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Fitch eleva el rating de Repsol a 'BBB+', con perspectiva 'estable', respaldado por su bajo endeudamiento
Fitch Ratings ha mejorado la calificación crediticia a largo plazo de Repsol a 'BBB+', subiéndola así un escalón desde 'BBB', con perspectiva 'estable', debido al importante esfuerzo de la compañía para reducir su nivel de endeudamiento y una gestión "prudente".
En un comunicado, la agencia de rating, que eleva también la calificación a corto plazo desde 'F-2' a 'F-1', destaca que la mejora en el rating de la petrolera se produce tras su "fuerte desapalancamiento", por debajo de 1,0 veces Ebitda de apalancamiento neto, "incluida una reducción sustancial de la deuda bruta, una sólida ejecución operativa continua en sus negocios principales de petróleo y gas, una inversión continua en negocios bajos en carbono y una gestión financiera prudente".
A cierre del primer trimestre de este ejercicio, el grupo dirigido por Josu Jon Imaz redujo su deuda neta hasta situarla en 880 millones de euros, 1.376 millones de euros inferior a la del cierre del año 2022.
Repsol cerró la venta del 25% de su negocio de 'upstream' (Exploración y Producción) a EIG Partners por 3.400 millones de dólares (unos 3.163 millones de euros), de los cuales ha recibido 2.400 millones de dólares (unos 2.233 millones de euros) en el primer trimestre de este año y el resto le será abonado en cuotas iguales durante tres años.
La compañía presidida por Antonio Brufau mantendrá el control del negocio de 'upstream' y Fitch prevé que siga siendo financiado con fuentes internas y deuda financiera intragrupo.
Asimismo, considera que los pagos de dividendos a EIG serán "manejables" y se financiarán con el flujo de caja generado por el desempeño orgánico del negocio de 'Upstream'.
Además, Fitch añade que esta venta de la participación en el negocio de Exploración y Producción, junto con la de una participación en el negocio de Renovables de Repsol a EIP y Crédit Agricole, se considera "netamente positiva", ya que "aceleran" la puesta en valor y ayundan a "apuntalar" su posición financiera, "aumentando el margen financiero antes de una transición energética acelerada y en medio de la volatilidad continua en los mercados de petróleo y gas".
SIGUE A MOODY'S Y S&P.
Esta mejora se suma a la realizada por Moody's y S&P a finales de 2022. En concreto, Moody's subió la calificación crediticia a largo plazo de Repsol, situándola en 'Baa1' desde 'Baa2', manteniendo la perspectiva 'estable'. S&P, por su parte, mejoró su nota en un escalón a 'BBB+' con perspectiva 'estable', frente a la anterior calificación 'BBB' con perspectiva 'positiva'.
Estas tres mejoras del rating refrendan la evolución de la estrategia de Repsol, así como el sólido perfil financiero de la compañía, que en un entorno inflacionista, ha tenido una relevante generación de caja, que ha permitido una significativa reducción de la deuda y una propuesta de incremento de la retribución al accionista.
MODERACIÓN EN LOS MÁRGENES DE REFINO.
No obstante, la agencia advierte de una "moderación" a partir de 2024 en los márgenes de refino, después de la solidez mostrada a lo largo de 2022 debido a las menores exportaciones rusas de combustibles a Europa.
En el primer trimestre de este año, Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.112 millones de euros, lo que representa una caída del 20% con respecto a los 1.392 millones de euros que registró en el mismo periodo del ejercicio anterior, debido a la caída en los precios del crudo.
El resultado neto ajustado del grupo, que mide específicamente la marcha de los negocios, alcanzó los 1.891 millones de euros hasta marzo, casi un 80% más que en el mismo periodo del año pasado