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Analista financiero

Un analista financiero es un profesional que se especializa en analizar datos y tendencias financieras para proporcionar información valiosa y recomendaciones sobre inversiones, toma de decisiones financieras y estrategias de gestión de activos. Los analistas financieros pueden trabajar en una variedad de entornos, como instituciones financieras, empresas, firmas de inversión, agencias de calificación crediticia y consultorías financieras.

El analista financiero es como un detective del mundo económico. En lugar de investigar crímenes, se dedica a examinar minuciosamente la salud financiera de empresas, sectores o, incluso, países. Mediante esta investigación, busca descubrir oportunidades de inversión, identificar posibles riesgos y, en definitiva, asesorar a empresas e inversores sobre la mejor manera de gestionar su dinero.

Una de las características que define a estos profesionales es su capacidad para desentrañar y comprender informes financieros. Estos documentos, que a ojos de muchos pueden parecer una maraña indescifrable de números y términos, para el analista financiero son una fuente inagotable de información. A través de ellos, pueden conocer desde el endeudamiento de una empresa hasta sus perspectivas y su potencial de crecimiento, pasando por la rentabilidad de sus operaciones.

Curiosamente, pese a que la base de su trabajo son los números, su labor no es puramente matemática. También es necesario que estos profesionales posean una visión global del entorno económico y un entendimiento profundo del sector o los sectores que analizan. Deben estar al tanto de cualquier cambio en la legislación que pueda afectar a las empresas, de la evolución de la competencia y, por supuesto, de las tendencias del mercado.

Ahora bien, ¿qué es lo que hace tan especial a este profesional? Quizá una de las curiosidades más interesantes sobre el analista financiero es la importancia de su criterio. Pensemos que en sus manos está el asesorar a inversores, que podrían tomar decisiones basadas en sus análisis que implicarían el movimiento de grandes sumas de dinero. Sin embargo, pese a la presión que esto pueda suponer, el buen analista financiero debe mantener siempre la objetividad y no dejarse influir por modas o corrientes de opinión pasajeras.

Finalmente, aunque el análisis financiero puede parecer una disciplina algo hermética para el ciudadano de a pie, su influencia es palpable en nuestro día a día. De las decisiones tomadas excesivamente en los estudios de estos profesionales pueden depender, por ejemplo, las subidas o bajadas en la bolsa, que a su vez repercuten en la economía de un país y en el bienestar de sus ciudadanos. 

Características del analista financiero


Si pensamos en el analista financiero como el detective de las finanzas, hay ciertas características que no pueden faltar en su perfil.

Para empezar, un analista financiero es, ante todo, un experto en cifras. Tiene esa habilidad especial para mirar un mar de números en un informe y ver más allá: tendencias, patrones, historias. No solo se trata de entender qué dicen esos números, sino de interpretar lo que realmente significan para una empresa o inversión.

Sin embargo, no todo es matemáticas. Este profesional también necesita tener una gran capacidad analítica. Debe poder conectar puntos, relacionar información de distintas fuentes y entender cómo ciertos eventos, ya sean políticos, sociales o económicos, pueden influir en el ámbito financiero. Esta visión global le permite anticipar movimientos y ofrecer consejos basados ​​en un entendimiento completo del panorama económico.

La objetividad es otra característica esencial. A pesar de la presión o las expectativas, un buen analista financiero no debe dejarse llevar por sus emociones o prejuicios. Su análisis debe ser siempre imparcial, únicamente en datos reales y hechos concretos.

Por supuesto, la comunicación es una habilidad clave. ¿De qué sirve realizar un análisis meticuloso si no se puede transmitir de forma clara y comprensible? El analista financiero tiene que saber cómo presentar sus hallazgos de manera que sean accesibles, ya sea para un inversor con años de experiencia o para una empresa que busque asesoramiento.

Finalmente, no podemos olvidar la pasión y la curiosidad. El mundo financiero está en constante evolución, y el analista financiero debe tener ese deseo intrínseco de aprender, de estar al día con las últimas tendencias y de profundizar en los detalles más intrincados de su campo.

¿Qué hace un analista financiero?


Un analista financiero tiene una serie de funciones que son esenciales en el mundo de las finanzas y las inversiones. Para entenderlo mejor, imaginemos a este profesional como el médico del sector económico, es decir, un profesional capaz de detectar la salud de una empresa o invertir simplemente analizando sus números.

