#1881
Grupo San Jose (GSJ)
No deja de intrigarme la aparición de un tiempo a esta parte de una serie de inversores supuestamente agazapados durante años. Me refiero especialmente a Juan Villalonga o Javier Tallada, con relaciones ambos en el pasado, tanto de negocios como familiares (excuñados). Aunque el primero sí ha puesto aparentemente sobre la mesa el número de acciones que dispone, del segundo, con más misterio todavía si cabe, desconocemos cuál es su posición real.
He podido seguir desde la distancia gran parte de los movimientos de Javier Tallada durante muchos años, y por lo general, o entra en un sitio para una especulación pura y dura de poco tiempo (se maneja muy bien en medios digitales y foros), como hizo en Jazztel, o entra para controlar una compañía, o al menos tener un peso relevante en ella. Por eso me dejó bastante descolocado su entrada a “medias” en GSJ… pero ¿Y si hubiera entrado con un objetivo más ambicioso?
Vamos por partes, en octubre de 2019 vencía el préstamo participativo de 114M que llevaba aparejado, en caso de impago, unos derechos de conversión de acciones nuevas a emitir hasta cubrir dicho importe. Gran parte de estos warrants estaban en manos de Bank of America, que, según la prensa de aquella época, apoyaba a su vez a un fondo distressed, y que se hicieron en su momento con los créditos que otros bancos tenían contra la compañía, principalmente Barclays (135M) y Santander (190M), con más de un 50% de descuento, porque allá por el 2014 nadie daba un duro por el futuro de la empresa. Por cierto, Bank of America, unos años antes, ya le había facilitado al Sr. Tallada la entrada en Avanzit, allá por el 2006.
Por tanto ¿Y si el fondo que estaba detrás de esta compra tuviese algo que ver con Javier Tallada y allegados? Llegados a este punto quizás habría que señalar la buena relación que guardaba Tallada con Guillermo Mesonero Romanos, vicepresidente del GSJ hasta 2009, imagino que gran conocedor de los interiores de la compañía y de la calidad de algunos de sus activos.
Continúo… ¿Y si Javier Tallada y adláteres hubiesen trabajado hasta el 31-10-2019 con la hipótesis de que a las participaciones acumuladas sigilosamente durante estos años podrían sumarse la gran parte de las 17M acciones del préstamo participativo?
Hagamos el ejercicio de comprobar cómo hubiera quedado en ese caso la estructura de capital. Por simple aritmética, si sumamos a los 65M de acciones en circulación y las 17M nuevas, Jacinto Rey hubiera pasado a controlar el 39,6%, Hnas. Avalos el 10,9%, los nuevos accionistas del participativo un 20,7%, y el“supuesto “free float, y digo “supuesto” porque no sabemos qué parte de este capital flotante está realmente en manos de minoristas o fondos de inversión no alineados, un 28,8%.
Ni qué decir tiene que la lucha que hubo desde marzo hasta finales de octubre por controlar la acción fue considerable, con altos volúmenes (28 millones de acciones durante el periodo), operaciones en bloques (posiblemente usando acciones de las Hermanas Sánchez Avalos, como sugería en un post de hace algún tiempo)…etc, en fin, mucha volatilidad y mucha diversión por cierto, nada que ver con la situación actual… hasta dejar la media de seis meses en 6,70€, lo que conllevaba la consecuente emisión de las 17M de acciones de las que ya hemos hablado. Lo justo para que cuando el canje se produjera, el tándem Rey-Avalos pudieran seguir manteniendo el control de la compañía. Sin embargo, este nuevo escenario hacía que el principal accionista tuviera que depender de la Hermanas Sánchez Avalos, con lo que cualquier venta o bajada de participación hubiera podido comprometer el control de la compañía, sobre todo si el free-float no es tan amplio como se supone. Inquietante para la familia Rey, sobre todo teniendo en cuenta que las hermanas llevan varios años bajando poco a poco peso en la compañía.
Pienso que ese teatro de operaciones podría haber resultado muy positivo para el precio de la acción de haberse materializado, en especial para los minoristas no alineados, porque con los nuevos accionistas, la lucha por el control se podría haber trasladado a las pocas acciones realmente en circulación, lo que aseguraría la diversión.
Pienso que ese teatro de operaciones podría haber resultado muy positivo para el precio de la acción de haberse materializado, en especial para los minoristas no alineados, porque con los nuevos accionistas, la lucha por el control se podría haber trasladado a las pocas acciones realmente en circulación, lo que aseguraría la diversión.
Pero como todos sabemos el guión no salió según lo esperado, y a finales de octubre del 2019, después de guardar el más absoluto de los secretos y sin filtración alguna, y de jurar y perjurar la empresa que las nuevas acciones serían emitidas sí o sí, GSJ anunciaba la venta del 14,45% de DCN a Merlin Properties. Y con la liquidez obtenida, eliminaba de un plumazo toda la refinanciación del 2015, incluido el préstamo participativo. Los 17M de acciones que hubieran dado entrada a nuevos accionistas (o reforzar algunos existentes) se esfumaron, asegurándose la familia Rey el control absoluto de la cotizada.
Eso sí, los acreedores consiguieron los 114M€ de devolución de préstamo más intereses, pero no el canje por acciones, con lo que si alguien hubiera tenido algún tipo de acuerdo para adquirirlas, todo se hubiera ido al traste. Ahora podemos afirmar que Jacinto Rey usó la venta de las acciones de DCN para retomar el control de la compañía. Cierto es que eliminó el lastre de la deuda y la revistió de una sólida solvencia, pero no es menos cierto que esa decisión lo liberó de tener que compartir (o perder) la gestión de la empresa con nadie ajeno a la familia.
