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Crisis en bancos regionales de EE.UU
En los últimos días hemos sido testigos de un nuevo foco de tensión en el sistema bancario estadounidense: varios bancos regionales han visto desplomarse su cotización tras divulgar pérdidas derivadas de préstamos irrecuperables, fraude crediticio y deterioro de la calidad del crédito.
Por ejemplo:
- Zions Bancorp reveló cancelaciones por unos 50 millones USD vinculadas a préstamos fraudulentos en su unidad California Bank & Trust. La acción cayó más del 11 %.
- Western Alliance Bancorporation admitió una demanda contra un prestatario por fraude y enfrenta estimaciones de pérdidas próximas a 100 millones USD. Su acción bajó más del 10 %.
- Fifth Third Bancorp reconoció una pérdida de 178 millones USD debido a la quiebra de la concesionaria de automóviles Tricolor Holdings, lo que indica que las tensiones crediticias se extienden más allá de la banca más pequeña.
Estas turbulencias, aunque centradas en bancos de menor tamaño, tienen efectos que superan el ámbito regional:
- El índice de bancos regionales de EE. UU. (SPDR S&P Regional Banking ETF) cayó cerca de un 7 % en la sesión.
- La incertidumbre sobre la calidad del crédito y sobre la liquidez interbancaria ha reactivado comparaciones con la crisis bancaria de 2023.
¿Qué lecciones y riesgos extraigo de esta situación?
- Las subidas prolongadas de tipos de interés aumentan la presión sobre la banca regional, que normalmente depende de márgenes de intereses y de créditos más arriesgados (auto, inmobiliario comercial, pequeñas empresas).
- La proliferación de préstamos problemáticos o con menos garantía (o incluso fraude) puede convertirse en un desencadenante de crisis más amplia, si se contagia al sistema interbancario o a bancos de mayor tamaño.
- Aunque los bancos regionales no constituyen el núcleo del sistema bancario global, su vulnerabilidad creciente y la interconexión financiera hacen que el riesgo de impacto mayor no pueda ignorarse.
- Desde la perspectiva de inversión, se abre el escenario tanto de oportunidad (valoraciones deprimidas) como de precaución: conviene revisar exposición a sectores financieros, calidad de préstamos, liquidez y regulación bancaria.
En mi opinión, la clave no está en asumir que “ahora viene otra gran crisis bancaria” de forma inmediata, pero sí en reconocer que el riesgo ha aumentado de forma tangible. Puede ser que los próximos trimestres serán críticos para ver si estas señales aisladas se amplían o permanecen contenidas. ¿Qué opináis vosotros? ¿Creéis que esta nueva fase de estrés en la banca regional es un aviso temprano de una crisis mayor o simplemente un episodio puntual que pasará sin mayor daño sistémico?