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El triángulo suizo: manipulación o estrategia encubierta del SNB
Este gráfico del CHF/EUR muestra algo más que simples niveles técnicos: deja entrever lo que podría ser una intervención sistemática del Banco Nacional de Suiza (SNB) para contener la cotización en un rango estrecho y estratégico. Lo llamativo no es solo la precisión con la que el par respeta la resistencia en la zona de 1,087–1,08, sino también cómo rebota con igual precisión sobre la directriz ascendente que actúa como soporte.
Estamos claramente ante un triángulo rectángulo: máximos constantes, mínimos ascendentes. Un patrón clásico de consolidación que, sin embargo, aquí parece orquestado. ¿Quién interviene ahí arriba cada vez que se acerca a 1,08? Todas las pistas apuntan al SNB. Cada vez que el euro intenta fortalecerse por encima de ese nivel, el movimiento se frena en seco. Al mismo tiempo, se observa acumulación en la base del triángulo.
¿Por qué lo haría el SNB?
Porque Suiza, históricamente, ha intervenido para mantener su moneda controlada, protegiendo su balanza comercial y su competitividad internacional. Pero también hay una lectura más inquietante: están aparcando al euro en una banda de contención, como si esperasen algo.
¿Qué puede pasar cuando rompa este triángulo?
Aquí viene lo interesante. Si el euro rompe esta estructura hacia arriba —es decir, si se supera con claridad el 1,087–1,088— no estaríamos ante un simple movimiento técnico. Podría ser interpretado como una fuga hacia activos refugio, una señal de desconfianza monetaria frente al bloque europeo. En resumen: huida del euro, búsqueda de seguridad.
Con Alemania estancada y Francia con una deuda pública en el punto de mira de las agencias de rating, el contexto no invita al optimismo. Este gráfico no es solo análisis técnico: es una radiografía silenciosa del miedo financiero que se cocina bajo la superficie europea.
Estamos claramente ante un triángulo rectángulo: máximos constantes, mínimos ascendentes. Un patrón clásico de consolidación que, sin embargo, aquí parece orquestado. ¿Quién interviene ahí arriba cada vez que se acerca a 1,08? Todas las pistas apuntan al SNB. Cada vez que el euro intenta fortalecerse por encima de ese nivel, el movimiento se frena en seco. Al mismo tiempo, se observa acumulación en la base del triángulo.
¿Por qué lo haría el SNB?
Porque Suiza, históricamente, ha intervenido para mantener su moneda controlada, protegiendo su balanza comercial y su competitividad internacional. Pero también hay una lectura más inquietante: están aparcando al euro en una banda de contención, como si esperasen algo.
¿Qué puede pasar cuando rompa este triángulo?
Aquí viene lo interesante. Si el euro rompe esta estructura hacia arriba —es decir, si se supera con claridad el 1,087–1,088— no estaríamos ante un simple movimiento técnico. Podría ser interpretado como una fuga hacia activos refugio, una señal de desconfianza monetaria frente al bloque europeo. En resumen: huida del euro, búsqueda de seguridad.
Con Alemania estancada y Francia con una deuda pública en el punto de mira de las agencias de rating, el contexto no invita al optimismo. Este gráfico no es solo análisis técnico: es una radiografía silenciosa del miedo financiero que se cocina bajo la superficie europea.