
El caso es que me hace gracia que algunos hablen del fin de las recetas ideológicas. Es curioso que gobiernos de tradición "liberal" como el británico ahora se lanzan a la nacionalización de urgencia, mientras que España, la isla europea de izquierdas, se mantiene firme en la mínima intervención posible. Todavía veo muy lejos ese capitalismo del trabajo propuesto por Sarkozy: ese nuevo modelo económico requiere formatear sin piedad el sistema financiero actual y lo que han decidido nuestros responsables ha sido un simple reset. Al fin y al cabo, cuando uno está hasta el gorro de que el equipo se cuelgue, lo único que se le ocurre es emprenderla con el botón y reiniciar. Valga el símil.
De momento, no nos queda otra que asistir pasivamente a la recapitalización de urgencia y ver si el mercado vuelve a funcionar correctamente. Si no sucede así, sería partidario de seguir la idea de Echevarri acerca de buscar una nueva referencia distinta del euribor para los préstamos: si las entidades no se financian en el interbancario, no tiene lógica ni ética que los intereses sigan calculándose con ese tipo. De lo contrario, habrá que plantearse alguna que otra denuncia por usura.