Esta entrada va a ser un poco atípica para mí porque no soy nada futbolero y el negocio que rodea al deporte rey siempre me ha tenido un poco mosca. Pero me hacía falta una buena excusa para felicitar al Racing de Santander, el equipo de mi Tierruca Montañesa, por esos 100 añitos que no se cumplen todos los días. Un gran día que, por una diversidad de factores, celebramos en las peores condiciones: con frío siberiano, en Segunda División y con varias mareas contraprogramadas para este día tan señalado por la historia de España.
Como es evidente, el título que le he puesto al post (1) es una pequeña e intrascendente ocurrencia que me permite enlazar con los temas que estoy tocando en el blog. Porque me parece que al Racing y a casi toda la Liga española les viene muy grande el traje de Sociedades Anónimas Deportivas (S.A.D) que diseñó en su día la Ley 10/1990 del Deporte, con la buenísima intención de solucionar la responsabilidad patrimonial de los clubes, mejorar su transparencia financiera y el acceso a mercados impropios de su actividad, como la Bolsa. Una posibilidad que ni siquiera han necesitado los grandes del lugar. Pero es que no sólo es la fórmula jurídica lo que me falla, sobre todo son los modelos de negocio que envuelven al fútbol pero que no tienen al fútbol como propuesta central de valor. Vale que cualquier negocio tiene todo el derecho del mundo a reinventarse, pero cuando ya no eres capaz de dar lo que tus clientes te pedían y te siguen pidiendo, igual hay que cerrar la persiana y dedicarte a lo que realmente te da de comer.
Pues bien, no creo que en un futuro cercano veamos clubes profesionales gestionados por cooperativas pero hoy me voy a permitir la osadía de sugerir un modelo alternativo para que el fútbol siga siendo fútbol y no ladrillo, moda o política. Son diez puntos de nada:
1. Lo primero, entréguese la propiedad del club a los aficionados bajo una fórmula jurídica similar a la cooperativa de consumidores y usuarios. Nadie mejor que los incondicionales de un equipo para enfocar el negocio hacia la maximización del resultado deportivo, sin perjuicio de su sostenibilidad económica.
2. (Sólo para clubes deportivos vascos). De acuerdo, también me sirve la cooperativa de trabajo asociado (2). Futbolistas locales asegurando que la actividad principal no se deslocaliza y que se respeta la denominación de origen. En este caso, la contratación de jugadores no socios estaría limitada por ley.
3. 1 socio, 1 voto. La democracia interna no evitará la aparición de grupitos de interés pero, al menos, la gestión no se paraliza porque al inversor foráneo, dueño de la mayoría del capital, se lo haya tragado la tierra (a él y a su dinero).
4. Elijan los socios un Consejo Rector que garantice la salvaguarda de los Valores Centenarios del Club –a partir de aquí, los Colores- . Y procuren que el Interventor (3) sea de fiar. Los Estatutos de la cooperativa deben fijar un procedimiento eficaz para evacuar de sus sillas a los administradores incumplidores.
5. Se permitirá la captación de ingresos extracooperativos (4) pero, dado que la función principal de la cooperativa es salvaguardar los Colores, debemos admitir que Hacienda no los va a tratar igual que los ingresos cooperativos.
6. El core business consiste en que los aficionados pagan por ver a su equipo jugar al fútbol. La venta de camisetas no es core business. Así que si el merchandising no nos da dinero se puede externalizar, pero si el juego es el que no nos da dinero, entonces tenemos un verdadero problema: el negocio ha dejado de ser sostenible y acabará cerrando por mucho dinero que ponga Botín o el Gobierno de turno.
7. Estará permitida la entrada de socios de capital que serán debidamente remunerados, pero su poder en la Asamblea estará limitado por Ley. Al fútbol no le interesa atraer a ningún elefante financiero (5) pero sí a aficionados con pasta.
8. Los resultados económicos se distribuirán cada año, tras la aprobación de las cuentas anuales y la dotación de los fondos obligatorios, según los criterios de la Asamblea, bien alineados con los Colores. Por lo tanto, en lugar de reinvertir en la construcción de un nuevo centro comercial, lo harán en fortalecer el deporte base o en proyectos que ayuden a retroalimentar el objeto social.
9. En función de la capacidad de la cooperativa, decídase con los números bien hechos si conviene asumir la propiedad del patrimonio (instalaciones deportivas, marca) o sólo su gestión.
10. Por último, entre los principios cooperativos está la independencia respecto de los poderes públicos. No permitan los socios que los invitados del palco hagan y deshagan nada en nombre de los Colores.
Bien, podéis tomaros este post con la seriedad o con la guasa que os parezca, pero me temo que el mundo del fútbol se tiene que mirar unas cuantas cosas si quiere seguir reinando en la vida de los españoles. Y aunque yo no sea muy futbolero, creo que es mucho más sano ver un buen clásico que un debate parlamentario entre besugos.
Abrigaros bien que hace frío. Buen finde. S2.
Notas:
(1) S.Coop es la abreviatura de Sociedad Cooperativa.
(2) En la cooperativa de trabajo asociado, el objeto en común es el trabajo desempeñado por los propios socios, aunque está permitida la contratación de personal bajo algunos límites. En la cooperativa de consumidores y usuarios el objeto cooperativizado es la provisión de bienes o servicios a precio más bajo que el mercado mediante el aprovechamiento de economías de escala. Algunas legislaciones autonómicas permiten la constitución de cooperativas mixtas, formadas con socios trabajadores y usuarios.
(3) El Interventor es el órgano responsable de las cuentas en una cooperativa. Dependiendo del número de socios está función recae en una o en varias personas. En algunas legislaciones autonómicas el Interventor recibe otras denominaciones.
(4) Los ingresos extracooperativos son los que proceden de terceros no socios. A efectos fiscales, el resultado contable tiene una parte cooperativa y otra extracooperativa en función del origen de las operaciones. Las operaciones con socios tributan, por el impuesto de sociedades, a un tipo menor que las operaciones con clientes no socios.
(5) En el modelo de las S.A.D. son los elefantes financieros los que necesitan atraer al fútbol.