

Queridos Argonautas:
El 16 de Diciembre de 2010 inició su camino el fondo anterior con un valor liquidativo de 10€ por participación. A 30 de Noviembre de 2018 representaba una ganancia del +38,23% sobre el valor inicial y desde el 1 de Diciembre de 2018 hemos continuado la ruta en el fondo GESTION BOUTIQUE VI ARGOS (en adelante “Argos”). A 28 de Febrero el valor liquidativo- histórico- es de 18,563921 (o, en liquidativo del GESTIÓN BOUTIQUE VI ARGOS: 134,373853€) lo que deja la rentabilidad histórica en +85,64% y en el año 2025 en +3,48%. El mes de Febrero, especialmente boyante para los mercados, ha permitido al Argos continuar incrementando el valor liquidativo a niveles de máximo histórico. Al igual que en otras ocasiones los movimientos a corto plazo sólo sirven de distracción. La situación sigue siendo compleja y por ello seguimos concentrados en el margen de seguridad y lo que os pueda insistir en la disciplina inversora sigue siendo fundamental.
La siguiente tabla compara el valor liquidativo del Argos con los principales índices desde el inicio oficial, no el real, cuya comparativa figura en la tabla de la última página:

COMENTARIO GENERAL
“Dado el número de repetidas apariciones en nuestras cinco mayores posiciones estoy tentado de repetir uno de nuestros mantras que es “Haz dinero con los viejos amigos”. Sin embargo, tres de esos viejos amigos que han sido repetidamente contribuidores a nuestra cartera fueron detractores este año, en concreto L´Oréal, IDEXX y Novo Nordisk. Sin embargo, si tuviera en algo esto yo lo definiría como una pequeña pausa en su comportamiento de largo plazo y nosotros intentamos pacientemente esperar a que retornen a su hábito. A nuestro modo de ver, son simplemente demasiado buenas para venderlas y arriesgarnos a estar desinvertidos cuando la marea regrese.
Continuamos aplicando una simple estrategia de tres pasos: Comprar buenas compañías. No pagar en exceso. No hacer nada.”
Terry Smith
Fundsmith Letter to shareholders 2024- January 2025, pag.5
“Montgomery también olvida mencionar que, en ausencia de dividendos, los precios que pagas al inicio y recibes al final determinan tu rentabilidad. Consideremos, como él sugiere, una acción cuyo ROE ha sido 20% anual durante cinco años. Berkshire, como hemos visto, no califica como tal y es vital enfatizar que pocas compañías lo hacen. Pero no importa, digamos que localizas una. También asumamos…… que puedes asumir con certeza que su ROE durante los siguientes 5 años será del 20%. Si compras esa acción hoy, ¿cuál será su retorno dentro de cinco años? Si eres lo suficientemente afortunado como para comprarla a PER 10 entonces, probablemente, lo hará muy bien; incluso si se sigue vendiendo a PER 10 en cinco años tu rentabilidad anualizada será un jugoso 15.7%. Dese cuenta, sin embargo, que dicha rentabilidad es inferior al ROE. ….. Si tu acción se vende por, digamos, PER 20 tu rentabilidad anualizada asciende a 32.9%. …… Contrariamente, ¿y si compras la acción a PER 40 y cinco años después se vende a solo 10 veces? Las consecuencias son muy dolorosas, una rentabilidad anualizada de -12.3% y por tanto una recuperación del 48% de lo invertido.”
