#553
Re: Iberpapel (IBG): seguimiento de la acción
La inflación dispara los precios y la facturación del sector papelero nacional, aunque no se traduce en una mejora de la rentabilidad.
La incertidumbre económica y el alto precio de la energía son factores que lastraron la fabricación de papel y cartón en España durante el año pasado, a pesar de que el consumo de estos materiales y de la celulosa sigue en auge, por la mayor demanda de productos reciclables en comparación con el plástico.
La industria papelera, que cuenta con 69 fábricas en operación, cerró el año pasado con un volumen de producción de 6,04 millones de toneladas de papel y cartón, lo que se traduce en un retroceso del 4,6% en comparación con 2022, cuando la cifra también se contrajo cerca de un 5%, hasta 6,3 millones de toneladas.
El comportamiento de celulosa, sin embargo, fue diferente, ya que está experimentando una recuperación, lo que se tradujo también en una subida de precio desde la segunda mitad del año pasado. Entre enero y diciembre de 2023, las factorías españolas fabricaron 1,61 millones de toneladas de celulosa, lo que representa un avance interanual del 4,3%, dejando atrás la caída del 13% de 2022, con 1,54 millones de toneladas.
El director general de Aspapel, Manuel Domínguez, asegura, en declaraciones a EXPANSIÓN, explica que el papel y el cartón están cada vez más presentes en la vida diaria de las personas, por lo que prevé que su consumo se haya incrementado frente a los 7 millones de toneladas de 2022 (+2%), al igual que pasará en con la celulosa, que finalizó 2022 con casi 2 millones de toneladas y un aumento del 7,4%.
Domínguez anticipa que la cifra de negocio del sector papelero español, que engloba compañías como Saica, Ence, Iberpapel o Smurfit Kappa, entre otras, continúe al alza, cerrando un 2023 con cifras por encima de los 6.991 millones de 2022 (+34%), por lo que podría superar la barrera de los 7.000 millones de euros.
No obstante, subraya que este avance de los ingresos no se está traduciendo en "ganancias o beneficios" para la empresas papeleras, puesto que el crecimiento del negocio está directamente vinculado con el encarecimiento de los insumos a lo largo de todo el proceso productivo.
La previsión de Domínguez en cuanto a empleo en el sector también es positiva de cara a cierre de 2023, cuyos datos definitivos todavía no se conocen. En este sentido, contempla que seguirá la tendencia al alza de 2022, cuando el sector cerró con una plantilla en España de casi 17.000 personas, tras aumentar un 1,6% respecto a 2021.
Las mejoras de facturación, empleo y consumo de papel, cartón y celulosa durante 2023 vinieron acompañadas de grandes inversiones por parte de los grandes grupos papeleros instalados en España, enfocadas, principalmente, a la descarbonización, eficiencia energética y a la mejora de la competitividad -el sector invierte cerca del 7% de sus ingresos-.
LA SOMBRA DE LA INFLACIÓN
El director general de Aspapel, que hoy celebra el Encuentro Anual de la Industria Papelera, subraya que en 2024 cree que se mantendrán desafíos para el sector como la inflación, así como la sequía o la transformación hacia una industria más respetuosa con el medio ambiente. Para estos puntos, solicita el apoyo del Gobierno con medidas que ayuden a paliar los efectos de la sequía y también con un plan de acompañamiento a largo plazo para la descarbonización de la industria.
De todos los retos a los que se enfrenta la industria papelera sobresale el encarecimiento dela energía, que es uno de los factores que han tenido más impacto, puesto que la producción de papel, cartón y celulosa requiere una gran demanda energética tanto eléctrica como térmica. "En unas condiciones normales de los mercados, los costes asociados a la energía suponen cerca de un 30% de los costes operativos de una fábrica de nuestra industria, por lo que el aumento de estos costes tiene un impacto enorme en las empresas", explica Domínguez, que añade que en plena crisis energética, la factura de alguna de sus plantas se llegó a "multiplicar por ocho".
En 2024, también se presentan diferentes retos normativos como la Directiva de Emisiones Industriales, el Reglamento de Envases y Residuos de Envases que se está ultimando ahora mismo en Europa y el Reglamento EUDR contra la deforestación, que traerán cambios de gran importancia para la industria, mientras que también será clave el desarrollo del Perte de la Descarbonización.
"Las ayudas deben ser accesibles para las empresas y eso implica simplificar los procesos de solicitud, cumplimiento de las obligaciones y tramitación. En este sentido, por ejemplo, estimamos que los plazos límite de ejecución de proyectos son extremadamente cortos, imposibilitando de facto la implementación de algunas opciones tecnológicas", apunta el directivo, que pide aumentar las partidas del Perte con presupuesto no gastado de otros programas.