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Previsión de quiebra y el poder predictivo de los ratios financieros

El uso de ratios financieros es quizá el método más extendido para evaluar las posibilidades de generación de riqueza de cualquier empresa, ya sea cotizada o no. Su sencillez de cálculo es, al mismo tiempo, su principal ventaja e inconveniente. Para el caso de empresas cotizadas, y en especial para aquéllas cuyo nivel de riesgo intrínseco es alto, el uso de ciertos ratios puede ayudarnos a estudiar si el riesgo que estamos dispuestos a asumir por una rentabilidad mayor, compensa la posibilidad de que la empresa entre en quiebra o bancarrota (bankruptcy). Éste es el objetivo del artículo de los profesores Beaver, McNichols y Rhie (2005), del cual voy a hablar a continuación, haciendo breves reseñas de las conclusiones que obtienen.

En la tesis del propio Beaver (1965) ya se demostraba que el uso de ciertos ratios podía ayudar a predecir procesos de bancarrota. Sin embargo, ciertos factores han propiciado que existan dudas acerca de si tal poder predictivo se mantiene o no en la actualidad en la actualidad. En primer lugar, el establecimiento de las normas contables del FASB (Financial Accounting Standards Board) en 1973. Este hito se hizo fundamental tras el crack del 29 y el período posterior de escasa confianza en los informes financieros de las empresas, basados en los principios contables que había establecido su precursora, la ASB (Accounting Standards Board). Quizá lo más relevante aquí es que muchos de los principios establecidos por el FASB, especialmente en la última década, es su orientación al “fair value”, la cual han copiado en años posteriores todas las economías occidentales.

En segundo lugar, este intento por tratar de reflejar de la forma más fiel posible el estado financiero de las empresas estaba respaldado por el creciente aumento de la importancia de los derivados y los activos intangibles en sus balances, especialmente en la década de los 90. El caso de los derivados es más peculiar, puesto que no queda claro si su inclusión a valor de mercado repercute positiva o negativamente en la expresión de dicha imagen fiel, sobre todo cuando estudiamos su apalancamiento.

Y en tercer lugar, la mayor reticencia de la dirección de las empresas a facilitar estados financieros e información diversa de forma clara, objetiva, y a veces, legal, es evidente que influye en su fiabilidad para detectar empresas en problemas. Los casos de Enron y WolrdCom pusieron de manifiesto que la manipulación (maquillaje) de cuentas existía, y que no siempre era un aspecto desdeñable.

Para realizar este estudio, los autores utilizan modelos estadísticos en los que incluyen tres variables como explicativas: ROA, ETL y LTA.

  • ROA (Return On Assets), es decir, EBIT entre el total de activos a comienzo del período.
  • ETL (Earnings to Total Liabilities), EBITDA (o cash flow, en algunos estudios) entre total de deudas a comienzo del período.
  • LTA (Liabilities to Total Assets), o sea, el apalancamiento.


Con el ROA pretenden medir el rendimiento de los activos, factor que los mercados consideran fundamental para la valoración de las empresas; el ETL se ha demostrado que es quizá el mejor ratio que, utilizado solo, mejor predice futuros procesos de quiebra.

La amplia muestra de empresas comprende un amplio período, 1962-2002, y sólo excluye a los sectores bancarios y de seguros. Como punto de partida, los autores nos ofrecen una tabla donde muestran la media y la mediana de los tres ratios anteriores, para las muestras de empresas consideradas. Los paneles A-D muestran las medidas para las empresas en quiebra, desde uno hasta cuatro años previos al proceso, mientras que el panel E muestra dichos valores para empresas estables, así como la correlación entre las variables.




 

Pueden observarse las tendencias de los indicadores conforme se aproxima el año de declaración de quiebra, así como su relación con los datos de empresas estables:

  • ROA. La media para empresas estables es de 0.05, mientras que para empresas en quiebra va deteriorándose, -0.03, -0.04, -0.10, -0.18.
  • LTA. La media para empresas estables es de 0.52, mientras que en empresas próximas a la bancarrota comienza a ascender progresivamente, 0.71, 0.74, 0.82, 0.98.
  • ETL. La media referencia es 0.35, mientras que para empresas en quiebra la evolución es nuevamente negativa, 0.09, 0.05, -0.01, -0.05.