Chris Leithner
Dividends aren´t a bane- they´re a boon, November 20, 2023 pag. 11
“He dicho muchas veces que las estimaciones pueden ser útiles incluso cuando son erróneas. Su valor no está tanto en su certeza sino en obligarnos a considerar las posibilidades. Tim Harford dijo lo mismo en una reciente columna del Financial Times. Cito (énfasis en negrita mío- de Mauldin):
´Aquí está el problema con las estimaciones: algunas son correctas y otras equivocadas y cuando descubrimos la realidad es demasiado tarde. Esto lleva a lo que podríamos llamar la paradoja de la estimación: la prueba de una estimación útil no es si resulta adecuada sino en si resulta en alguna acción útil en previsión. La adecuación puede ayudar pero puede que no. Estar advertido no significa estar necesariamente preparado… Pensar seriamente sobre el futuro puede ser un ejercicio que merece la pena, no porque el futuro pueda ser conocido sino porque el proceso es probable que nos haga más sabios.
Creo que Tim tiene toda la razón. Cuando imaginamos lo que podría ocurrir también pensamos lo que haríamos si sucediera. Esto nos prepara para actuar más sabiamente cuando o si el pronóstico se vuelve real. …… La respuesta más sabia puede no ser hacer algo sino no hacer algo. Mantenerse en el mismo curso puede ser sorprendentemente difícil. Reaccionar rápidamente no es necesariamente de ayuda. Como mi viejo mentor Gary North decía a menudo: No hagas solamente algo. Siéntate ahí.”
John Mauldin- Thought from the Frontline- January 11, 2025 pág 2
“Hace quince años el mercado de acciones americano se había alejado de los mínimos del siglo de nueve meses atrás. La crisis de las hipotecas subprime conmocionó al mundo y el pánico se adueñó del mercado bursátil. Nadie lo supo entonces pero el mercado tocó fondo en Marzo de 2009. Desde 2010 hasta el final del último año, el mercado se sumió en una carrera irreal que nadie esperaba porque las acciones eran el último lugar donde alguien quisiera poner su dinero. Contrastando el periodo con hoy, las acciones americanas son de lo que todo el mundo habla. No las acciones internacionales. No los mercados emergentes. No los bonos. Son las acciones de EEUU, específicamente las grandes compañías tecnológicas.
Los humanos son así de raros. El tiempo dulcifica el susto de los peores momentos del mercado con cada año que pasa, haciendo más fácil olvidar cuan arriesgadas pueden ser las acciones, especialmente cuando el comportamiento reciente es excepcional. ……. Por supuesto, antes de que el S&P experimentara la ´década perdida`. Las grandes compañías perdieron un 1% al año incluyendo dividendos desde 2000 hasta 2009. Los REIT tuvieron el mejor comportamiento durante ese periodo con un 10.6% al año. ……. ¿Y por qué se comportó tan pobremente el S&P500 durante 10 años? Debido a su fabuloso comportamiento de la década anterior que terminó en la burbuja puntocom.
Los mercados son así de raros. El peor activo por comportamiento que nadie quiere tener puede, a menudo, ser el mejor activo para tener.”
Novel Investors- 2024: A year in returns, January 8, 2025 pág 1
Este mes de Enero ha visto fuertes revalorizaciones en los mercados y, como siempre, cuando el mercado se dispara el Argos suele subir, pero no tanto como aquél. En este mes, sin embargo, el mercado que ha tenido recortes ha sido el americano que, como sabéis desde el inicio, sólo os lo indico – como los otros diferentes del Ibex35 con dividendos brutos- a modo de información. A lo largo del mes, como os comenté a través del grupo en Telegram, llegamos a alcanzar casi el 6% de rentabilidad en el año y a superar ligeramente el nivel de los nueve millones de patrimonio bajo gestión. Ello llevó a que, todos los argonautas, en ese momento estuvieran en positivo independientemente de cuándo hubieran invertido. Dado que a final de mes hemos recortado ligeramente desde esos niveles, los últimos que hemos hecho aportaciones (sí, yo también estoy entre ellos) tenemos esa aportación ligeramente en negativo. Nada que sea especialmente relevante de cara al largo plazo pues, como podéis ver en el histórico, los movimientos al alza y a la baja de los mercados son consustanciales al mismo. De ahí la insistencia en mantener siempre el foco y la concentración en el largo plazo para evitar el ruido de fondo del día a día.
