Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística la compraventa de viviendas aumentó un 9% en marzo con respecto al mismo mes del año anterior, hasta un total de 37.561 operaciones. Hasta aquí todo bien, aunque la cosa se tuerce un poco si el dato se compara con febrero pasado; las transacciones descendieron un 8,5% intermensual.
De todas formas que nadie se engañe, la subida de marzo (y las venideras que seguro vendrán) entran dentro de la lógica más previsible y ello por varias causas; porque partíamos de valores comparativos históricamente bajísimos, por el efecto llamada de las medidas del Gobierno (subida del IVA y práctica supresión de la deducción de vivienda), por un Euríbor por los suelos, por las facilidades de las entidades bancarias en financiar sus pisos provenientes de embargos y daciones de pagos (sé de casos de financiación íntegra a 40 años, como en los mejores tiempos de la burbu), por una Ley de Economía Sostenible que retrasa hasta el 2013 la entrada en vigor de nuevas reglas de valoración del suelo urbanizable (para evitar que el suelo de la banca pierda valor), y por último, por una política desinformativa, vergonzosa y repugnante, del Gobierno (entre otras lindezas la inombrable Ministra del ramo que se descolgó diciendo que “Ahora es uno de los mejores años para comprar una casa", algo que viene repitiendo cada seis meses mientras los desplomes en los precios se acumulan) .
Personalmente creo que en 2010 el sector ladrillil entrará en un bull trap, una fase de falsa estabilidad previo al inevitable ajuste drástico que deberá haber en 2011 cuando hayan desaparecidos los incentivos fiscales, el Euríbor reapunte y la crisis sistémica siga siendo nuestra infatigable compañera de viaje.
En este sentido al tema le encuentro bastante similitud con lo que está pasando actualmente con el sector de los automóviles en este país; cifras récord de ventas, debidas en gran parte, por los precios subvencionados por el plan 2000E, y presagio de negrísimos nubarrones (según reconocen todos los implicados en el sector) cuando se cierre el grifo de las subvenciones. Es lo que tiene el estimular artificialmente la demanda, que cuando se retiran los incentivos, acontece el gran desplome. Lo mismo o similar ocurrirá con los pisos, sobretodo en precios medios-altos, cuando venzan las medidas del Gobierno.
Por lo demás, sigue resultando pero que muy sospechoso como ciertos medios de prensa han festejado esta subida en las compraventas como dando ya por enterrada la crisis burbujil. Muchos siguen obviando que esta subida del 9% en las compraventas, por si sola dice poco, y que los fundamentales del sector y del país siguen siendo de pena. Entre otros datos, cabe reseñar como los precios (según todas las fuentes; INE, TINSA, Idealista, Fotocasa), sí o sí, siguen cayendo. Y curiosamente son estos los mismos cafres que años atrás mantenían erre que erre que no había crisis inmobiliaria cuando se estaba produciendo un brutal ajuste inmobiliario vía cantidades (caída de transacciones inmobiliarias) en vez del perceptivo ajuste vía precios. Para aquel entonces, poco o nada, importaba que las compraventas se desplomaran un mes sí y otro también, la consigna a corear por todos no admitía dudas; “los precios no bajan”, “la vivienda nunca baja de precio “. Ahora han cambiado las tornas, es justo al revés, se trata de esconder que pese a las vergonzosas medidas Pro-lobby inmobiliario del Gobierno la caída de precios no se ha frenado.
De todos modos a esta alturas del partido lo que se empieza a vislumbrar es que las medidas del Gobierno para animar el sector ladrillil y depurar el stock inmobiliario en 2011 va camino del fracaso. Tanto bombo y platillo en anunciar las medidas, y seguimos yendo mal, fatal, porque ya sólo en 2009 (cuando ya se conocían las medidas) el stock de vivienda nueva sin vender ya creció un 12 %.
Por mi parte, sólo cabe esperar que salgamos rapidito de esta burbuja inmobiliaria, aunque tan sólo sea para no coincidir con la otra gran burbuja que se nos viene encima, la de la deuda pública.