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Y por fin tocan las propuestas para acabar con el fraude fiscal. En el fondo no es tan difícil, ya que se trata en síntesis de exactamente lo mismo que podemos encontrarnos cuando pretendemos acabar con cualquier actividad delictiva. Si tenemos claro el esquema fundamental de lo que se pretende realizar las ideas surgirán casi de forma espontánea.

Para esta receta se necesita fundamentalmente interés por perseguir el fraude fiscal, (no sirve de nada y es contraproducente el interés manifestado en innumerables discursos y declaraciones que luego son reiteradamente desmentidas por la pura realidad). Son ejemplarizantes, (en el peor de los sentidos), los casos de las fortunas que habían evadido impuestos en la entidad HSBC suizas. Tras llegar a conocimiento de las autoridades españolas la existencia de una cantidad ingente de fondos que escapaban a la tributación en dicha entidad, debemos recordar que se ofreció una posibilidad de regularización, de la que curiosamente no pueden disfrutar ni tan siquiera los que hayan esquivado las tributaciones por error. En aquel momento manifestaba que era totalmente inconcebible que desde el gobierno y desde todos los medios se tratase de conseguir que aquel escándalo quedase en nada.

El colmo sería algún tiempo más tarde cuando se supo que la familia Botín estaba en este fregado. Es muy difícil no darse cuenta que las acciones de la agencia tributaria trataban de buscar el mínimo impacto, en lugar de actuar con la máxima dureza. Al final es cierto que degeneró en una denuncia ante los juzgados, pero con un tono que es simplemente vergonzoso y redactada de tal forma que parece que no se quería denunciar; Difícilmente se va a luchar contra el fraude, con medias tintas y sin tratar a los defraudadores y denunciados como se trata a cualquier otro denunciado en España.

Las intenciones de luchar contra el fraude, evidentemente, no garantizan el éxito de nada, pero no es difícil entender que sin ellas no hay absolutamente nada que hacer. En realidad todo el mundo entiende que la ley del tabaco se está cumpliendo porque todos sabemos que no va a haber piedad, a la vez que sabemos que se va a perseguir. De la misma forma, todos sabemos que la velocidad de transito se ha reducido por las mismas razones. Si el fraude fiscal no se reduce es simple y llanamente porque todo el mundo entiende que no se está persiguiendo. Como decía el otro día en lugar de buscar fraudes, se buscan errores en las declaraciones de Hacienda entre colectivos que revisamos todo bastante porque en el fondo tenemos aprendido que no va a haber piedad. Curiosamente en el auto de Botín, constan unas cuantas rectificaciones de las declaraciones, después de haber sido descubierto que en numerosos años no se ha pagado y que estaban en medio de un procedimiento que podría acabar en delito.  Todo esto indica claramente lo que ocurre.

Pero aparte del interés, es fácil entender que realmente sí se quisiese luchar contra el fraude, tendríamos que tener un par de parámetros a considerar.

El primero de ellos debería ser que la información principal debe provenir de los servicios de inspección de turno. Es completamente imposible que el estado luche con un mínimo de éxito contra cualquier actividad delictiva, si la información proviene en su mayor parte de los propios administrados. Es muy claro que existen diferencias fundamentales entre lo que es una actuación de carácter policial o similar y las actuaciones de los organismos encargados de vigilar cualquier tipo de fraude. ¿Se le ocurriría a la dirección general de tráfico controlar la velocidad mediante declaraciones de los viajes realizadas por los conductores, aunque fuese completando con otras informaciones?. Cuando se busca controlar las infracciones de tráfico, salen los agentes a la calle a buscar infracciones. Es simplemente absurdo que se hable de perseguir el fraude fiscal cuando existían más posibilidades de que te cazase un inspector de la SGAE en una boda, que un inspector de hacienda, de trabajo o de la cnmv, o del Banco de España, por la sencilla razón de que los inspectores de la SGAE iban a buscar en lugar de esperar y revisar documentos para encontrar incoherencias.

Si se quisiese, se lograría de una forma muy sencilla que ni un solo bar esquivase la tributación en España y es tan sencillo como instaurar algún sistema de control e inspecciones periódicas y sorpresas en los establecimientos para comprobar facturaciones. Soy consciente de que muchas personas dicen que Hacienda no puede estar detrás de todos los negocios, pero alguien tendría que aclararme cómo es posible que las compañías de electricidad sepan la electricidad que gastamos cada uno. Les diré que van cada dos meses por todos los domicilios de España, y para recaudar unos importes que son sensiblemente inferiores a lo que pagamos por impuestos, de forma que el mismo esquema puede seguir Hacienda. ¿Cuánto cree que cobrarían las eléctricas si no van a mirar contadores?. En realidad se pueden seguir los esquemas de Tráfico cuando se revisan tacómetros o pesos de camiones.

