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Comprar cuando duele

El mundo se acaba...
El mundo se acaba...


Ahora que los mercados han subido y nuestra mente no nos avisa de ningún riesgo a la hora de comprar acciones, conviene recordar cuándo es el mejor momento para entrar en el mercado. El objetivo de escribir esto es que, cuando el mercado vuelva a caer con fuerza (que tarde o temprano lo hará), pueda leerlo y recordar qué es lo que tengo que hacer como si de un manual de instrucciones se tratase, ya que en ese momento mi cabeza me va a pedir hacer exactamente lo contrario. Espero que también le pueda servir a quien lo quiera leer.

Llevo relativamente poco en bolsa. Mi primera compra fue Volkswagen en septiembre de 2015 con el escándalo de las emisiones, y me salió bien, pero me podía haber salido fatal. Para mi era un mundo totalmente nuevo, pero siempre había oído y leído que era durante las crisis cuando el que tiene dinero compra a mitad de precio, y para cuando la gente que ha salido huyendo vuelve al mercado, éste lo ha podido duplicar. No se me olvidará en la crisis de 2008 que John Rockefeller dijo públicamente que era momento de invertir en Europa y sobre todo en España, y fue criticadísimo, pero no por ello desacertado. Esa lección me quedó bien clara: hay que invertir cuando todo el mundo huye y caen los precios, pero antes de todo ello es importantísimo ser quien tiene el dinero para gastar cuando los demás no lo tienen (o no se atreven). También saber dónde invertirlo.

La primera gran caída que viví fue el día del Brexit en junio de 2016. Como era relativamente novato en bolsa y no tenía mucha idea, tan sólo conocía compañías de la bolsa española como IAG o Repsol. La semana anterior me estuve mirando un poco esas dos o tres compañías para fijarle lo que yo consideraba su precio de entrada. El día del Brexit recuerdo estar en el trabajo con un papel justo debajo de la pantalla con los precios de entrada que había apuntado, y cada dos por tres revisando la cotización para ver si alcanzaba para comprar. Al final me volví con las manos vacías porque no me pareció suficiente caída…algo de risa y síntoma de mi ignorancia, porque hoy en día sería una oportunidad que no dejaría escapar. Recuerdo estar contando esta historia en una quedada de Rankia en septiembre de 2018 delante de varios foreros y de Miguel Rodríguez, de Horos AM (que fue de invitado junto con Otto Kdolsky de Magallanes), y su reacción fue inmediata: ¿más descuento aún???

En 2018 el mercado volvió a caer, pero lo hizo de forma prolongada, no repentina, así que esa sensación de pánico no la viví. Fue en ese año cuando empecé este blog en Rankia, justo después de participar en el primer concurso de Buscando Valor para asistir a la junta de accionistas de Berkshire Hathaway ganado por el gran Jesús Argáiz, recientemente incorporado al equipo de True Value. En mi caso, publiqué Strix Group y Cake Box pero ya no pude continuar dedicando tiempo a la bolsa por temas laborales y académicos. En este tipo de caídas no se viven los sentimientos de pánico que afloran en los desplomes repentinos. 

Y llegamos a 2020, con la gran caída de marzo por el COVID. Si bien seguía bastante liado trabajando a la vez que estudiaba un máster en finanzas, mi conocimiento sobre la bolsa y sobre ciertas compañías era mucho mayor que en 2016 con el Brexit, es decir, ya tenía varias compañías estudiadas de antemano, y me iba a resultar mucho más sencillo decidirme a comprar si las veía a buen precio. Pero no todo es tan fácil como parece, ya que en ese preciso momento la psicología se lleva al límite y tu propio cerebro es tu peor enemigo. Voy a tratar de hacer un pequeño listado de las sensaciones y pensamientos que recuerdo haber pasado por mi cabeza:

  1. El mercado ha empezado a caer. ¿Entro ya o espero un poco a ver si cae más? El Brexit se recuperó a los pocos días, pero no se si con el COVID va a tardar varios meses… 
  2. El mercado está cayendo un 40% y todo el dinero que tenía ya invertido vale un 40% menos. ¿De verdad quiero perder más dinero? ¿De verdad quiero, además de estar malherido, darme latigazos por todo el cuerpo?
  3. La gente que publicaba sus resultados en Twitter desaparece, o incluso alguno, en contra de las enseñanzas que venía predicando (W.Buffett: “se avaricioso cuando los temas sean temerosos, se temeroso cuando los demás sean avariciosos”), muestra abiertamente su desesperación ante las pérdidas pro-forma (no es pérdida hasta que no se vende) que está sufriendo.
  4. He comprado con la caída pero el mercado está cayendo otro 10% adicional.
  5. ¿Y si después de esta caída viene una crisis gorda y la compañía no deja de caer?
 

Respuestas

  1. Es imposible acertar con el timing perfecto. Para protegerte contra eso puedes meter el dinero poco a poco y en distintos días. Si el mercado sube al día siguiente como con el Brexit, al menos te has aprovechado parcialmente, y si sigue cayendo como con el COVID, siempre vas a poder añadir más compras más abajo. 
  2. Sí, es precisamente con estos pensamientos rondando tu cabeza cuando es el momento de entrar en bolsa. Cuando duele por lo que ya estás perdiendo. Además, es el momento en que más dinero se debería meter (sin volverse loco, con cabeza y teniendo muy claro cuánto debes dejar al margen de la inversión porque lo vayas a necesitar para otras cosas). Lo normal es atreverse a meter más dinero cuando el mercado está arriba, y tener miedo incluso al meter poco cuando el mercado está abajo. Es justamente al revés como se debería hacer.
  3. Twitter es una muy buena herramienta para conocer las ideas de inversión de otras personas, pero también para tomarle el pulso al mercado. La frase de P. Lynch “el destino de un inversor lo marca su estómago, no su cerebro” se ve claramente en estos momentos. Aunque mucha gente lleve meses repitiendo como un loro la filosofía “value”, es en los momentos de pánico cuando de verdad se demuestra quien tiene ese ADN y quién no. A todo se puede aprender con la práctica, pero hay gente que ya lo trae de serie y otros no. Este tema siempre me recuerda a los simulacros de incendios, que cuando todo el mundo sabe que no hay peligro hace las cosas de forma más o menos ordenada y tranquila, pero cuando el incendio sucede de verdad, gran parte de esta misma gente entra en pánico y olvida las reglas de evacuación (un saludo al capitán Schettino del Costa Concordia!) y por qué es necesario seguir un orden por el bien de todos. En resumen, es en las situaciones que ponen a las personas al límite cuando se demuestra de qué está hecho cada uno o lo adiestrado que está uno para superarlo. No es lo mismo decir lo que vas a hacer cuando no hay peligro que hacerlo cuando sí lo hay. 
  4. Como ya he dicho, es imposible acertar con el timing perfecto. Lo más normal es que compres y siga cayendo. Si esperas a que empiece a subir para comprar, puede que a los dos días vuelva a caer, y no un 10% si no un 20% adicional. Si compras cuando ya ha empezado a subir también corres el riesgo de perderte parte de la revalorización. Si el precio es correcto según tus análisis previos o pequeños ajustes que puedas hacer en el momento, hay que comprar, y mirar a largo plazo. Si la compra es a buen precio, dentro de cinco años no te vas a acordar de si compraste un 5% más abajo o más arriba. Relativizar y pensar a largo plazo es la clave. A mi me ayuda mi idea de comprar para no vender nunca (que también puede ser un error porque después me cuesta desprenderme de mis errores esperando una revalorización que no va a llegar). Después ya veremos si la mantenemos o la vendemos.
  5. Para eso deberías haber hecho un trabajo previo de estudio de las compañías. A cazar se lleva la escopeta cargada, si cuando tienes la oportunidad de disparar te entretienes cargando los cartuchos, tu oportunidad se puede pasar. Ahora es el momento de estudiar buenas compañías, aunque su precio de cotización no recomiende comprarlas. Así, tendrás una lista de la compra para actuar con agilidad y seguridad cuando el mercado caiga.  