  • Evaluación de la salud financiera: Al igual que un doctor analiza los resultados de las pruebas médicas, el analista financiero examina los estados financieros de una empresa. A través de este análisis, puede determinar la solidez de la entidad, su liquidez, endeudamiento y su rentabilidad, entre otros aspectos.
  • Proyecciones y predicciones: Con base en la información presente y pasada, un analista financiero puede hacer proyecciones sobre el futuro financiero de una empresa. Estas predicciones son vitales para tomar decisiones a largo plazo o para definir estrategias de inversión.
  • Asesoramiento en inversiones: Las personas o empresas que buscan dónde invertir su dinero necesitan saber qué tan rentable y seguro podría ser un activo. Aquí entra en juego el analista financiero, brindando recomendaciones basadas en su meticuloso estudio.
  • Análisis del mercado: No solo se trata de entender una empresa en particular. El analista financiero también estudia el comportamiento del mercado en general, identificando tendencias, oportunidades y riesgos. Este análisis macroeconómico es fundamental para tener una visión completa.
  • Preparación de informes: Tras su investigación, el analista financiero prepara informes detallados que reflejan sus hallazgos. Estos documentos, claros y concisos, serán la guía para inversores y empresas sobre cómo actuar en el panorama financiero.
  • Comunicación y presentaciones: Además de redactar informes, es común que el analista financiero tenga que presentar sus hallazgos a directivos, clientes o inversores. Su capacidad para comunicar de manera efectiva es esencial para que sus análisis sean comprendidos y valorados.
  • Seguimiento constante: El mundo financiero no es estático. Por ello, una vez realizado un análisis, el trabajo del analista financiero no termina. Debe hacer seguimientos regulares para verificar si las tendencias se mantienen o si ha habido cambios significativos.

En esencia, el analista financiero es el faro en medio de la complejidad económica, iluminando con su conocimiento el camino a seguir para inversores y empresas.

¿Cuánto gana un analista financiero?


El salario de un analista financiero puede variar en función del país, la experiencia, la formación, la empresa para la que trabaja, entre otras cuestiones de gran relevancia para determinar los honorarios que recibirá un profesional como este en el mercado laboral. No obstante, y con el objetivo de que puedas hacerte una idea, te presento algunos datos que pueden orientarte y servirte de ayuda.

  • España: En España, un analista financiero puede tener un salario de entrada en torno a los 25.000-30.000 euros al año. Con experiencia y habilidades especializadas, esta cifra puede superar los 50.000 euros anuales. Además, en posiciones de alto nivel o con especializaciones concretas, es posible que alcancen cifras aún mayores.

  • Estados Unidos: Es uno de los lugares donde los analistas financieros suelen tener salarios más altos. Un principiante podría empezar con un sueldo de unos 50.000 dólares al año. Sin embargo, con experiencia y en ciudades con un alto costo de vida como Nueva York, el salario puede superar fácilmente los 100.000 dólares.

  • Reino Unido: En el mercado británico, un analista financiero en sus inicios podría ganar alrededor de 30.000 libras al año. Este valor, como en otros países, aumenta con la experiencia y la especialización, pudiendo llegar a las 70.000 libras o más.

  • Australia: Aquí, el salario de inicio puede rondar los 60.000 dólares australianos anuales, pero con experiencia, es común ver cifras superiores a los 100.000 dólares.

  • Alemania: En este país europeo, un analista financiero principiante podría ganar alrededor de 40.000 euros anuales, cifra que puede ascender hasta los 80.000 euros o más con la experiencia y en puestos de responsabilidad.

Es fundamental tener en cuenta que estos son promedios y pueden variar según la fuente. Además, el coste de vida en cada país y ciudad influirá en la percepción real de este salario. Por ejemplo, ganar 100.000 dólares en Nueva York no ofrece el mismo poder adquisitivo que ganar esa misma cantidad en una ciudad más pequeña.

También, aparte del salario base, es frecuente que los analistas financieros reciban bonificaciones, participaciones en beneficios o incentivos basados ​​en rendimiento, lo que puede aumentar significativamente su compensación total. Además, la formación continua y las certificaciones también pueden jugar un papel crucial a la hora de determinar el salario en este campo.

¿Dónde puede trabajar un analista financiero?


El mundo de las finanzas es muy amplio, ofreciendo numerosas oportunidades para todo aquel que esté interesado en ser un analista financiero. Como decíamos anteriormente, estos profesionales, dotados de habilidades para evaluar la salud financiera y las perspectivas económicas, son muy demandados en distintos sectores y tipos de empresas. 

