Mientras el partido del Gobierno sigue ladrando a los chicos nuevos, Ciudadanos continúa cabalgando y mañana martes tienen previsto presentar una segunda ronda de propuestas económicas. Entre ellas habrá llamadas al sentido común, medidas importadas de otros lugares y alguna que otra conclusión extraída de la evaluación de ciertas políticas públicas. Y ya veremos qué piensan los del IBEX sobre la propuesta de paralizar el AVE.
Esta es la tercera entrada que dedico a Ciudadanos y tengo que aclarar que no pretendo hacerle la ola a nadie sino ofrecer temas de conversación sobre economía. Y el programa de Ciudadanos da para mucho más que unos cuantos titulares de prensa. Hoy quiero mencionar algunas propuestas relacionadas con los impuestos y, en especial, con la fiscalidad del trabajo. Sin prometer grandes ahorros al contribuyente, C’s propone una gestión diferente de lo que llamamos incentivos fiscales. Al grano.
El impuesto negativo: ¿bombazo contra la economía sumergida?
Sin duda esta es una de las ideas más novedosas que plantea el equipo económico de Ciudadanos, y llega en un momento muy oportuno para hacer frente a esa renta básica que propone Podemos. Al parecer, renta básica e impuesto negativo persiguen el mismo fin redistributivo (como también lo hace el cheque del Partido Libertario, por citar una tercera opción). Se trata de devolver dinero a los contribuyentes del IRPF que no superen un volumen de ingresos por trabajo y, por tanto, consiste en un complemento salarial para los trabajadores que cumplen con sus obligaciones fiscales.
La idea ha sido aplaudida por los que consideran que es más fácil de financiar que la renta básica y combatida por los que dicen que el impuesto negativo provocaría un nuevo descenso de salarios, dado que los empresarios se apuntarían este complemento como una paga extra a cuenta del Estado. En mi opinión, bienvenido todo lo que sea reducir impuestos al trabajo, ya que generan más problemas que soluciones recaudatorias. Ahora bien, hay que señalar que se trata de una medida paliativa, que no resuelve la raíz del problema salarial: empresas pequeñas que generan escaso valor añadido. Y, por encima de la media, empresas grandes que viven, directa o indirectamente, de la teta de la Administración.
Reducción de cotizaciones sociales: el recibo de autónomos y el sistema bonus-malus
Podemos discutir si las cotizaciones a la Seguridad Social son un impuesto al trabajo o un tramo de la remuneración salarial secuestrado por el Estado. Como impuesto, no parece muy justo que el sistema ignore la facturación real de la empresa o del autónomo. Como parte de su remuneración, me parece indefendible que los cotizantes no sepan lo que va a pasar con su dinero. Así que, de nuevo, bien por esa reducción.
Ciudadanos propone, respecto a los autónomos, vincular el recibo mensual a la facturación real –como sucede en otros países de nuestro entorno- y, respecto a las empresas, un sistema de incentivos que premia a las que mantienen el empleo mediante bonificaciones (bonus) y castiga a las que recurren al despido, con incrementos en las cotizaciones (malus).
Ahora bien, ¿puede esta batería de medidas provocar un alud de nuevos falsos autónomos? ¿Es mejor subcontratar a un freelance o admitirlo en plantilla bajo los beneficios del contrato único con indemnización creciente? ¿El sistema bonus-malus distorsionaría las decisiones empresariales más duras aunque fueran necesarias? Son cuestiones que el equipo económico de Ciudadanos debería tratar y explicar porque algunos miramos estas ideas con lupa.
Reordenando los tipos de IVA
Tampoco aquí hay propuestas espectaculares y, por tanto, nadie podrá acusar a C’s de electoralismo. La idea consiste en reordenar los tipos del IVA subiendo algunos productos al general (21%), aplicando el reducido (10%) a servicios básicos como la luz y el gas y el superreducido (4%) al agua y el transporte público. Lo que está claro es que de alguna parte tiene que salir la bajada de cotizaciones y el entorno de Garicano siempre ha defendido que sean los impuestos indirectos los que equilibren la balanza. Y no, la eliminación de las diputaciones provinciales y la fusión de ayuntamientos, aunque necesarias, no dan para tanto.
Bien. Con estas propuestas sobre fiscalidad no creo que se pueda acusar a Ciudadanos ni de ultraliberales ni de populistas. Para mí que se quedan cortos. Aunque eso sí, no está la cosa política como para exigir máximos ni mucho menos.
Queda abierta la sección de comentarios para debatir y aclarar esos interrogantes que me he ido dejando por el camino.
Que paséis una buena semana. S2.