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¿Cuánto valor dan los traders a su propio tiempo?

Artículo publicado en la Revista Traders by Rankia Edición Enero 2020

Giancarlo Prisco

El valor inestimable del tiempo

Todos los traders al final del año siempre hacen balance de la propia actividad de trading. Existe, todavía, un elemento que nunca se tiene en cuenta y por lo tanto tendemos a olvidar… ¿Cuánto valor le damos a nuestro tiempo? 

Aunque parezca obvio, el tiempo no puede ser “preservado”. Solo pasa. Se dice que cuando nacemos estamos llenos de tiempo, debido a que tenemos una vida por delante, pero nadie puede cuantificar esta riqueza y nadie puede saber cuánto durará la vida de una persona.

Aun así, esta riqueza es una certeza, dado que se puede dedicar tiempo a todas las cosas que permita el libre albedrío. Teniendo en cuenta que nuestras elecciones nos marcarán el camino, porque a cada decisión tomamos nuevos caminos y dejamos otros.

Esto lleva a una consecuencia: dedicamos más tiempo a lo que más nos motiva. Esta motivación puede ser afectiva, económica, laboral, sentido del deber, etc. Es interesante notar que en muchas ocasiones usamos el tiempo como moneda de intercambio.

 

Los traders intercambian su tiempo continuamente 

Este concepto se aplica particularmente bien a un trader. Él intercambia parte de su tiempo por tener más disponibilidades del mismo, más adelante. ¿Qué significa?

Invierte dinero en los mercados financieros para obtener una mayor cantidad del mismo y así tener más tiempo para vivir su vida de acuerdo con sus deseos y metas. Permítanme explicar en detalle lo que significa esta frase.

El dinero y el tiempo son los dos recursos más importantes que tenemos disponibles para invertir y obtener un beneficio. Sin embargo, es el dinero el que realmente se valora como inversión porque nos permite, siendo un sistema de pago, intercambio y referencia, recibir algo a cambio. De lo contrario, cuando invertimos nuestro tiempo, no es tan fácil cuantificar el rendimiento que vamos a obtener, solo en algunos casos nos dará un beneficio en forma de dinero. Por ejemplo, en el caso de que intercambiemos nuestro tiempo con el trabajo para ser recompensados con un salario. En otros el intercambio no es tangible, por ejemplo, cuando queremos aumentar nuestro conocimiento a través del estudio.

Paradójicamente, estos recursos tienen grandes similitudes: ambos se pueden administrar, perder, desperdiciar, guardar, no son infinitos, pero la diferencia sustancial es que solo el dinero puede ser ganado. Si se pierde dinero, se puede recuperar con el tiempo, pero si se pierde tiempo, nunca se puede recuperar, incluso comprándolo. Inconscientemente, el dinero se valora más que el tiempo, excepto al aumentar la edad: las personas mayores valoran más el tiempo porque se dan cuenta de su falta. El tiempo está disponible sin costo y está disponible a voluntad. Además, es el recurso más equitativo que existe: a priori, todos lo tenemos. El problema es su administración.

 

Diferentes usos de tiempo y dinero 

La misma cantidad de dinero y de tiempo en manos de diferentes personas no coincidirá con sus usos, incluso si la fuente de donde provienen es la misma. 

Si es fácil responder que el tiempo es el principal recurso por el que debemos luchar, debemos ser conscientes de que el dinero es decisivo para nuestro futuro. Comprar nuevas experiencias o deseos particulares requiere un gasto monetario significativo y una inversión de tiempo para disfrutarlos. Las necesidades de la vida y el tiempo en que vivimos marcan el futuro de los eventos: el dinero bien gastado cuesta poco, mientras que el tiempo bien gastado es escaso y se gasta sin darse cuenta. Un buen dilema.

La medición del tiempo es anterior a la creación del dinero y, a menudo, esta medición está relacionada con la productividad. Benjamin Franklin dijo que “el tiempo es dinero” y explicó que el tiempo dedicado a trabajar para ganar dinero fue un tiempo bien empleado; de lo contrario, si se ha invertido tiempo en otros asuntos, el dinero se ha perdido. Esta reflexión es correcta solo en su propio contexto, fuera de ella no tiene sentido porque el tiempo bien empleado no solo genera dinero, sino que también genera muchos beneficios que van más allá del dinero.

