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Re: Burbuja inmobiliaria de la A a la Z
Los imitadores siempre fueron un fracaso...
Tormenta perfecta sobre la vivienda
Tres problemas convergen sobre el sector de la vivienda que ensombrecen la intensa recuperación que estaba registrando. El primero es una desaceleración de la demanda de compra. Este año se venderán cien mil viviendas menos de lo que se esperaba. El segundo problema es la escasez de materiales para la construcción, debido a los colapsos en el suministro, y su acelerado encarecimiento, lo que retrasa cuando no suspende muchos nuevos proyectos de edificación. Y el tercero, como consecuencia del déficit crónico de oferta de viviendas a precio asequible, es la presión sobre los alquileres, cuyo precio no deja de subir, con el riesgo que ello supone para muchas familias vulnerables.
Un grave contratiempo añadido es que la dificultad de encontrar materiales para la construcción, cada vez más caros, unido a la falta de mano de obra cualificada, probablemente hará imposible la ejecución de los importantes planes de construcción de vivienda social que, por primera vez en muchos años, se había proyectado financiar con cargo a los presupuestos públicos.
Las ventas se debilitan, se encarecen los costes de construcción y suben los precios del alquiler
En el 2021 se registró un espectacular aumento de la compraventa de viviendas, superior en un 34,6% respecto al año anterior. El ahorro acumulado durante la pandemia, la creación de empleo y las ganas de cambiar hacia espacios más grandes, con terrazas o jardines, a causa de las estrecheces sufridas durante las restricciones, dinamizaron bruscamente el mercado inmobiliario. Muchos temieron el riesgo de entrar en una burbuja como la que provocó la anterior crisis. Sin embargo, un año después, la perspectiva de una subida de los tipos de interés, que finalmente se ha producido, con el consiguiente encarecimiento del crédito, el propio incremento del precio de las viviendas, que no ha dejado de subir –un 8% incluso este año–, la pérdida de poder adquisitivo a causa del descontrol de la inflación, que está en más del 10% anual, y la creciente incertidumbre que genera la guerra de Ucraina, que se prolonga en el tiempo, ha hecho desistir a muchos potenciales compradores. La consecuencia de todo ello no se ha traducido todavía en un estancamiento del mercado inmobiliario, ya que pese a todo aún crecerá en el 2022. Pero lo hará a un ritmo mucho más moderado, del orden del 6%. Ello hará que se vendan unas 600.000 viviendas, según las estimaciones del BBVA Research, frente a la cifra de 700.000 que se esperaba. Lo ideal sería que este ritmo de compraventas , mucho más equilibrado, se pudiera mantener también en el 2023, pero nadie lo puede asegurar a causa del progresivo descenso del crecimiento de la economía que se ha pronosticado.
El sector probablemente no habría podido dar respuesta a incrementos de la demanda tan intensos como los del año anterior, entre otras cosas porque la construcción de obra nueva atraviesa muchos problemas, como hemos dicho, derivados de la escasez y aumento de precio de los materiales, junto con una falta de mano de obra especializada, que impiden edificar con la rapidez necesaria que exigiría una demanda tan elevada.
Pero la necesidad de vivienda, sobre todo asequible para las rentas medias y bajas, sigue siendo uno de los grandes problemas del país. Nunca, desde los tiempos de la posguerra española, había habido tanta gente viviendo de realquiler y en condiciones precarias a cambio de alquileres tan altos. Las políticas adoptadas por el Gobierno, la Generalitat y los ayuntamientos para frenar el precio de los alquileres empiezan a provocar el efecto contrario, tal como se advirtió desde el propio sector, porque han restringido la oferta de pisos para alquilar, que era justo lo que se necesitaba incrementar con urgencia.
Una tormenta, pues, casi perfecta sobre el sector inmobiliario que perjudica uno de los más importantes derechos constitucionales: el del acceso a la vivienda.
Nunca, desde los tiempos de la posguerra española, había habido tanta gente viviendo de realquiler y en condiciones precarias a cambio de alquileres tan altos