Es sencillo definir controles para cada una de las actividades que se nos pueda ocurrir, teniendo en este punto clara la importancia de que estos controles sean realizados por el que trata de evitar el fraude, (no por el controlado), y sobre todo que estén ocultos a las empresas, (y por tanto que sean hasta cierto punto imprevisibles y variables para que no lleguen a ser conocidos por los investigados). Hace unos meses la FED se quejaba de que las entidades financieras manipulaban los balances, reduciendo los endeudamientos a las fechas en las que se confeccionan. Ya dije en su día que no hay una forma más sencilla de eliminar tales efectos que el pedir la información para fechas aleatorias en el pasado. ¿Qué nos impide pedir y controlar datos a 27 de abril?. En realidad no es más que lo que se hace en los controles de velocidad, donde nos colocan vehículos camuflados y en algunas ocasiones realmente bien escondidos para cazar a los infractores.

Por descontado para el caso de aquellas actividades que no hayan sido declaradas, (las rentas que no salen en los planes de inspección, porque simplemente no están en el sistema), deberemos tener en cuenta que cualquier actividad económica, (tanto las legales, como las ilegales), provocan que a su paso existan una serie de marcas. En el caso de las actividades legales, es fácil entenderlo pues estamos hablando siempre de los efectos inducidos, y en el caso de las actividades ilegales pues las llamaríamos indicios; el problema se resume por tanto a una combinación que incluya la búsqueda de indicios y controles.  Hace unos meses surgió la noticia de la detención de una persona que cultivaba marihuana en un chalet. ¿Cómo se descubrió?. Pues por facturas elevadísimas de electricidad que llevaron a que algo anómalo ocurría.

Evidentemente la dificultad de descubrir y sobre todo probar, fraudes es normalmente elevada. Existe una normativa, unos derechos civiles, y por supuesto todo un entramado de protección de la defensa jurídica y del derecho a la defensa. En este panorama es bien cierto que interesa más meterse con la búsqueda de errores o de inconsistencias en la información introducida por los propios administrados en el sistema. Pues asumiendo esta obviedad, a veces me pregunto si en algún momento a alguien se le ocurrirá dejar de buscar asesinos o violadores. A fin y a cuentas, no creo que sea demasiado sencillo encontrar a otros criminales; y el hecho de que sea difícil normalmente no es algo que frene a las autoridades.

Sin embargo, si que existen delitos, (o faltas), que normalmente no son investigados, por que (con razón o sin ella), se estima que el beneficio derivado de concluir la investigación, no compensa los riesgos y costes que se asumen. Todos conocemos que pequeños delitos en una inmensa mayoría de ocasiones no son investigados por su dificultad y su escasa importancia.

Y en ocasiones incluso grandes delitos o grandes actuaciones no son investigadas o perseguidas por las dificultades de prueba o por presiones de algún grupo de interés, (¿recordamos los cables de Wikileaks y la posición del gobierno de la época acerca de Couso?). Esto es lo que está pasando con el fraude fiscal que simplemente no se está buscando porque no interesa, hasta el punto de que cuando lo encontramos se maniobra para minimizar el impacto. El problema es que alguien se ha confundido, (como en tantas otras cosas), en la definición de ingresos y gastos para determinar si es rentable o si se debe ceder a determinadas presiones. Está claro que dedicar recursos para tratar de evitar un fraude concreto difícilmente puede ser rentable, (salvo casos muy llamativos), pero tan sólo si teniendo en cuenta que nos referimos al punto concreto donde estamos mirando. La ecuación varía sensiblemente si estamos decidiendo si perseguir el fraude en sentido general o no. Si lo tenemos de esta forma, entenderemos que claro que es rentable perseguir el fraude, incluso aunque los inspectores no encontrasen ninguna infracción, (que sería tanto el caso extremo de trabajo perfectamente realizado, como de mal realizado).

Y en el fondo todo esto, nos oculta una conclusión que es evidente; se sabe luchar contra el fraude, porque las técnicas, en síntesis son las mismas que se usan en otras luchas. En definitiva, lo que habría que hacer para luchar contra el fraude fiscal, es soltar a los inspectores con ánimo de inspeccionar y no encerrarlos en despachos, con el objetivo de que no se metan en demasiados líos.

