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El fútbol como negocio y su viabilidad financiera – II

 

 
       En la introducción de esta miniserie nos remontábamos con el deporte en general a varios miles de años atrás en la antigüedad clásica en un ambiente trufado de valores y comunicación.  En este “episodio de hoy” nos centramos ya en el fútbol y ciertos aspectos de los que subrayamos generalidades para proseguir más adelante profundizando. 
 
       El deporte “rey” hoy en día es el fútbol en casi todos los países. Para el caso español representa más del 40 por 100 de los ingresos totales del deporte, lo que da una primera idea de aproximación a su importancia, al menos desde la perspectiva financiera. 
 
       Por otra parte, podríamos distinguir en el “escenario” deportivo particular del fútbol y en general del deporte varios actores. Qué duda cabe que los propios deportistas, el deporte base, el deporte de élite, el deporte social, el deporte de competición, son una esencia fundamental  y fundamento de todos los deportes. Pero no es menos cierto que los clubes ocuparían el primer lugar por importancia institucional, dinamizadora y promotora, incluso por importancia total de “actores” o partes del sistema. 
 
       En cuanto a objetivos generales que se busca en el deporte, que buscan los clubes, dejando aparte la faceta lúdica y “social” tanto a nivel particular como institucional pública y privada, podríamos distinguir hoy en día los siguientes: 
       a) Mejora en los rendimientos deportivos en cuanto al deporte de ya cierto nivel de competición. El aficionado, el deportista suele sentirse muy identificado con su club y quiere éxitos en los campeonatos. 
       b) El club necesita por otra parte equilibrios financieros entre la parte social y la parte competitiva. La ortodoxia financiera necesita viabilidad en el conjunto de las decisiones del responsable financiero y en último término pues de la entidad, en su caso del club.    
       c) Lo más reciente es la progresiva clara incorporación en la planificación estratégica de la visión de RSC, responsabilidad social corporativa, y el tener en cuenta no sólo a todos los que directamente participan como actores clave, sino al conjunto de implicados y “salpicados” directa y  en su caso también indirectamente, como pueden ser los trabajadores, proveedores, ayuntamientos, ciudades, centros de enseñanza,  universidad, problemas sociales diversos,  medio ambiente etc. 
 
  Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /  
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