Los objetivos empresariales y el caso Fagor
Una de las primeras verdades que se cuentan cuando uno empieza a estudiar economía es que las empresas están para maximizar beneficios. Ante esta cruda certeza algunos se escandalizan, otros se lo toman como algo natural (al final todos buscamos el propio beneficio) y unos pocos aceptamos pulpo como animal de compañía, es decir, sin prejuicios pero sin demasiado entusiasmo.
La economía sumergida: una propuesta interesante
Después de casi cinco años de crisis, la economía española todavía no ve la salida del túnel y muchos se preguntan cómo es posible que no se haya producido un estallido social contundente, más allá de algunas demostraciones improductivas de cabreo y de las iniciativas contra los desahucios.
Cuando el capital es el trabajo
Pues bien, la entrada de hoy no va sobre sanidad, ni sobre el dilema público-privado. Va sobre trabajadores, sobre profesionales y sobre personas que son muy buenas en su actividad. En la economía hay actividades intensivas en capital y actividades intensivas en trabajo, en conocimiento
Cuando los usuarios se organizan
En un análisis muy superficial sobre el funcionamiento de la economía, uno puede pensar que las empresas sólo tienen dos opciones en el mercado: monopolizar o competir.
Cooperativismo y vivienda
La economía trata de producir bienes (y prestar servicios), a partir de una diversidad de recursos más o menos abundantes, con el objetivo de cubrir necesidades de variado pelaje. Hasta aquí la teoría, tal y como la explicaba en la entrada anterior
Cooperativismo y economía social: nos organizamos o nos organizan
Decía en mi entrada anterior que, en estos tiempos de mucho trabajo y poco empleo, igual hay que volver al objetivo último de la Economía, que no es precisamente perseguir unos hitos de crecimiento, productividad u ocupación, sino cubrir las necesidades de las personas y de los colectivos.