Yo veo a los pobres pidiendo limosna a la puerta de un supermercado o de una iglesia, pero nunca en la de un sindicato o sede de un partido político.
La iglesia lleva un 60% de la labor asistencial que se realiza en España. Quizá si se gastase el dinero en hacer publicidad de lo buena que es, en vez de ser buena, habría otra opinión.
A mi se me ocurren otras cosas...
Dilas
Quiero dejar claro que no me referia a farra o pilinguis...
Prefiero que se lo lleve la Iglesia que algo de obra social hace, y no la SGAE. Aquí si que me encantaría saber en qué se lo gastan. y no me refiero a cada vez que se paga por reproducir la obra de un artista o músico (esto se lo han ganado bien ganado) sino al dinero del canon digital.
Se que es cambiar un poco de tema, pero es que cada vez que me acuerdo de que les han autorizado un impuesto revolucionario me enervo.
Estoy de acuerdo en que la iglesia hace una labor social importante, también "algunas" ONG, y soy partidario que de la misma forma que uno pone la X en la casilla de la iglesia o fines sociales, también debería de haber una tercera opción, a ninguna.
Con todo lo que ingresa la iglesia, ¿Por qué no se ha oído nada de que hayan realizado una aportación para Haití?
Pues no debes ir a misa o no debes leer bien la prensa; yo he dado unos euros en una colecta un domingo para Haití.
Cuando se reúnen partidas de dinero se financian proyectos de desarrollo en países pobres, recuerdo haber oído los proyectos de desarrollo financiado por manos Unidas con lo recolectado el día de la lucha contar el hambre, uno de ellos era una generador eléctrico en la República Dominicana para alimentar un taller y pudiesen traer ingresos a las familias.
Las ayudas son a través de Cáritas; como dato, las ONG españolas católicas o no, recolectaron una ayuda superior a la del gobierno español para los damnificados del Tsunami de hace años en Indonesia.
Es que además ese dinero va limpio y directamente porque hay ya obras sociales funcionando que lo gestionan (comedores, escuelas, hospitales...) Las ayudas gubernamentales van, conducidas por una nutrida comisión de parlamentarios, al bolsillo del dictador de turno que tiene sumido al país en la miseria.