Es imposible no revelarse contra esa forma de comunicar que los gastos subirán a todas las clases por los gastos de research, más cuando el concepto es el pago a proveedores de análisis y ya pagamos comisiones de gestión para que realicen esos análisis.
Se puede entender, incluso aplaudir que cambien de proveedores de índices para que la gestora ahorre en costes, más cuando éstos les han subido bastante y lo asume la gestora.
De la misma forma, podrían reducir y bastante el ratio de empleados no analistas de la gestora, y/o derivarlos en parte a Value School. Así, separando mejor los conceptos y objetivos de ambas empresas, incluso manteniendo sus sinergias, podría llevarles a sumar algún analista más con experiencia que realmente aportara valor a la Gestora.
Y es que además, eso evitaría que en la Gestora se percibiera un excesivo y empalagoso maquillaje comercial, aunque esté hecho con la mejor intención, en vez de una política de comunicación transparente, humilde y cercana, que es lo que vienen buscando los que huyen de la banca tradicional hacía la gestión independiente.
Y es que al final la Gestora no debe sino centrarse en generar buenos retornos a sus participes y explicar de la mejor forma posible su proceso, filosofía y decisiones de inversión. Los bonitos diseños de cartas y web con florituras, las encantadoras ediciones de vídeos, los no reconocimientos de riesgos y errores, la opacidad, lo que se perciba como intento de adoctrinamiento, las medias verdades, los ratios imposibles, los rebuscados gráficos de cherry picking, etc... Todo eso creo que sobra y más a largo plazo.
Retractarse ahora de asumir estos gastos de análisis externos que si asumiremos los partícipes (como en Azvalor), por ese concepto que debería asumir cualquier gestora decente (como hacen muchas) y así se vendió cuando lo asumieron, pero sobre todo la forma de comunicarlo tras lanzar una campaña de bajadas de comisiones: es otro desastre para su Imagen cuándo tenían mil formas mejor de hacerlo y sobre todo de comunicarlo con mucha más elegancia para no empañar la que creo es una bastante buena política de comisiones. Al final es más de lo mismo, en su comunicación siguen pecando en un defecto de formas.
Espero que se empiece a tomar por fin buena nota, sobre todo cuándo las críticas pretendan ser constructivas, para que se alineen aún más sanamente los incentivos y objetivos de todas las partes implicadas, y por supuesto para con los participes que son y siempre deberemos ser el eje central de cualquier IIC.
S2