El objetivo de gestión es obtener, aplicando una gestión tipo Inversión Socialmente Responsable (ISR) durante el periodo de inversión recomendado de 5 años, una rentabilidad neta de comisiones superior a la de su indice de referencia. Para alcanzar ese objetivo de gestión, la estrategia se basa en una gestión activa de la cartera, que se invierte fundamentalmente en títulos de deuda subordinada (un tipo de deuda más arriesgado que la deuda senior/garantizada) o en cualquier título que no se considere una acción corriente, emitidos por entidades financieras. Hasta un máximo del 10% del patrimonio neto se puede invertir en renta variable: acciones ordinarias procedentes de una conversión o un canje de deudas por acciones a iniciativa del emisor.