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Crisis energética: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Contexto y oportunidades

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Los altos precios de la energía y los problemas de suministro están presionando al alza la inflación en todo el mundo. Nos encontramos, además, con una situación geopolítica incierta que agrava los problemas actuales. Sin embargo, hay otros motivos que explican esta inflación, la acelerada transición energética, la infrainversión en energías fósiles que permitan hacer esa transición mucho más fácil o la criminalización y, a veces, eliminación de determinadas energías del mix como, por ejemplo, la nuclear. No podemos obviar tampoco la influencia de la guerra de Ucrania en todo esto, especialmente, en Europa. 

El sector energético se ha puesto de moda por lo que comentaba antes, una inflación desbocada que se debe principalmente al incremento de los precios en el sector. Para entender un poco mejor de dónde venimos y hacia dónde vamos en materia energética, voy a dar algunas pinceladas de esta situación basándome en datos recopilados de varios informes que iré desgranando a continuación.

En primer lugar, pongamos el consumo de energía en contexto. El consumo de energía primaria ha aumentado a un ritmo del 1% en los países OCDE y al 3,8% CAGR en los países no-OCDE en el último medio siglo; exhibiendo los primeros un mejor aprovechamiento de la energía y un uso más responsable y eficiente de la misma. En los países de la OCDE el consumo medido en exajulios (EJ) durante los últimos 25 años se ha mantenido bastante estable, sin grandes altibajos, más allá del 2020, año en el que la economía frenó en seco a causa de las restricciones que se impusieron para combatir al coronavirus.


Gráfico I. Energía consumida (EJ) por países OCDE y no-OCDE

Fuente: bp Statistical Review of World Energy
Fuente: bp Statistical Review of World Energy


Si esto lo medimos también en términos per capita (grafico II), se puede observar más o menos lo mismo. Es más, si en la serie histórica cogemos el periodo 2006-2021, en los países OCDE el consumo per capita se ha ido reduciendo un 0,8% CAGR anual. Algo diferente ha ocurrido en los países no-OCDE cuyo consumo per capita ha aumentado en un 2,1%.

 
Gráfico II. Energía consumida (EJ per capita) por países OCDE y no-OCDE

Fuente: bp Statistical Review of World Energy
Fuente: bp Statistical Review of World Energy


Dicho sea de paso, estos datos son totalmente normales. Los países de la OCDE han estado en la primera ola de desarrollo económico y, por tanto, se centran ahora mucho más en la eficiencia; mientras que los países no-OCDE tienen que centrarse en el crecimiento, siendo para ello necesario el uso intensivo de energías fósiles, que son las más contaminantes, pero a su vez las más baratas y que menos infraestructura nueva requieren.

En el gráfico III se puede ver la distribución de consumo energético en el 2021. Resaltar de él que se confirma la intuición que tuve antes: los países de la OCDE están mucho más enfocados en el uso de energías renovables y nuclear (energías verdes), contabilizando ambas un 17% del mix energético vs. el 7% de los países no-OCDE. Si hacemos zoom en la Unión Europea, el mix de energías verdes y nuclear llega al 24%, siendo Francia el país que más aporta en cuanto a nuclear en este mix.

Por el contrario, los países no-OCDE hacen un uso muy intensivo de carbón, la energía más contaminante, con un peso del 36% vs. el 13% en países OCDE y 11% en la UE.

 
Gráfico III. Distribución energética por zonas económicas (2021)

Fuente: bp Statistical Review of World Energy
Fuente: bp Statistical Review of World Energy


Debido a este mix de uso de energías más contaminantes, las emisiones de CO2 son muy superiores en países no-OCDE vs. OCDE como se puede observar en el gráfico IV.


Gráfico IV. Emisiones de CO2

Fuente: bp Statistical Review of World Energy
Fuente: bp Statistical Review of World Energy



  • Sector Oil & Gas: la importancia de la inversión y el ciclo de capital


Dicho todo esto, ¿qué ha hecho que ahora estemos así? Por empezar por el final, la infrainversión en energías fósiles necesarias par llevar a cabo esta transición. Pero vayamos poco a poco.

Vamos a centrarnos por completo en el sector del petróleo, que de manera continuada ha sufrido un déficit en la producción de petróleo vs. el consumo, según los datos de bp.


Gráfico IV. Producción vs Consumo de Petróleo

Fuente: bp Statistical Review of World Energy
Fuente: bp Statistical Review of World Energy


Los datos de la Agencia Internacional de la Energía tienen en cuenta la producción de GNL para este cálculo, por lo que en ese caso la oferta sí que es superior a la demanda. Aquí, un apunte, no he sido capaz de descubrir si esa diferencia se trata, efectivamente, única y exclusivamente a la incorporación de la oferta de GNL, por lo que cualquier corrección en este punto, es más que bienvenida. Lo cierto es que sí que me cuesta creer que haya habido un déficit tan exagerado durante los últimos 40 años, ya que esto habría tenido consecuencias en los precios y reservas, y no he notado en los datos de reservas de bp este hecho.
 

Gráfico IV. Producción vs Consumo de Petróleo y GNL (IEA)

Fuente: International Energy Agency (IEA)
Fuente: International Energy Agency (IEA)


Añadido a todo esto, según diversos estudios de Goehring & Rozencwajg Associates, en la segunda mitad del 2022 podríamos asistir a una situación en la que la demanda de petróleo sea superior, no sólo a la oferta, sino a la capacidad de bombeo de las empresas petroleras a nivel mundial, una situación vista únicamente en la crisis energética de 1970.