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  1. en respuesta a geoffbond007
    -
    #11
    21/01/12 18:02

    Interesante observación, la de Estados Unidos como paraíso fiscal. También se podría debatir cómo los países considerados paraísos fiscales gestionan la calidad de sus propios servicios públicos y el bienestar de sus ciudadanos.

  2. en respuesta a enitdp
    -
    Top 25
    #10
    21/01/12 14:09

    No nos podemso centrar solo en los "nominados": la mayor cantidad de fraude se da en las empresas y en los autonomos, que con el chollito de los modulos, declaran lo que quieren y en años de bonanza se forran y ahora en época de vacas flacas dicen que los modulos están mal dimensionados.
    Se deberia fomentar la DENUNCIA, como ocurre en la Inspección de Trabajo....

    Otra cosa: NO se deberia dar ninguna licencia de actividada ninguna empresa que no tuviera instalado un datafono para el pago con tarjeta, y sancionar a todas las empresas a las que casualmente no les "funciona" justo cuando tú quieres pagar.

  3. #8
    21/01/12 07:41

    La unica y mejor manera de evitar el fraude fiscal es conviertose un paraiso fiscal. Como hong kong, singapur, suiza,Los emiratos arabes, Estados Unidos etc etc.. El resto es bla bla bla.. Los impuestos es una confiscacion a tu produccion Y darselo a otros que NO lo merecen es un robo. Asi de simple.

  4. en respuesta a Antoine
    -
    Top 100
    #7
    20/01/12 09:54

    Además, este millón de inspectores levantarían actas de liquidación por los impuestos evadidos mas recargos y sanciones contempladas = 200.000 millones€ * 5 años no prescritos = 1 billón €. Deuda liquidada y ahorro público disponible de 200.000 millones (20% PIB). Que bonito, pues manos a la obra Marianito.

  5. Top 100
    #6
    20/01/12 02:24

    Totalmente de acuerdo, no hay voluntad política de atajar el problema, y esto, en un país con una deuda de 800.000 millones y 5 millones de parados. Hagamos cuentas:
    PIB 1 billón €.
    Economía sumergida: 20% = 200.000 millones €.
    IRPF/Sociedades 30%
    IVA 18%
    Se dejan de recaudar 100.000 millones €/año.Con un coste salarial medio de 30.000€/año, Hacienda podría contratar por ejemplo a 1.000.000 de inpectores, o a 2 millones, o a 3 millones de inspectores. Supongamos que es suficiente con un millón. Tendríamos ahora:
    70.000 millones/año para el pago de la deuda.
    Incremento de las rentas del trabajo en 30.000 millones, que reportarían a Hacienda, IVA + IRPF 35%, 10.000 millones €/año mas su efecto multiplicador.
    Reducción del paro en un millón, mas otro millón que afloraría = ahorro fiscal por seguro de desempleo de 80.000 millones (no recurrentes).

    Resumiendo, se reduciría el paro a una tasa del 10-12%, se pasaría de un déficit del 8% a 0%, se podrían desaprobar los recientes recortes aprobados, y pagar ya cómodamente la deuda acumulada.

    Todo es cuestión de voluntad.

  6. #5
    20/01/12 02:17

    No hay duda que no se quiere luchar contra el fraude.
    Fijémonos en un asalariado, que somos mayoria en España. Nos tienen controlados los ingresos, pero no así los gastos. Qué fácil sería hacer pagar a todos los asalariados TODO por tarjeta de credito, dinero gastado que haya desaparecido, 35% de recargo en el irpf. Con algo tan sencillo como esto, que se puede impantar en 2 tardes, SÍ 2 tardes, se acabarían las tonterías.
    CON LO SENCILLO QUE SERÍA, pero no hay voluntad.
    Que opinan??
    salu2

  7. Top 100
    #4
    19/01/12 16:43

    Más importante que los controles es manejar la percepción de la gente respecto de las probabilidades de éxito con el fraude fiscal. Aunque tengas los castigos más severos y los mejores controles, si no haces alarde de lo peligroso o ruinoso que resulta cometer fraude fiscal, no va a reducirse. Y si los que cometen fraude fiscal sí están enterados del alarde, entonces sí aplica fortalecer la consistencia de los controles.

  8. #2
    19/01/12 00:32
    Está claro Tomas, que la voluntad pecede al acto y los actos nos muestran que no existe esa voluntad.

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