Llama la atención, en primer lugar, la diferencia entre los valores medios para empresas estables y los valores medios para empresas en quiebra, en cada uno de los tres indicadores, no sólo en el año previo a la bancarrota sino ya cuatro años antes. Además, la espiral descendente de dichos indicadores (menor rentabilidad, menores flujos de caja y superior apalancamiento) nos dice que los problemas financieros en las empresas no surgen de la noche a la mañana, sino que son producto de una evolución negativa de la actividad y la situación financiera en su conjunto.

En un paso posterior, los autores demuestran que tales ratios no sólo son explicativos a posteriori, sino que también son significativos y que muestran capacidad predictiva: la probabilidad de quiebra es una función creciente del apalancamiento, y decreciente de la rentabilidad y los flujos de caja, pero con un cierto declive a lo largo del tiempo.

La segunda parte del estudio trata de demostrar el poder predictivo de variables de mercado referentes a las empresas, pero ajenas a factores internos relacionados con datos fundamentales. O dicho de otro modo, si observando el mercado también podemos deducir si una empresa está entrando en problemas a ojos del mismo. Utilizando el mismo método estadístico que con los ratios financieros, las variables de mercado escogidas son la capitalización bursátil (en aras de medir su tamaño), la rentabilidad del título (para captar la caída de la cotización ) y la desviación típica del mismo (para la volatilidad). La capacidad predictiva encontrada para estas variables es también significativa y se mantiene a lo largo del período estudiado.

Combinando las seis variables, o mejor dicho, los dos análisis (interno y externo), los autores concluyen que todas ellas son significativas para predecir empresas con riesgo de quiebra: unos ratios que se deterioran progresivamente, así como declives en la cotización del valor y aumento de su volatilidad, auguran con bastante probabilidad de acierto la llegada de tiempos difíciles para la empresa. El menor poder predictivo detectado para los ratios financieros, con el paso del tiempo (y debido a las causas citadas), se ve compensado con el mayor poder predictivo de las variables de mercado. Otro voto a favor para la integración de elementos fundamentales y elementos técnicos en el análisis bursátil.

Artículo: Have Financial Statements Become Less Informative? Evidence from the Ability of Financial Ratios to Predict Bankruptcy
Autores: Beaver, William H., McNichols, Maureen F. and Rhie, Jung-Wu. Stanford University, Stanford Graduate School of Business.

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  • Análisis fundamental
  1. en respuesta a GValueReports
    -
    #6
    11/01/11 06:44

    Con el ejemplo lo veo mejor.
    Gracias de nuevo.

  2. en respuesta a Josephine
    -
    #5
    GValueReports
    09/01/11 12:11

    Hola,

    El error viene de vincular el PIB a la deuda del Estado.... El PIB es sólo una referencia. Es como si relacionaras tu deuda con el total de mi renta. Sí que es cierto que, en el caso del Estado, el PIB está correlacionado con la recaudación (pero ojo, puede bajar o mantenerse el PIB y subir la recaudación -como este año, debido a la subida del IVA) y, por lo tanto, con su capacidad para devolver deuda. Pero te olvidas de la otra pata: el gasto. Basta con que el Estado no se endeude al siguiente año para financiar nuevos gastos -asumiendo que el PIB se mantiene o no cae de forma brutal- para que la deuda baje.

    Un ejemplo:

    PIB 2010: 100
    Deuda 2010: 100 (100% PIB, se amortiza en 5 años)
    Intereses 2010: 5 (5% PIB)
    Ingresos Estado: 60
    Gasto Público: 70
    Déficit: -10 (10% PIB)

    PIB 2011: 100
    Deuda 2011: 80 (80% PIB, como no hay endeudamiento adicional, la deuda cae por el importe amortizado)
    Intereses: 4 (4% PIB, 5% de 80)
    Ingresos Estado: 40
    Gasto Público: 40
    Déficit: 0

    Saluditos

  3. #4
    09/01/11 02:20

    Gracias Carvalho y Sibarsky por las aclaraciones.
    Es que hace tiempo que me preguntaba sobre un asunto al que no le encuentro respuesta.
    A mí me parece lógico lo que pienso,
    pero me temo que no estoy teniendo en cuenta algo,
    pues si así fuera España y muchos otros países hacía tiempo que ya no estarían en los mapas.