Vayamos con la primera de las citas. Terry Smith es un grandísimo inversor y sus consejos deberían ser tenidos en cuenta por todos los que nos adentramos en el mundo financiero. Esta cita en concreto tiene bastante que ver con el Argos y la concentración de sus inversiones (de vuestro/nuestro dinero) en las principales posiciones. Dichas compañías son, en palabras de Smith, nuestros buenos y viejos amigos y pretendemos, en la medida de lo posible, mantenerlas en cartera mientras todo siga en línea con lo razonable. Las empresas que más pesan en nuestra cartera, como podéis ver en la gráfica de las posiciones actuales, son empresas en las que llevamos algunos años con ellas y un par, en concreto Ferrovial e Inditex, están con nosotros desde la primera operación el 21 de Enero de 2011. Son buenos y viejos amigos y, ciertamente, nos han producido mucha rentabilidad. Por contar sólo la acumulada desde esta segunda fase del fondo desde que cambiamos de entidad gestora hace unos años, Ferrovial nos ha generado casi un 170% e Inditex casi un 125%, sin incluir los muy jugosos dividendos que nos reparten. La ganancia acumulada en las cinco primeras posiciones, para que os hagáis una idea, asciende a más de 1.950.000 euros y la menor rentabilidad promedio de ellas es Berkshire Hathaway con un 16,45% anualizado. Ojalá todas las empresas nos resultaran tan fabulosas… pero yo también meto la pata.
Sin embargo, por muy interesante que resulten esos datos, lo importante que quiero compartir con vosotros es el consejo de Smith: comprar buenas empresas, no pagar en exceso (algo que procuramos una y otra vez… y no siempre logramos- culpa exclusivamente mía, por cierto) y, finalmente, no hacer nada. Nada más que dejar que los equipos directivos de esas empresas en las que confiamos hagan su trabajo y sigan haciéndolo igual de bien durante muchos años. Es cierto, y os lo adelanto, que cuando alguna de ellas supera el valor intrínseco, pese a las pocas ganas que tenga, creo que lo razonable es vender o, en este caso, reducir ligeramente la posición. Si tenemos un billete que vale cien a día de hoy y nos ofrecen 105, lo lógico, lo prudente y lo razonable es vender o reducir el número de esos billetes que, el mercado optimista, nos ofrece quitárnoslo de las manos a un precio superior a su valor. El problema con estas empresas excelentes- por eso las muevo tan poco- es que son creadoras de valor y, como veremos con el caso de Ferrari, es más fácil que me equivoque por defecto que no por exceso.
La cita de Leithner nos centra en algo que debemos tener siempre presente: el precio que pagamos determina la rentabilidad que obtendremos. Recordad que el cálculo del valor de un activo, resumiendo, viene a ser hallar el valor actual, el valor presente de todos los flujos de efectivo que dicho activo (acción, bono, alquileres, etc) va a generarnos en el futuro y descontados dichos flujos de efectivo a una tasa de descuento adecuada. Eso nos da el valor del “billete”, pongamos cien euros por acción. Y respecto a dicho valor actual es cuando debemos comparar el precio que el mercado nos pide o nos ofrece por él… a veces 50 y otras veces 200 por algo que, hemos calculado, a fecha de hoy generará el equivalente a 100 euros por acción.

