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Lecciones que me dejó pegar un pelotazo: Parte 2

Nunca me planteé tener una vivienda de alquiler.

Supongo que la gente vive en función de sus experiencias.

Y desde muy pequeños me di cuenta de la de problemas que puede traer para un propietario que alguien nobte pague.


Y eso que antes el mercado estaba más protegido que ahora.


Ahora cualquiera te okupa una casa.


Pero cuando reservé ese piso empecé a fantasear con dedicarme a eso de tener pisos y alquilarlos.


Cada vez que pasaba por la zona echaba un ojo a la obra. Y si el promotor estaba, me la enseñaba.

Debo decir que en la obra encontraron “cosas antiguas" que , si alguien se hubiese enterado, hubiesen puesto en peligro la inversión.

Otra gran lección.


Pese a conocer bien el mercado, siempre hay riesgos imprevistos que pueden hacer que se vaya a tomar por culo.


Afortunadamente todo fue viento en popa.


Los números de la inversión fueron:


3.000 euros de reserva.

2.000 euros al inicio de las obras.


Otros 5.000  a la finalización.


Y después, en la compra, el resto del precio que fueron unos 55.000 euros más gastos.


Durante la obra, el mismo promotor me quiso comprar el piso multitud de veces.


Cada vez, ofrecía más que la anterior.


La obra fue muy rápido.


En apenas 8-10 meses, casi estaba construida.


Y justo cuando ya estaban con las terminaciones, el promotor me hizo una oferta a la que no pude rechazar.


“60.000" 


Quieres decir que puse 5.000 euros y en 10 meses tenía un x12…

(No voy a hablar de impuestos porque puede ser que no los hubiera…)


Atento porque aquí cualquiera podría decir que por qué no un poco más….


El apartamento apenas tenía unos 25 metros cuadrados útiles.


Básicamente era un estudio.


Me estaban pagando el metro a un precio que no tenía mucho margen de mejora.


Y encima sin impuestos (creo, no lo recuerdo bien)….

De hecho, hoy en día, apenas ha mejorado un 20%.

Y te estoy hablando de algo que se hizo hace 20 años.



Lección importante: El último duro que se lo lleve el otro.

La gente se obsesiona con coger todo el movimiento completo.

Cuando "le pegué el pase", vino la que considero el gran aprendizaje de esta inversión:

Me creí el mago del mercado inmobiliario.

La operación salió perfecta. Y esto me hizo creer que yo “sabía invertir”.


Y esto me hizo cometer errores....



Porque en realidad no gané dinero por ser listo.
Gané dinero por saber irme.

No por apurar.
No por exprimir.
No por quedarme esperando “un poquito más”.

El promotor quería más margen.


Yo ya tenía el mío.
Y entendí, sin saberlo entonces, una verdad brutal:

El dinero no se pierde por vender pronto.
Se pierde por no saber cuándo has ganado suficiente.

Lo curioso es que esa lección no la apliqué después en el siguiente paso....


Pero eso te lo contaré, como dría el otro, después de la publicidad....



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