Premio Nobel de Economía 2025
Octubre es el mes en que la Real Academia de Ciencias de Suecia designa a los ganadores de los Premios Nobel en diversas ramas científicas, culturales y en general de avance de la Humanidad en diversas direcciones. En el caso de las Ciencias Económicas y Empresariales, Economía y Finanzas, resumidamente Economía, si bien son dos disciplinas científicas y profesionales autónomas aunque interrelacionadas, los ganadores son Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por sus investigaciones sobre el crecimiento económico propulsado por la innovación.
A destacar en cuanto a la relevancia troncal de las aportaciones de Mokyr, Aghion y Howitt es que, si bien no se trata de temática en general ya tratada anteriormente por relevantes economistas como Schumpeter, las aportaciones se refieren a aspectos actuales y cruciales de la Economía y las Finanzas, fundamentalmente nos estamos refiriendo a tendencias del presente y el futuro de la innovación ligada al progreso tecnológico y su vinculación con el crecimiento económico sostenido, por supuesto en el centro de todo este nudo gordiano se encuentran los riesgos, incertidumbres y oportunidades que plantea la IA, inteligencia artificial, además de otros factores de innovación.
Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, no nos parece oportuno, prudente y razonable "dividir" el Premio Nobel entre varios destacados investigadores o en general entre grandes aportadores de avances o soluciones a grandes cuestiones de la Humanidad. Pero qué duda cabe que también es una solución salomónica ante dudas razonables entre los miembros de la Real Academia para establecer un ranking claro, contundente y de unanimidad. Quizás, sólo quizás, también influyen factores políticos y de presupuesto, quién sabe, pero bueno, esto ya es pura especulación.
En el caso que nos ocupa se ha optado por repartir el premio en un 50% para el europeo Mokyr, por sus aportaciones basadas en investigación histórica con largas series de datos para mostrar conexiones entre los avances científicos y aplicaciones prácticas así como la relevancia de sociedades, instituciones y empresas innovadoras, pero también la necesidad de políticas económicas correctoras frente a problemas que pueden surgir del crecimiento sostenido junto con la innovación. Otro europeo, el francés Aghion y el estadounidense Howitt se reparten el otro 50% del Premio Nobel, también por sus estudios y aportaciones sobre el crecimiento sostenido, en este caso con un enfoque muy cuantitativo y modelizaciones matemáticas denominadas de "destrucción creativa", sin duda "bebiendo" mucho de las aportaciones de Schumpeter y su "escuela", célebre economista que llegó a ser Ministro de Finanzas de Austria; advirtiendo también estos galardonados de los riesgos de bloqueo de grupos de interés perjudicados en sus productos y servicios por la innovación, grupos de interés a los que quizás en ocasiones desde los poderes públicos, en la medida de lo posible, hay que proteger, sobre todo teniendo en cuenta el interés general, la protección del empleo etc. etc.
Sin duda se trata de investigaciones muy relevantes, aportaciones, enfoques y conclusiones de gran interés para el tejido empresarial, para las instituciones tanto públicas como privadas, para nuestros investigadores en Economía y Finanzas y por supuesto para la Política Económica.
Luis Ferruz Agudo / Escritor, economista y naturalista /
Octubre es el mes en que la Real Academia de Ciencias de Suecia designa a los ganadores de los Premios Nobel en diversas ramas científicas, culturales y en general de avance de la Humanidad en diversas direcciones. En el caso de las Ciencias Económicas y Empresariales, Economía y Finanzas, resumidamente Economía, si bien son dos disciplinas científicas y profesionales autónomas aunque interrelacionadas, los ganadores son Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por sus investigaciones sobre el crecimiento económico propulsado por la innovación.
A destacar en cuanto a la relevancia troncal de las aportaciones de Mokyr, Aghion y Howitt es que, si bien no se trata de temática en general ya tratada anteriormente por relevantes economistas como Schumpeter, las aportaciones se refieren a aspectos actuales y cruciales de la Economía y las Finanzas, fundamentalmente nos estamos refiriendo a tendencias del presente y el futuro de la innovación ligada al progreso tecnológico y su vinculación con el crecimiento económico sostenido, por supuesto en el centro de todo este nudo gordiano se encuentran los riesgos, incertidumbres y oportunidades que plantea la IA, inteligencia artificial, además de otros factores de innovación.
Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, no nos parece oportuno, prudente y razonable "dividir" el Premio Nobel entre varios destacados investigadores o en general entre grandes aportadores de avances o soluciones a grandes cuestiones de la Humanidad. Pero qué duda cabe que también es una solución salomónica ante dudas razonables entre los miembros de la Real Academia para establecer un ranking claro, contundente y de unanimidad. Quizás, sólo quizás, también influyen factores políticos y de presupuesto, quién sabe, pero bueno, esto ya es pura especulación.
En el caso que nos ocupa se ha optado por repartir el premio en un 50% para el europeo Mokyr, por sus aportaciones basadas en investigación histórica con largas series de datos para mostrar conexiones entre los avances científicos y aplicaciones prácticas así como la relevancia de sociedades, instituciones y empresas innovadoras, pero también la necesidad de políticas económicas correctoras frente a problemas que pueden surgir del crecimiento sostenido junto con la innovación. Otro europeo, el francés Aghion y el estadounidense Howitt se reparten el otro 50% del Premio Nobel, también por sus estudios y aportaciones sobre el crecimiento sostenido, en este caso con un enfoque muy cuantitativo y modelizaciones matemáticas denominadas de "destrucción creativa", sin duda "bebiendo" mucho de las aportaciones de Schumpeter y su "escuela", célebre economista que llegó a ser Ministro de Finanzas de Austria; advirtiendo también estos galardonados de los riesgos de bloqueo de grupos de interés perjudicados en sus productos y servicios por la innovación, grupos de interés a los que quizás en ocasiones desde los poderes públicos, en la medida de lo posible, hay que proteger, sobre todo teniendo en cuenta el interés general, la protección del empleo etc. etc.
Sin duda se trata de investigaciones muy relevantes, aportaciones, enfoques y conclusiones de gran interés para el tejido empresarial, para las instituciones tanto públicas como privadas, para nuestros investigadores en Economía y Finanzas y por supuesto para la Política Económica.
Luis Ferruz Agudo / Escritor, economista y naturalista /