Te comento, pido un presupuesto para la cocina y se divide en dos, muebles por un lado y obra por otro. Total que viene el contratista y hace su trabajo, mide, calcula, presupuesta. Días después se pone en contacto conmigo el de los muebles y me dice que se va a quedar él con la obra, porque él lo vale, porque considera que es "bonita" y se puede hacer con un "buen precio".
Mosqueada, las moscas revoloteándome ambas orejas por detrás, le digo que me envíe el presupuesto por mail. No lo hace. Pasa otra semana en la cuál ni el presupuestador ni el Mueblero me llaman. Y de pronto un número móvil, desconocido hasta el momento, me llama y me pregunta que haber qué he decidido.
"Pues nada, si no sé nada todavía, no me has enviado el mail". ¿No lo has recibido? "No". Bueno, pues salía tantos euros, ¿qué me dices? "Necesito por escrito, cada partida detallada, memoria de materiales, envíame el mail y cuando llegue hablamos". OK
Tarda otros buenos 5 días y llega de una chica desconocida que disculpa al fulano alegando que su PC no funciona. Pienso que no quiere dejar huella. Mis moscas comienzan a convertirse en abejas y pican.
Me enfado y llamo al contratista. No sabe nada del asunto y dice que le va a dar un tirón de orejas al fulano -a ver que le podría llamar mengano o zutano-.
Y la menda, que parece dura cuál piedra, áspera cuál pómez, en el fondo es sensiblemente alérgica a trepas, robapuestosdetrabajo y roba trabajos, obras, faenas, etc.
Si le quiere robar la obra a su compañero, allá él y su conciencia, pero que no me use a mí como parapeto para hacer la faena, de las que empiezan con PU, porque no me gusta jugar al gato y al ratón y menos participar de estos feos.
Total, que con calma en casa me quedo pensativa y me da por imaginar qué poca gracia tiene que tener que tu compañero de trabajo te la juegue por detrás de una manera tan sucia.
Y son tan bobalicona que me entristezco.
Así que entré en Lisboa con rictus serio, un pelín plof, como te comentaba y casualidad leí un mensaje tuyo dirigido a mí, amable, entretenido y divertido, que me hizo sonreir y cambiar de humor. Estos detalles se agradecen. Por eso no quiero que Lisboa se rompa, me da pena que Ili no entre a diario como antes y como no le puedo echar la culpa al Boogie, ni al chachacha, se la echo al guasap, por descargar en algo, ;-)
Me temo que el caso del Mueblero no se trata de un transtorno bipolar, sino de un sinvergüenza de tomo y lomo, que ahora ya, ni da la cara.
Siento lo de tu amiga. Debe ser muy difícil convivir con este tema. Solo el amor, el cariño, la comprensión de sus seres queridos, amigos, etc y la profesionalidad de quienes lo traten, harán que poco a poco se vaya sintiendo mejor. Es duro y además la sociedad parece que sienta una incomprensión fuera de lo deseable, si bien es cierto, que poco a poco, nos vamos concienciando más.
Besotes
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.