    Veamos :
    Si un país tiene una deuda por encima del 100 % de su PIB
    (digamos, para redondear, que del 100 %),
    y ha de pagar por ella cada año, digamos, un 4 ó un 5 % de interés,
    cada año ha de pagar un 4 ó 5 % del PIB,
    y yo me pienso que entonces el crecimeinto del PIB anual de ese país
    debería de ser superior a ese 4 ó 5 %,
    pues de otra forma no sólo estaría perdiendo riqueza año tras año,
    sino que además de no crecer en riqueza, decrecería año tras año,
    y año tras año no sólo sería un país más pobre
    sino que la deuda cada vez representaría un porcentaje mayor del PIB,
    al no poder amortizar lo que podríamos llamar como la verdadera deuda,
    y la deuda representaría cada año un porcentaje mayor del PIB.

    Eso pasaría incluso en el supuesto de que no emita nueva deuda cada año,
    incluso aunque sanee sus cuentas y no vuelva a tener déficit cada año.

    O sea, si la deuda supone el 100 % del PIB
    y paga por ella, digamos, un 4 % de interés,
    el crecimeinto del PIB anual debería de ser superior al 4 %
    para considerar que ese país tiene un crecimiento económico.

    De otra forma se podría considerar que ese país cada año es más pobre
    y va hacia la ruina total.

    ¿Alguien que me explique si eso es así ó no es así,
    ó qué cosas estoy dejando de considerar y tener en cuenta?.
    Muchísimas gracias.

  4. en respuesta a Josephine
    -
    #3
    09/01/11 01:54

    Hola. Salvando las distancias, mi opinión es que cualquier organización con actividad que pueda considerarse "económica", se rige por los mismos principios financieros, ya sea un país, una empresa o una familia. El estudio que menciono trata de demostrar que esos sencillos ratios y su evolución pueden dar pistas importantes sobre la salud financiera de una empresa, algo que ya podemos saber por propio sentido común: un ROA negativo durante varios años implica pérdidas sostenidas, lo cual hace cualquier actividad inviable (no rentable); de igual modo con el ETL, pues se necesitan flujos de entrada de dinero positivos; y asimismo con el LTA, aumentar el apalancamiento significa que la empresa no puede financiarse con los recursos que genera.

    Aplica estas generalidades a cualquier país, y pon si quieres de ejemplo a España: déficit (ROA negativo) durante varios años implica que el país no está siendo productivo, o también puedes mirar la balanza exterior. Como dice Carvalho, la rentabilidad de la deuda pública es quizá el mejor indicador de la salud del país: si España tiene que subir la rentabilidad de su deuda, es porque el riesgo en nuestro país es superior al de otros como Alemania (referente clásico). En las empresas no es tan sencillo, puesto que pocas emiten deuda, y las cuentas financieras no son tan abultadas como las de una nación. De ahí que nos ayude, y mucho, el uso de estos ratios.

    S2

  5. en respuesta a Josephine
    -
    #2
    GValueReports
    08/01/11 18:19

    Hola,

    La variable clave en el caso de los gobiernos es el déficit público. Un déficit descontrolado (el del 2009 en España, por encima del 10% del PIB, es un buen ejemplo) te lleva, en una primera etapa, a la suspensión de pagos (donde se negocia una demora en las amortizaciones de deuda) y, en una etapa ulterior y tras demostrarse inútiles las demoras, a la quiebra (para evitarla habría que negociar quitas -reducción del principal a devolver).

    Otra forma de verlo es a través de la rentabilidad de la deuda pública. Una rentabilidad del bono a 10 años por encima del 5% (y la de España lo está) empieza a ser preocupante.

    Mi posición es que, en esto de la deuda soberana, no hay que complicarse la vida calculando ratios. El mercado de deuda te da información diaria del estado de las cuentas de un estado.

    Y ojo, que España ya quebró en Mayo, al igual que Grecia e Irlanda antes, y Portugal ahora. Lo que pasa es que no nos hemos enterado gracias a la masiva y continuada compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo.

    Saludos al universo Rankia....

  6. #1
    08/01/11 13:29

    Hola. Conforme iba leyendo, y sin entender de economía, que no es lo mío,
    me preguntaba si esto mismo se puede extrapolar a los distintos países, en lugar de empresas.

    Es por aquello de las dificultades que pasan muchos paises por sus abultadas deudas contraidas,
    que incluso empiezan a aparecer quinielas sobre la quiebra de distintos paises,
    y también llegan a hacerse estadísticas sobre las probabilidades de quiebra de cada uno de ellos.

    ROA.
    ETL.
    LTA.

    ¿Sirven esos mismos parámetros-variables para calcular esas probabilidades de quiebra,
    ó cómo se modificarían para medir el riesgo-país?.
    ¿Como se calcula para un país, y en qué posición podría estar España y otros países?.
    Gracias.

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