre Cervantes y su papel en la más alta ocasión que conocieron los siglos. Pero lo que no debemos olvidar, y gracias a la lucidez de esta biografía queda en primer plano, es que ese tipo de relato de la batalla es parte de descripciones del autor del Quijote en sus palabras, que busca dar una imagen concreta y expresada con intención de estilizar los hechos, y que todo lo relatado en la “información de Madrid” tiene por objeto pedir ayudas al Consejo de Cruzada.

#29

Re: Conocer la historia

No sé a que viene tanto glosar a quien también tuvo su lado oscuro ¿fue Cervantes un corrupto?

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

Te puede interesar...
  1. China huye de la deuda USA y potencia alzas Oro
  1. China huye de la deuda USA y potencia alzas Oro