Eso sí, los acreedores consiguieron los 114M€ de devolución de préstamo más intereses, pero no el canje por acciones, con lo que si alguien hubiera tenido algún tipo de acuerdo para adquirirlas, todo se hubiera ido al traste. Ahora podemos afirmar que Jacinto Rey usó la venta de las acciones de DCN para retomar el control de la compañía. Cierto es que eliminó el lastre de la deuda y la revistió de una sólida solvencia, pero no es menos cierto que esa decisión lo liberó de tener que compartir (o perder) la gestión de la empresa con nadie ajeno a la familia.
Si la estrategia del grupo inversor hubiera sido la descrita, estos hechos lo cambiaban todo. ¿Qué sentido tiene permanecer en la empresa como un mísero minorista bajo una dirección de “ordeno y mando” y sin posibilidad alguna de influir en la compañía? Ninguna. Pero entonces surge el problemón de organizar una retirada medianamente digna, y esto implica tener que colocar en el mercado varios millones de acciones al mejor precio posible.
Pero como todos sabemos las acciones de GSJ son tremendamente estrechas, y llegados a este punto, es difícil suponer que Jacinto Rey tuviera algún motivo para facilitar salida alguna a nadie, y más si las intenciones de estos movimientos fueron hostiles. Sabemos además que una vez asegurado el control, la familia Rey no tiene prisas por poner el valor la compañía, porque cuentan con un considerable sueldo, así como un dividendo perfectamente sostenible que pueden convertir en recurrente si lo necesitaran. De este modo podríamos encontrar explicación a la indolencia de la compañía en el cuidado de su precio, así como su frustrante perfil bajo comunicacional con el mercado, especialmente acentuado, por cierto, estos meses. Y me vienen ahora a la memoria los problemas que tuvo Liberbank (obligada por el BCE) para deshacer su posición en GSJ… que por cierto fue salir y el valor dispararse, allá a finales del 2016.
Los resultados de esta calamidad saltan a la vista, desde noviembre del 2019 el precio de la acción ha pasado de 8€ a poco más de 4€, con una bajada significativa del volumen, a pesar del cambio brutal que supuso para la compañía la venta parcial de DCN.
Pero como todos sabemos las acciones de GSJ son tremendamente estrechas, y llegados a este punto, es difícil suponer que Jacinto Rey tuviera algún motivo para facilitar salida alguna a nadie, y más si las intenciones de estos movimientos fueron hostiles. Sabemos además que una vez asegurado el control, la familia Rey no tiene prisas por poner el valor la compañía, porque cuentan con un considerable sueldo, así como un dividendo perfectamente sostenible que pueden convertir en recurrente si lo necesitaran. De este modo podríamos encontrar explicación a la indolencia de la compañía en el cuidado de su precio, así como su frustrante perfil bajo comunicacional con el mercado, especialmente acentuado, por cierto, estos meses. Y me vienen ahora a la memoria los problemas que tuvo Liberbank (obligada por el BCE) para deshacer su posición en GSJ… que por cierto fue salir y el valor dispararse, allá a finales del 2016.
Los resultados de esta calamidad saltan a la vista, desde noviembre del 2019 el precio de la acción ha pasado de 8€ a poco más de 4€, con una bajada significativa del volumen, a pesar del cambio brutal que supuso para la compañía la venta parcial de DCN.
La acción ha ido estos meses lentamente cayendo en el olvido, con apenas 20M de títulos movidos este 2020, frente a los 41M del 2018, los 33M del 2018 ó los 92M del 2017, dificultando, de haber sucedido las cosas así, una salida fácil a cualquier paquete importante de acciones.
Y me chirría la reciente aparición de este grupo, que ahora, indignados, tratan de poner en valor la compañía. Un ejemplo de ello lo tenemos en el intento de dar publicidad al informe de Gotham Insight:
A ver, que el informe me parece correctísimo y perfectamente defendibles las conclusiones a las que llega, y el valor que confiere a la empresa, pero creo que nada tiene que ver con los analistas de Gotham que destaparon el caso de Gowex, como se ha dado entender, porque curiosamente el Sr. Tallada dispone de una sociedad denominada “Espíritu de Gotham S.L.”, algo así, como “Gotham Insight”, si lo traducimos al inglés.
O de Juan Villalonga, su excuñado y compañero de inversiones en otros lares, dando a conocer hace unos meses su participación, y apareciendo en algún que otro medio, pero muy alejado ya de la influencia que un día tuvo.
https://blogs.elconfidencial.com/economia/tribuna/2020-11-30/grupo-san-jose-juan-villalonga_2852764/
Lo cierto es que estos inversores tienen toda la razón del mundo, porque hay pocas compañías con un balance más solvente. GSJ sigue con grandes activos ocultos en su balance, así como una intacta y gran capacidad de generar caja recurrente, atributos para nada recogidos en el precio. Lo que no entiendo ni tengo claro son los motivos por los que estos señores han permanecido ocultos tanto tiempo, y de repente, se convierten en accionistas activistas, solo después que se esfumara la posibilidad de disputar el control a la familia Rey.
Lo más seguro es que este relato aquí expuesto sea solo pura ficción y esté completamente alejado de la realidad, pero podría dar una explicación a lo que está sucediendo.
Mientras tanto sigo invertido, pero me cuesta creer que estos nuevos inversores hayan entrado en una compañía tan estrecha y personalista con la intención de ser meras comparsas, con lo que tengo la impresión de que llevan desde finales del 2019 tratando de salirse como buenamente pueden.
Un saludo y paciencia.
Un saludo y paciencia.