A continuación, vamos a ver algunas de las opciones que tiene un analista financiero cuando sale al mercado laboral:

  • Entidades bancarias: Es uno de los lugares más comunes donde trabajan. Aquí se dedican a evaluar la viabilidad de conceder préstamos, analizar inversiones o diseñar nuevos productos financieros para clientes.
  • Sociedades de inversión: Estas compañías manejan fondos de inversión y necesitan de analistas para determinar dónde y cómo invertir el dinero de sus clientes para obtener el mejor rendimiento.
  • Consultoras: Las grandes consultoras ofrecen servicios de asesoramiento financiero a otras empresas. El analista puede ayudar a estas organizaciones a tomar decisiones, desde fusiones y adquisiciones hasta reestructuraciones empresariales.
  • Empresas de auditoría: Aquí, el analista financiero examina y evalúa la información financiera de las empresas para asegurarse de que sus cuentas sean claras y cumplan con la normativa.
  • Multinacionales y grandes empresas: Cualquier gran empresa, independientemente del sector al que pertenezca, tiene un departamento financiero. En este, el analista puede trabajar en la planificación financiera, gestionar inversiones, evaluar riesgos o incluso diseñar estrategias para optimizar los recursos de la compañía.
  • Start-ups y empresas tecnológicas: Estas empresas, especialmente las que están en fase de crecimiento, requieren analistas para ayudarles a gestionar sus finanzas, buscar inversores o incluso preparar la empresa para salir a bolsa.
  • Agencias gubernamentales y organismos públicos: Los gobiernos y sus respectivas agencias también necesitan analistas financieros para gestionar sus presupuestos, evaluar la viabilidad de proyectos o controlar el gasto público.
  • Educación y formación: Un analista financiero con experiencia y habilidades docentes puede optar por enseñar en universidades, escuelas de negocio o ofrecer incluso cursos y talleres de manera independiente.
  • De manera independiente: Algunos analistas optan por trabajar como freelancers o consultores independientes, ofreciendo sus servicios a pequeñas empresas, start-ups o incluso a particulares que requieren asesoramiento financiero.

Estas son solo algunas de las opciones. La realidad es que cualquier entidad, grande o pequeña, que maneje dinero o tome decisiones basadas en la economía, puede aprovechar los conocimientos y habilidades de un analista financiero.

¿Qué hay que estudiar para ser un analista financiero?


Adentrarse en el mundo de la analítica financiera requiere de una formación sólida, tanto teórica como práctica. Si alguien aspira a convertirse en un analista financiero, es fundamental que adquiera los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñar este papel. Veamos cuál es el camino educativo y formativo que se suele seguir:

Formación reglada


Lo primero, antes de nada, es que el analista cuente con una formación universitaria, es decir, un título de grado relacionado con la economía, las finanzas y, en esencia, el mundo financiero.

  • Grado en Finanzas y Contabilidad: Es una de las opciones más directas. Esta titulación ofrece una base sólida en materias relacionadas con la gestión financiera, contabilidad, economía y derecho financiero, entre otras.
  • Grado en Economía o Administración y Dirección de Empresas (ADE): Estas carreras, aunque no se centran exclusivamente en finanzas, garantizan una base amplia y versátil que puede ser muy útil para un futuro analista.

Titulaciones de posgrado


Una vez completado el grado, es común que quienes aspiren a ser analistas financieros se especialicen aún más a través de másteres o posgrados.

  • Máster en Finanzas: Ofrece una formación avanzada en esta disciplina y permite adquirir habilidades especializadas.
  • MBA (Master in Business Administration): Aunque es una formación más general, un MBA suele tener una fuerte orientación hacia las finanzas, y puede ser especialmente útil para aquellos que aspiran a ocupar posiciones de liderazgo en el futuro.

Certificaciones privadas


Además de la formación académica, existen certificaciones que pueden potenciar la carrera de un analista financiero. Algunas de las más reconocidas son las siguientes:

  • CFA (Chartered Financial Analyst): Es una de las certificaciones más detalladas en el mundo de las finanzas. Acredita a profesionales en la inversión de valores, y su obtención requiere aprobar tres niveles de exámenes, además de acumular experiencia laboral en el sector.
  • FRM (Financial Risk Manager): Este título certifica habilidades en la gestión de riesgos, un área de gran importancia en el ámbito financiero.

Otros aspectos a considerar 


Además de los estudios y certificaciones, es fundamental que un analista financiero tenga habilidades analíticas, dominio de herramientas informáticas (como Excel o programas específicos de análisis financiero) y capacidad para trabajar bajo presión. Asimismo, el dominio del inglés y otros idiomas puede ser un factor diferencial, dada la internacionalización de los mercados financieros.

Con todo, el camino para convertirse en analista financiero es exigente, pero aquellos que estén dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en su formación podrán acceder a un sector con grandes oportunidades profesionales.