Desde luego no es lo mismo pagar 50 que 200 por algo que, en definitiva, vale 100. Ese precio de compra es lo que determinará nuestra rentabilidad. Veamos el caso de Berkshire Hathaway que no nos paga dividendos y, por tanto, el precio al que invertimos en ella determina su rentabilidad anualizada. Actualmente, en esta segunda etapa del Argos (aunque en la primera fue parecido) la rentabilidad anualizada de nuestra posición alcanza el 16,45% de rentabilidad al año. Dado que la empresa no es capaz, por su propia operatividad, de alcanzar esa cifra (ni, podríamos decir, superar el 8% anualizado), ¿cómo es posible que nuestra rentabilidad promedio sea ligeramente más del doble de lo que la propia empresa consigue? ¿Soy más listo que Warren? (Os adelanto desde ya que NO). Lo que sucede es que, a lo largo de los años, hemos podido invertir en la empresa a precios muy buenos y dichos precios baratos respecto a su valor han determinado que nuestra rentabilidad anualizada sea tan buena. El objetivo para cualquier inversor debiera ser el mismo: calcular el valor de las empresas que quiere adquirir (o de los bonos de deuda) y comprar, sólo, cuando su precio sea inferior, muy inferior, a dicho valor.
La cita de John Mauldin puede resultar algo más filosófica- lo que seguramente muchos me agradeceréis- pero es igual de relevante. Hemos hablado de la importancia de calcular el valor de las empresas donde invertimos y que ello implica realizar asunciones sobre lo que la empresa puede lograr en el futuro y éste, por desgracia (o por suerte) es desconocido y debido a ello tenemos que realizar unas estimaciones. De ello nos habla Mauldin. En realidad, él se refiere más a las relativas a la evolución de la macroeconomía mientras que nosotros nos centramos en las propias empresas, pero el concepto de su importancia es el mismo. No por hacer unas estimaciones muy detalladas vamos a saber más sobre el futuro ni vamos a acertar más que si solo hacemos unas estimaciones más o menos generales o más o menos “promedio”. Lo importante de hacerlas es que nos obliga a pensar en las alternativas, las consecuencias y en cómo deberíamos actuar en caso de que la realidad se mueva en línea con dichas estimaciones o muy alejada de ellas.
Por ejemplo- y no veáis más de lo que os explico- cuando hice un análisis sobre TESLA, empresa que no tenemos en cartera, estimaba para este año 2024 pasado una cifra de ventas de 385 mil millones. La cifra real ha sido de 97,7 mil millones. El beneficio neto estimado lo había calculado en 77 mil millones, la cifra real se quedó en 7 mil millones (GAAP). La cifra estimada de vehículos vendidos (en todas sus gamas) era de 5,5 millones. La real vendida fueron 1,8 millones. De acuerdo, parece que fui demasiado optimista en las estimaciones… y es cierto. Lo fui a conciencia pues quería saber si, logrando esos resultados que la empresa no ha logrado ni acercarse, el valor de esos flujos me justificaba el precio de cotización de la empresa. Y no lo hacía… el resultado es que, básicamente, no teníamos margen de seguridad para invertir en ella. Imaginad el valor cuando ni siquiera se ha acercado a las cifras optimistas que yo asumía, en especial ponedlo en relación a su cotización actual que, de forma sorprendente (para mí, al menos), ha seguido subiendo como si lograra superar las cifras optimistas que yo planteaba. En fin, el error hubiera estado en comprar TESLA sólo porque todo el mundo la compraba y no hacía más que subir. Como inversores en valor tenemos la obligación de invertir, sólo, cuando tengamos una cierta seguridad de que el valor que adquirimos es mayor que el precio que pagamos.
Y sí, desde luego hay errores tanto al alza como a la baja… pero esos errores de omisión duelen menos que los de comisión.
Terminamos con la última de las citas, de Novel Investor. En ella se nos recuerda lo sucedido cuando la crisis financiera global, con la debacle y desaparición de bancos señeros siendo el más importante de los mismos Lehman Brothers. Pero dicho recordatorio de la historia de lo sucedido en aquel momento (yo lo tuve que vivir en primera persona en banca privada, antes del Argos, y cuyo reflejo, mensual, quedó publicado en mi primer libro El lemming que salió raro -Ed. Eje Prod. Culturales, 2012, donde se puede leer las Cartas a los Inversores que escribía, en aquellos tremendos años, a mis, entonces, clientes), dicho recordatorio histórico, digo, sólo nos aporta el marco o el concepto de qué se vivía en aquellos momentos no para pensar que se vaya a repetir exactamente igual sino para sacar lecciones y aprender de nuestro propio comportamiento. En aquel momento, nadie quería acciones, nadie quería estar invertido. Las acciones eran el activo apestado del que, prácticamente, todo el mundo huía.