La infrainversión de los últimos años en petróleo es más que evidente. En la carta Q1-2022 Goehring & Rozencwajg Associate muestran evidencias de la baja inversión que se ha realizado en nuevos pozos. A continuación, un pantallazo que muestra la evolución del interés de las IPO de empresas de E&P.

 
Gráfico V. Salidas a bolsa E&P

Fuente: Goehring & Rozencwajg Associates, LLC
Fuente: Goehring & Rozencwajg Associates, LLC


El ritmo de inversión en combustibles fósiles se redujo mucho en 2015 y se volvió a reducir en 2016, tras la firma del Acuerdo de París en abril. Desde entonces, no se ha recuperado; de hecho, este año no alcanzaremos ni siquiera los niveles de inversión del 2019. Desde que comenzó a redactarse este acuerdo, la inversión en energías fósiles se ha reducido en torno al 25%.

Para poder mantener la creciente demanda de energía y, a su vez, tener unos precios razonables de la energía es necesario que aumente la inversión en petróleo hasta los niveles del periodo 2012-2014, al menos, durante los próximos 10 años mientras se acometen, a su vez, las inversiones necesarias en energías e infraestructura renovables.


Gráfico VI. Evolución de la inversión en energías fósiles

Fuente: International Energy Agency (IEA)
Fuente: International Energy Agency (IEA)


Además, de los casi $450B invertidos en el sector según la IEA, tan sólo un tercio se está dedicando a nuevos pozos petrolíferos, el resto se empleó en el mantenimiento de pozos existentes lo que hace que la capacidad de bombeo no aumente como debería. Esta tendencia coincide con la que señalaban anteriormente Goehring & Rozencwajg.

¿Hacia dónde está yendo toda esta infrainversión? ¿Qué están haciendo las compañías de Oil&Gas con los beneficios extra cosechados gracias a los mayores márgenes de refino? Las principales compañías han estado invirtiendo de media el 2% del CAPEX en energías limpias entre el 2015-2020. Esta cifra del 2% saltó a un 5% de CAPEX el año pasado. En 2022, se espera que el 9% del CAPEX sea invertido en este tipo de energías. Varía mucho entre compañías, siendo Repsol una de las compañías que más están apostando por esta transición.

A pesar de ello, según la Agencia Internacional de la Energía, habría que multiplicar por 3 la inversión en renovables y por 6 la inversión en redes energéticas más limpias si queremos llegar al objetivo “Net Zero 2050”, lo que implicaría una inversión adicional de $1T de aquí a 2030. Por eso, se hace indispensable el acompañamiento de otras fuentes de energía mientras tanto.


¿Cómo podemos beneficiarnos de esto?

Hay distintas formas de beneficiarnos de esta situación y de los vientos de cola que hay en el sector de la energía, ya sea en el petróleo, las renovables o la nuclear. En los últimos años, las políticas ESG han dañado la reputación de las empresas energéticas cuyo modelo de negocio se basaba únicamente en las energías fósiles. Sin embargo, en el último año, algunas de estas compañías han sido las que mejor se han comportado en bolsa. Esto se puede observar en la siguiente imagen, en la que se puede observar cómo el único sector que se ha beneficiado es el energético, sean estas compañías petrolíferas o de energías verdes.

Pero centrándonos en el petróleo las revalorizaciones van desde el crecimiento del 72% de Equinor en lo que vamos de año al 29% de Repsol, pasando por el 44% de Shell, entre otras.

 
Gráfico VII. Rendimiento distintos sectores post-crisis Guerra Ucrania



Obviamente, rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, pero hay varias tendencias que van a continuar debido al foco que se está haciendo en promover este tipo de energías verdes: electrificación de la economía, necesidad de inversión en nuevas infraestructuras, inversión en renovables… Ya hemos hablado antes de las necesidades que hay en renovables e infraestructura para cumplir con el “Net Zero 2050”, multiplicar por 3 la inversión en renovables y por 6 la inversión en redes energéticas más limpias.

A la hora de beneficiarnos de todo ello, podemos invertir en las empresas de primera derivada, como las productoras o distribuidoras de energía. Ésta me parece una opción inteligente cuando puedes discernir “el trigo de la paja”, es decir, conocer su modelo de negocio para saber diferenciar qué empresas sobrevivirán y se harán más fuertes y qué empresas no lo lograrán. 

Podemos, sin embargo, tratar de invertir en empresas de segunda derivada que se van a beneficiar de esos vientos de cola. Esta me parece también una opción acertada, y uno de los ejemplos que veo más claros es el de Brookfield, de la que espero hablar muy pronto. 

Esta es mi aproximación, bastante superficial, dicho sea de paso, al problema del sector de la energía y las oportunidades que puede darnos esta crisis. Ahora está en el tejado de cada uno hacer su propio análisis y llegar a sus propias conclusiones.


Disclaimer: La información aquí contenida se expone a título meramente informativo y no constituye una recomendación de inversión, ni invitación, oferta, solicitud u obligación por mi parte para llevar a cabo operación o transacción alguna. Es una forma de llevar al día mi cartera, y poder contrastar opiniones y debatir con otros inversores acerca de dichas posiciones.
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