El perfil de un buen analista financiero


El analista financiero, como hemos señalado a lo largo de este artículo, destaca como una de las figuras esenciales dentro del mundo financiero. En este sentido, es importante señalar que no solo se trata de formación y títulos, sino que hay cualidades y habilidades intrínsecas que hacen que un profesional sobresalga en esta área. 

Si estás considerando esta carrera o simplemente te interesa conocer más sobre ella, aquí te presento el perfil de un buen analista financiero:

  • Habilidades analíticas: Por supuesto, siendo "analista" parte del título, es esencial que este profesional pueda desglosar grandes cantidades de datos e información, identificando patrones, tendencias y anomalías.
  • Atención al detalle: Un pequeño error o la omisión de un dato puede tener grandes consecuencias en el mundo financiero. Por ello, un buen analista debe ser meticuloso y cuidadoso.
  • Toma de decisiones: A menudo, los analistas financieros deben tomar decisiones basadas en su análisis. Es crucial que puedan hacerlo de forma informada, rápida y, sobre todo, confiada.
  • Curiosidad: Los mejores analistas son aquellos que frecuentemente buscan aprender más. La curiosidad les lleva a hacer preguntas adicionales, a no conformarse con la primera respuesta ya profundizar en los temas.
  • Habilidades comunicativas: Puede que un análisis sea brillante, pero si no se puede comunicar de manera efectiva, su valor se pierde. Un buen analista debe ser capaz de explicar sus hallazgos de manera clara, tanto por escrito como verbalmente, a personas que quizás no estén familiarizadas con la jerga financiera.
  • Integridad: Las finanzas son un sector donde la confianza y la ética son fundamentales. Un analista financiero debe ser transparente y honesto en su trabajo, evitando cualquier conflicto de interés.
  • Adaptabilidad: El mundo financiero es dinámico y siempre está cambiando. La capacidad de adaptarse a nuevos escenarios, herramientas o circunstancias es esencial.
  • Dominio tecnológico: En una era digital, es indispensable que un analista financiero esté reforzado con las herramientas y softwares del sector, y se mantenga actualizado en este ámbito.
  • Trabajo bajo presión: El mercado financiero no espera. Un buen analista debe ser capaz de manejar situaciones estresantes, plazos ajustados y, a veces, tomar decisiones en momentos de incertidumbre.
  • Visión global: Un analista sobresaliente entiende que la economía y las finanzas son un sistema interconectado. Debe ser capaz de ver más allá de los números y entender el contexto global, cultural y político en el que se mueven.

En definitiva, ser un analista financiero no es solo cuestión de habilidades técnicas, sino también de una serie de cualidades personales y profesionales que, juntas, conforman el perfil ideal para triunfar en este campo.

Ejemplo de analista financiero


Para terminar, nada mejor que entender este concepto a través de un ejemplo cotidiano que nos ayude a visualizar mejor el papel de un analista financiero.

Imagina a Marta, una analista financiera que trabaja para un conocido banco en el centro de Madrid. Cada mañana, cuando llega a su oficina, uno de sus primeros pasos es revisar las noticias económicas y financieras, tanto nacionales como internacionales. No solo lee las cifras, sino que busca entender las historias detrás de ellas. ¿Por qué ha subido el precio del petróleo? ¿Qué impacto podría tener una elección presidencial en otro país sobre la economía española?

Un cliente del banco, una empresa mediana que fabrica componentes electrónicos, desea expandirse y necesita financiación. El director financiero de la empresa proporciona a Marta todos sus estados financieros. Ella, meticulosamente, revisa cada número, cada saldo, cada informe de ingresos y gastos. Analiza cómo ha evolucionado la empresa en los últimos años, características son sus puntos fuertes y débiles, y compara su rendimiento con otras empresas del mismo sector.

Pero Marta no se queda ahí. Se reúne con el equipo directivo de la empresa, hace preguntas, trata de entender la visión y estrategia de la compañía para los próximos años. Además, utiliza software especializado para modelar diferentes escenarios futuros basados ​​en su detección y en las tendencias del mercado.

Finalmente, con toda esta información en mano, Marta elaboró ​​un informe detallado. En él, no solo aporta datos, sino que también da su opinión sobre si el banco debería otorgar el préstamo a la empresa y en qué condiciones. Y todo esto lo hace con un lenguaje claro, sencillo, pero al mismo tiempo técnico, para que tanto los directivos del banco como el cliente puedan entender su razonamiento.
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Analista financiero, Francisco Coll, 19 de agosto del '23, Rankia.com
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