Me hago esta pregunta como si me hubiera despertado después de un largo letargo, desconectado totalmente de la realidad. Y es que ayer me dio por leer algunos de los titulares que ha dejado el presidente Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación y uno me ha devuelto bruscamente a la vida: Se-Ha-Terminado-La-Pesadilla. No he dudado un minuto en registrar tal afirmación en mi bitácora, ya que algún día volveré a leerla y seguro que la recordaré con nostalgia. De paso, aprovecho para limpiar las telarañas de este humilde espacio que abrí allá por el año 2007.
El caso es que el presidente tiene que tener razones poderosas para decretar el final del invierno económico. Veamos, veamos… Según el INE, parece que el PIB ha ido remontando poco a poco y, en el cuarto trimestre de 2014, hemos alcanzado la cifra mágica del 2% (variación interanual), ese crecimiento que los analistas colocan como listón para empezar a crear empleo. Eso sí, se trata de un indicador adelantado, habrá que ver si mañana se confirma el dato.
Sigo viendo números y entro en la EPA del cuarto trimestre de 2014. No, no hemos bajado del 15%, ni mucho menos. Pero la ocupación ha aumentado en 415.700 personas en el sector privado y –curioso dato en tiempos del Partido Popular- 18.100 en el público. Esta buena noticia no se da sólo en los servicios, la industria y la construcción se han llevado lo suyo. Y la tasa de paro se ha reducido más de dos puntos para situarse en el 23,70% de la población activa. [ironic mode on] Voy entendiendo por qué el presidente daba saltitos en la tribuna [ironic mode off].
Aún hay más. Está pasando algo que en la carrera no me habían enseñado: una variación interanual negativa del IPC del -1,3%. Entre otras razones, gracias a la histórica bajada del precio de los carburantes. Y mientras el BCE intenta la reanimación de los precios, el interbancario anda regalando los dineros y nuestra moneda única se ha apreciado un 0,7% frente al dólar en febrero. No me digáis que no es para estar eufórico. ¿Qué hay de malo en que bajen el precio de la gasolina y los intereses de las hipotecas?
Los mercados están tan pendientes de Grecia que nuestra deuda pública, equivalente al 86,1% de nuestro PIB, aburre hasta decir basta. Ahora somos un país serio que coloca sus bonos a tipos de risa. Y las cuentas del Reino controladas, con un déficit público en el -3,34% del PIB y la lucha contra el fraude a todo trapo. Para que los liberales y los garicanos de turno dejemos de criticar el orden económico español.
Así que, después de esta visión panorámica tan espectacular de nuestra coyuntura macro, no voy a estropear las esperanzas de mis compatriotas mencionando los salarios, la precariedad laboral o las expectativas del sector exterior. Eso lo dejo para una próxima entrada.
Y la verdad, no entiendo por qué los españoles son tan desagradecidos con su Gobierno. A juzgar por los datos, el Partido Popular debe barrer en las próximas convocatorias electorales. ¿O no?
Un placer estar de vuelta por Rankia. S2.