El jueves día 12 HSBC revisaba al alza su recomendación sobre el BANCO POPULAR desde “mantener” hasta “comprar” sin fijar, eso sí, un precio objetivo. El día de la recomendación la cotización del banco subía un 0,75% siendo el único banco junto al BANKINTER que acababa en positivo la sesión.
Pero más allá del tirón que pudiera producir en la cotización, la observación de las recomendaciones del HSBC dibuja una estrategia de trading que se alinea con la teoría de la opinión contraria, pues a cada recomendación del HSBC le ha seguido días después una fuerte caída del valor. Y esa pauta se repite en buena parte de las recomendaciones de casas de análisis y bancos de inversión.
Hay que mirar el gráfico, todos, no sólo en este caso del POPULAR, en el contexto de la emisión de la recomendación, es decir, que a la derecha del gráfico no había nada y, por tanto, esperar revalorizaciones del 45% en un valor en caída prácticamente libre, es legítimo y hasta loable para todos aquellos inversores enganchados en el título y que no desean dejar las acciones a sus nietos en herencia. Pero es precisamente esa pauta la que sitúa las recomendaciones de los bancos de inversión y casas de análisis en uno de los capítulos del Manual del Cuidador.
Detrás de una recomendación de compra de una firma de análisis o un banco de inversión existe, a buen seguro, una compra previa por parte de ellos. El prescriptor de los títulos, el hacedor de una proyección de un valioso precio objetivo, ya es poseedor, por sí o por su mandante, de esos títulos que recomiendan; es decir, que quien da un consejo de compra, ya ha comprado, y el que recomienda vender, ya ha vendido.
Esto así planteado no es ilícito. Es legítimo que quien recomienda comprar un título lo posea, y el que recomienda vender un título se deshaga de él. El mecanismo de manipulación viene, entre otras situaciones, en que la empresa que recomienda, por ejemplo, la compra de un valor, lo hace subir de forma rápida tras la recomendación y en poco tiempo, en cuanto los minoristas han acudido a la caza de un objetivo alcista casi estratosférico.
Así, el 17 de septiembre de 2015 HSBC recomendó comprar POPULAR con un precio objetivo de 4,36 cuando cotizaba a 2,97 euros. En las diecinueve sesiones posteriores el precio subió un 17% pero la recomendación implicaba un 45% hasta el precio objetivo. Desde ahí, el precio cayó un 58% hasta la siguiente recomendación. Ocho meses después, motivado por la ampliación de capital anunciada el día 26 de mayo, lanzaron una revisión de la recomendación con un mantener de la posición y un nuevo precio objetivo de 2,10 euros. Ese día, el POPULAR cotizaba a 1,45 euros. Los que entraron al trapo de la recomendación se llevaron un 15% en tres sesiones y con la expectativa de alcanzar el 45% de revalorización que proponía HSBC. Lo que se encontraron es un nuevo descenso de la cotización del 17% hasta que un mes después, y motivado por el hueco dejado por el Brexit en todos los mercados, rebajaron el precio objetivo hasta los 1,30 euros. El 8% ropuesto como nuevo precio objetivo en 9 sesiones.
De nuevo, a partir de ahí, una caída imparable del 22% hasta la recomendación lanzada el pasado jueves. Cientos de miles de enganchados al calor de unas pertinaces recomendaciones de comprar y mantener desde hace casi año y medio en un valor que en ese tiempo se ha desplomado un 70%. Detrás de muchas recomendaciones se esconden intereses velados e instrucciones oportunas de los equipos gestores y los núcleos duros de las compañías, que tras reunirse con los analistas de los emisores de opinión, trasladan una imagen idílica para que el banco de inversión emita una recomendación de compra e, inmediatamente, empezar a empapelar al mercado. Eso es manipulación en estado puro.
En el caso del POPULAR, así ha sucedido en las últimas cuatro recomendaciones del HSBC sobre el banco. En todas ellas asistimos a un comprar o mantener con la fijación de un nuevo precio objetivo; mientras el aspecto técnico del valor lo único que lleva diciendo desde hace… años es un vender.
Buen trading.
Mario de Angeles López