¡Efectivamente!
Hay que conservar la esperanza, luchando ante las adversidades, vicisitudes y avatares de la vida, como nos enseñaron nuestros padres, su ejemplo nos hace ahora fuertes.
Probablemente me tenga que ir una temporadita a las tierras del Yeti a dar una mano de pintura al piso, etc. 
Ya te contaré cuando vuelva, la experiencia con el contratista de la cocina de aquí. Toda una epopeya, jajaaaa. ¿Te puedes creer que todavía no nos ha pasado presupuesto? Estando el jueves pasado en el notario, me llamó al móvil para darlo... ¡¡Ya me había olvidado hasta de su nombre!! ;-)
Se ve que no hay trabajo para muchos y a otros les sigue sobrando.
Un abrazo fuerte
¡Sed felices!
P.D.: Lisboa vuelve a estar relajadito...
 
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.