Yo, como explico en aquellas Cartas, había comenzado a hacer liquidez con el patrimonio de los inversores en, creo recordar, Septiembre de 2006. Al principio lentamente y, poco a poco, fuimos incrementando la liquidez global. E invirtiendo también en otros activos como renta fija o los REIT por la jugosa renta vía dividendos que nos ofrecía. Pero el peso de la liquidez había aumentado antes de que Lehman Brothers cayera. Después todo se desató… y empezamos a comprar. En especial recuerdo la operación sobre Inditex que, dado los split siguientes, se adquirieron a precios alrededor de unos 3€ por acción. Ya sabéis que cotizan ahora en 52€, a los que hay que sumar los dividendos cobrados durante todos estos años. En aquel momento, cuando nadie quería acciones nosotros invertimos porque hicimos caso del consejo de Buffett: “sed temerosos cuando los demás son codiciosos y sed codiciosos cuando los demás son temerosos”. Funcionó de maravilla.
Lo importante de la cita, que tiene que ver con las anteriores, es que vuelve a recordarnos que es el precio respecto al valor lo que determinará nuestra rentabilidad. Cuando las acciones no son deseadas, su precio tiende a estar por debajo de su valor lo que incrementa el margen de seguridad y, con ello, aporta una rentabilidad extra a lo que la propia compañía puede ofrecer. De modo contrario, cuando las acciones son el activo más deseado, cuando los “inversores” no se preocupan por el valor de lo que compran sino que sólo se plantean si lo que hoy compran caro puede venderse más caro mañana, entonces es cuando el precio de las mismas tiende a estar por encima de su valor, restando rentabilidad a lo que la compañía puede ofrecer por sí misma. Naturalmente puede que haya un sector sobrecalentado y haya empresas individuales que estén baratas. Ahí radica la labor del gestor/asesor en encontrarlas y, caso de no hacerlo o de no encontrar empresas mejores que las que ya tiene en cartera, seguir el consejo de tantos buenos inversores y quedarse quietos sin hacer nada. Bien sabéis que, en el Argos, el arte de no hacer “nada” es practicado continuamente y que sólo nos movemos cuando pensamos que hacerlo tiene sentido, sea para comprar más de lo que ya tenemos, sea para incorporar alguna nueva empresa- como el mes pasado-, sea para reducir posición o eliminarla por completo. Hacer “nada”, por otro lado, implica hacer “algo”: valorar que lo que tenemos está bien como está.
Os incluyo la cartera completa incluyendo los pesos de cada título.

Algunas Operaciones
A lo largo del mes no hemos hecho ninguna operación, es decir, hemos practicado el arte de no hacer nada. Hemos dejado, sencillamente, que nuestras empresas sigan haciendo su trabajo, que nos presenten resultados, los hemos analizado y, en general, nos han gustado. Hemos visto entrar algo de liquidez que hemos decidido mantener fuera del mercado incrementando el peso de la liquidez ligeramente. Hemos visto cómo los precios subieron con fuerza los veinte primeros días y cómo en los últimos cinco han recortado ligeramente… y en todo el devenir hemos mantenido la cabeza fría, la calma de espíritu y el foco en seguir analizando empresas, alguna de las cuales, por cierto (gracias Xisco) nos las habéis pasado vosotros para echarles un ojo. Aunque no termine de invertir en ninguna de ellas no es porque no sean interesantes o no estén baratas, es algo más complicado. Recordad que como fondo pretendemos tener una cartera concentrada por lo que, en líneas generales, para incorporar una nueva empresa “casi” debemos tener prevista la salida de alguna otra. Si la nueva a incorporar no me gusta tanto como las que ya tenemos, prefiero dejarla para otra ocasión e invertir, de hacerlo, más en las que ya tenemos. Pero el interés que mostráis con vuestra cartera, pues eso es lo que es el Argos: vuestro, es un lujo que no todos los asesores/gestores de fondo tienen. Lo he dicho muchas veces, no creo que haya inversores más comprometidos con “su” fondo que los argonautas, y eso es de agradecer.