Tanto el tiempo como el dinero se consumen incluso si no se hace nada con ellos. Si dejamos pasar el tiempo, se gasta. Si no hacemos nada con el dinero, como dejarlo en un lugar no productivo, entonces la inflación, con el tiempo, despreciará su valor inicial. Y esta es una de las teorías más importantes de las finanzas: si bien el precio del dinero permanece constante, su valor fluctúa con el tiempo.

 

Hay que dedicar tiempo a las inversiones 

En el mundo de las inversiones, los resultados se obtienen después de haber dedicado gran parte de nuestro tiempo a ellos. 

La paradoja de que para ganar dinero tengo que invertir mi tiempo y que si tengo dinero tendré más control sobre mi tiempo, no va más allá del hecho de que la recompensa de ambos no es proporcional. Tener mucho dinero no es sinónimo de tener mucho tiempo. El tiempo es indiferente a la cantidad de dinero. Aquellos que han obtenido una cantidad significativa de dinero han invertido mucho tiempo en ello y también necesitarán mucho tiempo para administrarlo. Está claro que todos son felices a su manera, pero es posible que aquellos que tienen menos dinero y más tiempo para dedicarse a sí mismos y a sus familias sean más felices. Un estudio realizado por la revista Social Psychological and Personality Science revela que el 64% de los encuestados prefiere tener dinero para el tiempo libre, incluso si los resultados cambiaron cuando se les preguntó sobre la felicidad. De hecho, se ha concluido que la cantidad de dinero acumulada no es proporcional a la felicidad. Cuando se alcanza un cierto límite de dinero, al ganar más, esa cantidad adicional no es proporcional al aumento de la felicidad. En este sentido, se dice, y con razón, que los ricos no disfrutan de la misma felicidad que el dinero. Este límite se encuentra en los 60.000 euros al año, según los expertos.

¿60.000 euros al año?, alguien pensará: ¿y cómo alcanzarlos? Pero aquí debe entrar una reflexión importante.

 

Invertir tiempo para ganar tiempo

El trader invierte su tiempo porque una mayor cantidad de dinero mejora la capacidad de utilizar su tiempo. 

Muy cierto, pero ¿cómo usa este tiempo invertido para este propósito? El trader debe ser realmente bueno en la gestión del tiempo que dedica a esta profesión. Si el estudio del trading requiere gran parte de nuestro tiempo y mucha dedicación, también es cierto que no debemos lanzarlo en una sesión de 10 horas que no traiga nada bueno. Algunos dirán que depende de cuánto gane. Es cierto, pero solo en parte. Si tengo que destruir mi equilibrio psicofísico para ganar dinero, no tiene sentido trabajar así. Se dice que hacer trading es libertad, pero esta afirmación es la sutil línea entre el bien y el mal. Si por libertad pretendemos gastar dinero en artículos de lujo totalmente inútiles o sentarnos frente a la pantalla durante horas y horas para terminar arrepintiéndonos y quemar nuestro contacto humano con el mundo exterior, la felicidad nunca estará allí y esto está claro para todos. Si, en cambio, nos referimos a la posibilidad de tener un tiempo de calidad, por ejemplo, permanecer con nuestros seres queridos o tener experiencias que nos enriquezcan como seres humanos, entonces todo cambia.

 

El trading como proceso de crecimiento 

El trading puede verse como una gran escalera: un camino donde paso a paso crecemos primero como personas y luego como operadores. Un intercambio continúo de tiempo y dinero que debe tener una mayor calidad de tiempo disponible, pero sobre todo la conciencia de nosotros mismos y de cómo queremos vivir nuestras vidas. La vida... sabemos bien que es única y nunca sabremos el momento exacto en que nos iremos. Por lo tanto, debemos ser muy responsables con nosotros mismos a lo largo de este viaje. Deben prohibirse las emociones negativas, la falta de objetivos y la incapacidad de reaccionar en los momentos difíciles de este trabajo.

El tiempo es lo más preciado que tenemos. Desafortunadamente, muy pocas veces lo evaluamos conscientemente: continúa disminuyendo, tendiendo irremediablemente a correr hacia un saldo cero. Solo en el futuro perderemos el pasado y esto nunca se podrá recuperar. Por lo tanto, es necesario administrar el tiempo: si deseas lograr algo, lo primero es darse cuenta de ello. Sería triste y fuera de lógica no hacerlo, sería un acto de renuncia a uno mismo.

Clifford Odets justamente decía: “la vida no debe imprimirse en un billete”.

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