 Hay muchas más preguntas y respuestas, pero estas pueden servir como consulta y guía en los momentos de oscuridad que seguro llegarán. Momentos de oscuridad por decir algo, porque para un buen inversor deberían ser los momentos de mayor claridad. El mejor de los consejos que puedo dar para comprar con las caídas, y que puede resumir todo lo anterior, es que hay que comprar cuando duela hacerlo. Cuando te sientas mal por hacerlo y te den hasta ganas de vomitar. Cuando a un lado se te aparezca el ángel diciéndote que las empresas que te gustaban han caído hasta los precios a los que decías que las comprarías, pero por otro lado el demonio te diga que el mundo y la economía se van a hundir, y que si compras una nueva acción vas a perder el mismo 40% que estás ya perdiendo con las acciones que tienes en ese momento en cartera. 

¿Quieres añadir aún más dolor? Sí, ese es el punto exacto en el que hay que comprar.


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  1. #6
    28/10/21 18:18
    Yo tengo escrito en papel bien resumida mi estrategia precisamente para cuando vengan mal dadas ajustarme más que nunca a ella, y seguir con las aportaciones tal y como tengo definido en el planteamiento inicial.
  2. Nuevo
    #5
    Roberthdur02
    25/10/21 17:05
    Muy buena información, eso enseña a las otras personas que no tienen experiencia en ello.
  3. #4
    24/10/21 14:20
    La verdad que este mundillo tiene algo de adictivo, por mas que nos hace sufrir... no podemos despegarnos, aunque también es cierto que conforme uno va aprendiendo un poquito de economía, va viendo que es imposible, y que si quiere que su dinero crezca, las inversiones serán tu compañía de por vida (o al menos hasta la jubilación). 

    Yo todavía no empece a invertir en acciones directamente, lo hago a través de fondos, aunque algún día lo haré cuando termine de formarme..., pero no recuerdo ninguna inversión que haya sido entrar y ganar, todas son a base de sufrir caídas y aguantar, aun recuerdo los meses de febrero /marzo de 2020, con una caída acumulada del 20% y manteniendo mis aportaciones mensuales, es tal y como lo describes, "estas malherido y te das latigazos por todo el cuerpo", eso solo lo sabe el que esta dentro..
    Yo en esos momentos me agarro a mis amigas las matemáticas, y a la magia de ir poco a poco bajando el precio medio de compra, por ejemplo hace un par de meses entré en un fondo de China, aprovechando las ultimas caídas, como bien dices acertar con el timing es imposible, y yo por supuesto no lo hice, a pesar de que el fondo ya venia cayendo, continuo cayendo mas, yo lo que suelo hacer cuando entro, es no meter todo de una vez, y conforme va cayendo, voy realizando nuevas aportaciones que bajan mi precio medio de compra, y me permiten recuperarme antes, de todas formas aunque la teoría es "fácil", no quita que cada vez que pasa tienes esa misma sensación de temor. 
  4. #3
    23/10/21 17:39
    y todavía como colchón, si uno no quiere comprar acciones en esos momentos, se puede esconder detrás de algún gestor de fondos de confianza de su preferencia para que haga el trabajo, y que por su filosofía  y trayectoria sepamos que ya hizo los deberes, tiene claros los precios de entrada y lleva la escopeta cargada: no nos librará de la bajada, pero no es lo mismo ir de escalada tu sólo, que con algún alpinista de prestigio
  5. en respuesta a Boranora
    -
    #2
    22/10/21 17:58
    jajaj muy cierto tu comentario. Además, después de sufrir por ello se valora más lo conseguido!
  6. #1
    22/10/21 17:06
    Las cosas que valen la pena en la vida siempre cuestan dolor, dicen

    Creo que en bolsa nos pagan por sufrir, no recuerdo una acción que haya ganado dinero sin antes pasar dolor