Bien hablemos algo de alguna de nuestras empresas. Comencemos con FERRARI que, como bien sabéis es una auténtica delicia de compañía. Los datos que os voy a explicar son relativos al momento de la compra y lo que ha sucedido en estos años. En su momento, año 2022, los datos que teníamos respecto al ejercicio anterior eran una cotización de 190 euros (no os pongo los decimales), un beneficio por acción (bpa) de 4,50€ lo que daba un PER de más de 42 veces. Este último dato, por si mismo es demasiado alto como para resultar atractivo a cualquier value pero, si recordáis, siempre os he explicado que el PER, por sí solo, no es muy indicativo de nada. En este caso, afortunadamente, no lo fue. Su valor en libros era de 9,63€ por acción y su precio respecto al valor en libros (price to book o P/B) era un tremendo- por lo caro- 19,75 veces. Todo ello debería habernos mantenido alejados de esta empresa… y hubiera sido un error; un tremendo error.

Como vemos il cavallino rampante sigue rampando a muy buen ritmo. Pero no es tanto sus buenos resultados lo que hoy quiero compartir con vosotros. Veamos en qué han quedado aquellas cifras. La cotización actual (no cuento los dividendos cobrados pues todavía son poco relevantes) es de 450€ por acción, el bpa ha ascendido a 8,46€ que, respecto al precio que pagamos en su momento, hace que nuestro PER actual a precios de compra sea un mucho más razonable 22,5 veces; el valor en libros actual es 19,74€ por acción que reduce, también respecto a los precios de compra, el P/B a un menos exagerado de 9,64 veces. ¿Cómo ha sido posible esto? Estimaba que sus cifras de venta crecieran a ritmos ligeramente superiores a su reciente media histórica- debido a la mayor apetencia por sus vehículos, el mayor número de millonarios a nivel global y la propia subida de precios y márgenes sobre las que Ferrari no tiene competencia. Los márgenes, tanto operativos como netos, también crecían, en mi estimación, al ritmo histórico tanto de flujos de caja como de beneficios, por lo que, en principio, parecía una asunción prudente de crecimientos. La tasa de descuento usada, con una empresa como Ferrari, absolutamente única en el mundo, fue el 9%- los tipos oficiales estaban bastante más abajo-, y ello nos daba un valor actual, respecto a su cotización de 190 euros de casi 230 euros. En resumen, teníamos margen de seguridad, aunque no mucho, sólo un 20%, era comprar un billete de 100 por 83 euros ¿Qué pasó?
Lo que sucedió es que Ferrari deshizo todas mis estimaciones (si antes hablamos de “estimaciones”) y las superó todas. Para que os hagáis una idea tanto las ventas como los márgenes han sido bastante mejores que lo que yo había asumido (el beneficio ha resultado un 33% mejor que mi estimación), y debido a ello, los mercados, en vez de rebajar su PER a un más razonable -para esta empresa- de 32 veces, lo ha mantenido por encima de las 40 veces. Ello ha resultado en una empresa fabulosa que ha visto recompensado su comportamiento operativo con una enorme apetencia por sus acciones. Y los argonautas nos hemos visto favorecido con ello. De ahí nuestra rentabilidad.
