Y es que la crisis ya está aquí, y no hemos hecho sino que iniciar nuestro período de purga. Algunas voces nos indican de que el caos de la construcción no se superará hasta el 2015, y que hay suelo comprado para diez años... veremos ahora como se subvencionan los ayuntamientos de nuestro país acabado el pelotazo del suelo (al parecer ya empiezan a coser con el IBI, seguramente subirán las basuras y el resto de impuestos que puedan, acordaros de Salamanca, las zonas azules subirán de precio y prepararos para que los urbanos empiecen a multar hasta por toser). Quien sabe hasta cuando durará la purga, yo pienso que los pisos bajarán un 50% de precio nominal en los 3-4 años venideros, pero todo esto no dejan de ser apuestas y suposiciones, y no voy a ser yo el que peque como el gobierno, haciendo de pitoniso para que luego al final se descubra que nada de lo que dije se cumple.
Éste último aún sigue sin querer hablar abiertamente de crisis, pero ya nos insta a comer menos chuletitas y a apretarnos el cinturón. Mientras, aún no se saben las consecuencias económicas de a huelga que hemos sufrido. Aunque sólo ha durado una semana muchos opinan que influirá incluso en los resultados de crecimiento de este trimestre y seguramente sea así (por cierto, el artículo es de El País, así que las tres primeras líneas, que descubren la realidad de la crisis tienen una importancia capital). Más de tres días sin producción y sin exportaciones ni importaciones con el país semi-paralizado seguro que se notarán. Dicen que mañana vuelven a la carga, veremos mañana que sucede. Empiezan también a promoverse medidas irrisorias, los que hace nada realizaban regualarizaciones masivas ahora invitan a los inmigrantes a marcharse amablemente (y con unos cuántos bastantes euros en el regazo).
Cómo vengo repitiendo, esto se acelera, la crisis está ya confirmada aunque se resistan a llamarla así, después del verano vendrá la realidad y se mostrará bastante más cruel. Tiempo al tiempo, todo llegará.