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Finanzas del comportamiento – VII: Sesgo de retrospectiva

 

       Las desviaciones, errores de estimación o sesgos (bias) de lo que ocurre en la realidad de las Finanzas (decisiones de inversión y financiación) y el marco conceptual normativo de la Escuela Normativa americana en general podemos decir que se deben a, por una parte  restricciones o limitaciones de conocimiento o información y, por otra parte a componentes emocionales. Es bastante frecuente también que se mezclen ambos componentes de sesgos que además pueden ser muy variados en cuanto a su especificación. 
            Los sesgos cognitivos en el fondo están casi todos relacionados con una información insuficiente, inadecuada (podría ser incluso fraudulenta) o incorrectamente tratada por el decisor financieros.  Son en ocasiones muy sencillos de detectar como por ejemplo los errores en el uso o interpretación de una determinada información por simplificar en exceso los cálculos o los propios datos de partida, por ejemplo utilizar para rankings, comparaciones y toma de decisiones la ley financiera de capitalización simple, que realmente no recoge en el fondo el principio de subestimación de capitales futuros frente a los actuales de igual cuantía. 
            Otros sesgos cognitivos pueden tener muchos matices y pueden estar muy relacionados con componentes emocionales como el sesgo de retrospectiva o hindsight. Simplificadamente, todos nos encontramos el típico “listillo” “sabelotodo”  del “lo sabía” o “ya te lo dije”, que puede ser una persona o una institución, que normalmente tiene memoria selectiva que sólo resalta y recuerda lo que le interesa o le conviene, a veces abusando de la ignorancia del receptor de información o incluso en ocasiones exagerando o flagrantemente falseando la realidad. 
            Algunos matices y variantes del sesgo cognitivo de retrospectiva se refieren a recordar o explicitar sólo los aciertos en decisiones financieras, incluso a olvidar la cara amarga de la volatilidad, lo que puede estar conectado o desembocar  en un exceso de confianza y orgullo. También a tener dos reglas de medir, esa con sesgo para nosotros y una muy crítica con respecto a las estimaciones y predicciones de otras personas o instituciones en contexto de decisiones financieras. 
 
        Luis Ferruz / Escritor y economista / 
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