Dado que la empresa es creadora de valor, su valor actual también se ha disparado aunque su precio lo ha seguido de cerca. Actualmente todavía nos ofrece un margen de seguridad y, mientras sigamos en esta línea, no tengo intención de recomendar ningún movimiento sobre ella. Ojalá- rezad por ello- con el tiempo, la cotización se quede algo rezagada y el margen se amplíe para poder volver a incrementar posición en FERRARI.

Las perspectivas que ofrece la empresa para este año 2025 son positivas aunque sin exceso, la única línea (y muy importante) que aparece con crecimiento de doble dígito es el flujo de caja industrial. Lo que, ya os adelanto, no es nada malo.
Respecto a FERROVIAL, para terminar, unas breves reflexiones sobre nuestra principal posición en cartera. Recordaréis, los que estáis en Telegram, la noticia cuyo titular sobre los resultados de Ferrovial era que había ganado un 604% más que en el año anterior 2023. Ese ritmo de crecimiento parecería asombroso, chiripitifláutico incluso (Mary Poppins diría supercalifragilisticoespialidoso). Y lo es… si fuera correcto. No me malinterpretéis, no es que el periodista que redacta la noticia no sepa calcular el incremento o que su hoja de cálculo funcionase mal ese día. Es más simple que todo eso, sencillamente se ha quedado con la cifra final de resultado sin mirar a qué corresponde o el porqué de dicha ganancia tan extraordinaria.

Si hacéis los cálculos entre esas dos cifras veréis que el incremento es ese 604% que nos indica la noticia, pero el analista financiero debe mirar de donde viene, cómo se ha logrado dicho resultado y si es recurrente o no. No lo es. Si os fijáis más arriba – disposals- Ferrovial ha tenido un ingreso extra en el año pasado debido a la venta de su participación en Heathrow por esos 2.000 millones de euros. No es una noticia nueva, quiero decir, ya la empresa había informado hace un par de meses del cierre de dicha operación y, simplemente, ahora se produce el reflejo contable… no ha sido ninguna sorpresa como bien sabemos los argonautas.
Pese a este ingreso extraordinario y no recurrente, los resultados recurrentes de la compañías han sido buenos: incremento en ventas y beneficios y, dado que no son unos inútiles, sabemos que harán buen uso de ese ingreso extraordinario, sea con nuevas adquisiciones de activos muy interesantes sea, como ya han anunciado, con un incremento de la retribución al accionista: vosotros, los argonautas. No conozco todos los fondos invertidos en Ferrovial pero creo que es difícil que haya algún otro con el peso que nosotros tenemos en Ferrovial sobre nuestra cartera. Viendo su evolución y comportamiento, creo que podemos felicitarnos de ello.

Tanto la ETR de Toronto como la nueva terminal en el JFK de Nueva York son activos únicos y su evolución está siendo, incluso, mejor de lo esperado. En concreto esta última está a punto de empezar a generar valor para la compañía y, por tanto, a nosotros. El futuro de nuestra principal posición sigue siendo más que boyante. Hasta ahora nos ha generado una rentabilidad anualizada del 19.92%, es posible que con el paso del tiempo dicho promedio se reduzca ligeramente, pero no demasiado. En cualquier caso, la empresa seguirá aportándonos mucho valor a los argonautas, la paciencia seguirá dando muy buenos frutos.
Hagamos una breve reseña de otra de nuestras empresas, CHARTER HALL LONG WALE REIT, nuestro REIT australiano.

La evolución de sus negocios ha continuado sin excesivos problemas, hasta ahora nos ha pagado un 7.87% de rentabilidad vía dividendo y este año será ligeramente inferior, el 7.51%, a sumar a la plusvalía en precio actual superior al 14%. Recordad que, en este caso y lo mismo en el otro REIT que tenemos en cartera, la intención es mantenernos invertidos durante varios años para cobrar unos dividendos más que jugosos y que, en el largo plazo, lo normal es que sean crecientes y, en su momento, cuando el precio de cotización se acerque a su valor intrínseco, deshacer la posición – o reducirla- con un extra de rentabilidad anualizada por encima de ese casi 8% por dividendo. En la diapositiva podemos ver que la tasa de ocupación de sus inmuebles roza el 100%, el que 53% ya son alquileres triple netos, el 99% de los inquilinos son de alta calidad/seguridad en su cobro y que la valoración de su cartera de inmuebles es superior a la capitalización de la empresa. Algo parecido sucede con su activo neto tangible que está en los 4.62AUD por acción mientras su cotización sigue un 20% por debajo… el margen en esta empresa es grande.

La compañía no tiene que realizar ninguna devolución de deuda en estos dos próximos años y, a partir de esa fecha, dado que su endeudamiento es muy asequible no tendrá problemas en la refinanciación de los préstamos. En resumen, esta empresa de baja deuda, bien gestionada, con inquilinos sólidos y solventes seguirá pagándonos alrededor de un 7% o por encima mientras el mercado no se de cuenta de su valor real. A partir de ese momento, a la rentabilidad acumulada año tras año por dividendos habrá que sumarle la plusvalía por el incremento en su cotización acercándose a su valor intrínseco que ronda los 6AUD por acción. Mientras ejercemos la paciencia y el ”arte de no hacer nada”, seguiremos embolsándonos los jugosos dividendos que nos paga la compañía. Dejémosla trabajar a nuestro favor. Dado que la Carta se está alargando terminamos aquí.
Varios
El nivel de liquidez actual es el 16,19% y 24 empresas. Contamos con unos 185 argonautas de toda España y unos 8.780.000 euros bajo gestión.
El valor liquidativo de este Argos respecto al valor intrínseco que hemos calculado y tenéis en la última gráfica es equivalente a comprar un billete de cien euros por 62,40€, lo que supone adquirir las participaciones del Argos (recordad, a partir del 11 de Diciembre de 2019 GESTIÓN BOUTIQUE VI ARGOS) con un significativo margen de seguridad. Por cierto, he preferido ajustar la rentabilidad al valor liquidativo anterior -para seguir con el histórico tradicional de largo plazo-, pero el valor liquidativo oficial del GESTIÓN BOUTIQUE VI ARGOS es diferente como podéis comprobar al ver vuestra posición.
Dado que, unos cuantos, me habéis indicado que la tabla de rentabilidad desde que empezamos la etapa en Esfera os resultaba redundante y no os aportaba, realmente, información relevante, he decidido eliminarla de la Carta. Sin embargo, por si alguno quiere que le pase la evolución enviadme un correo electrónico y os la sigo pasando por privado. Yo seguiré calculando la comparativa por si alguno tiene curiosidad sobre ella.
Por cierto, algunos de vosotros me pedís información sobre cómo daros de alta en el nuevo fondo en Andbank/MyInvestor; es preferible que contactéis conmigo en la dirección de correo electrónico que tenéis abajo.
A lo largo del mes, por desgracia, han fallecido dos personas: uno, argonauta y amigo del colegio, siempre sonriente, alegre y divertido a quien Dios le ha llamado a su lado pues, supongo, le debe encargar alguna misión importante en el Cielo. Oscar, siempre recordaremos aquellos años; un fortísimo abrazo y descansa tranquilo que estás en buenas Manos y tu familia estará bien. La otra, la tía de uno de vosotros a quien, por edad, la marcha ha sido la recompensa y el descanso a toda una larga vida. Os pido, como siempre, que tengáis una breve oración o buenos sentimientos por ellos y especialmente por sus familias. Gracias de corazón.
Como siempre agradeceros nuevamente vuestra confianza y apoyo continuado.
PD: Cada cierto tiempo tendréis mi artículo en http://www.rankia.com/blog/a-bordo-del-argos
Miguel de Juan Fernández ARGOS VALUE FUND
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