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Geopolítica y energía: China, Rusia y Estados Unidos

El consumo de energía es esencial para el crecimiento económico y el desarrollo de los países, condicionando también el saldo exterior y PIB. Lo que hace de la seguridad energética un elemento estratégico al mismo tiempo que convierte a la energía en una herramienta  de gran importancia en el ámbito geopolítico.

Indudablemente el rey de la energía hasta la fecha ha sido el petróleo, pero esta situación está cambiando condicionada por el cambio climático y desarrollo de energías alternativas. En Estados Unidos (U.S.), el mix de consumo de energía primaria ha ido evolucionando (figura siguiente).  El consumo de carbón prevaleció hasta finales del sXIX, fue sustituido por el petróleo a mediados del sXX; y más recientemente se ha impulsado el consumo de gas natural, que conjuntamente con las energías renovables, está desplazando al carbón como fuente de generación de energía eléctrica.

 

graph of energy consumption in the United States, as explained in the article text

 

Figura.- Energy Information Administration (EIA):  Energy sources have changed throughout the history of the United States

 

En el sector de la energía, U.S. ha mostrado los últimos años un liderazgo basado en el impulso de las técnicas de fracking y perforación horizontal, que han permitido al país explotar los yacimientos de tight gas y shale oil convirtiéndolo en el primer productor mundial, superando a Rusia y Arabia Saudí.

Esta situación se ha traducido también en un incremento de las exportaciones, que se incrementaron un 27% entre 2016 y 2017, principalmente de derivados del petróleo, crudo y gas natural (figura siguiente). 

 

 

 

Figura.- EIA:  US net energy imports in 2017 fall to their lowest levels since 1982

 

Lo que a su vez ha dado lugar a que, aunque Estados Unidos siga siendo un importador neto de crudo, se haya convertido en exportador neto de derivados del petróleo en 2011 y de gas natural en 2017, de tal forma que las importaciones netas de energía estadounidenses se han reducido un 35% en 2017 con respecto a 2016, llegando a niveles no vistos desde el año 1982 (figura siguiente). 

 

Figura.- EIA: US net energy imports in 2017 fall to their lowest levels since 1982

 

Este desarrollo ha contribuido a paliar los problemas  del déficit comercial del país así como reducir su dependencia energética exterior, lo que ha incrementado su capacidad de coacción geopolítica. A este nivel sigue presentando mayor importancia el petróleo que el gas natural, como ha demostrado la OPEP en otros momentos de la historia, y más recientemente a través de los recortes de producción acordados por esta organización con otros socios no-OPEP liderados por Rusia.

 

Pero en el escenario global no debemos olvidarnos de la creciente importancia del gas natural, cuyo mercado está evolucionando desde la existencia de distintos mercados regionales condicionados por la capacidad de acceso a esta materia prima a través de gasoductos, a convertirse en un mercado global gracias al desarrollo del Gas Natural Licuado (GNL).

 

En este sentido, y desde el punto de vista geopolítico, la mayor independencia energética estadounidense y haberse convertido en un exportador neto de gas natural, ha facilitado la toma de decisiones políticas al reducirse el riesgo de desabastecimiento. 

La utilización del gas natural como arma política no es nueva, siendo quizá el ejemplo más evidente  el relativamente reciente conflicto entre Rusia y Ucrania. Situación que, en un caso extremo e hipotéticamente, podría llegar a afectar a la Unión Europea, dada su elevada dependencia del gas ruso. Aunque esta situación actualmente es muy improbable debido a la dependencia de los presupuestos rusos de las exportaciones energéticas, lo que sin embargo no excluye esta situación como de riesgo potencial.

Por este motivo, la UE pretende reducir su dependencia del gas ruso, pese a lo cual, en 2017 las exportaciones de la principal empresa rusa, Gazprom, se incrementaron alcanzando un nuevo máximo histórico. Sin embargo, Rusia, debido a esta situación ya está poniendo su objetivo en China, país con el que está estrechando relaciones, traduciéndose estas en compromisos de exportaciones de gas natural que se harán efectivas presumiblemente en diciembre de 2019 a través del gasoducto Power of Siberia situado en la region oriental del país. Dada su situación geográfica, este gasoducto no amenaza el suministro a la UE, pero otra situación podría darse si se materializa otro proyecto aparcado hasta ahora, el Power of Siberia 2 o ruta Altai situada en la region occidental del país (figura siguiente) y que podría retomarse debido a las previsiones sobre el incremento de consumo de gas natural en China.

 

Altai and Power of Siberia pipelines (Source: Gazprom)

Figura.- Altai and Power of Siberia Pipelines.  

 

En el otro lado de la balanza hay que valorar simultáneamente la capacidad rusa para satisfacer la demanda china. La producción rusa de gas natural en el año 2016 fue de 640.032 mill m3/año, suponiendo en el futuro las exportaciones de gas a China solo algo más del 10% de la producción rusa.

Por otro lado, el desarrollo del shale estadounidense también afecta a las relaciones chino-estadounidenses; ya que a pesar de las tensiones entre ambos países, se están produciendo exportaciones de petróleo y gas natural desde U.S. hacia China, pudiendo suponer este hecho un punto de encuentro al estrechar el desequilibrio comercial entre ambos países permitiendo acercar posiciones.

De hecho, las exportaciones de petróleo y derivados desde U.S. a China se han incrementado los últimos años (figura siguiente), llegando en diciembre de 2017 a suponer 587.500 barriles/día (bd) y el 8% de las exportaciones estadounidenses. Y también en el año 2017, China, con una cuota del 15%, supuso el tercer mayor mercado de las exportaciones de GNL estadounidense

 

 

exportaciones de petroleo y derivados USA

Figura.- Evolución de las exportaciones de petróleo y derivados estadounidenses totales y a China en miles de barriles/día (escala izquierda) y exportaciones a China como porcentaje de exportaciones totales (escala derecha). Elaboración propia a partir de datos mensuales de la EIA: Exportaciones totales  y exportaciones a China.

 

Las importaciones chinas de petróleo y GNL desde U.S. presentan distinto tipo de ventajas para la economía china, ya que  además de contribuir a ejercer presión sobre los precios en el mercado, facilita el cambio del consumo de carbón a gas natural, aspecto actualmente estratégico para las autoridades chinas dado el elevado grado de contaminación medioambiental del país. Pero además, también contribuye a diversificar las importaciones chinas de GNL, que en la actualidad se encuentran concentradas en Australia y Qatar.

Esta es la situación actual, pero el análisis geoestratégico debe ser más amplio y prever la sostenibilidad de esta situación. En este sentido, los intercambios comerciales energéticos entre U.S. y China  probablemente se incrementen, ya que la demanda china de gas y petróleo  sigue una tendencia alcista como resultado del crecimiento económico e incremento de calidad de vida de los ciudadanos, situación que se asocia a un mayor consumo energético per cápita y que ha dado lugar a que China se haya convertido en el mayor importador mundial de combustibles fósiles .

De hecho, China ha incrementado las importaciones de GNL un 50% en 2017 y se ha convertido en el segundo mayor importador mundial de GNL después de Japón al sobrepasar a Corea del Sur y llegar a las 38 mill Tn. Pero además, las previsiones apuntan a que la demanda se incremente en los próximos años dada la política de sustitución de carbón por gas natural. Y en este sentido, Bloomberg New Energy Finance (BNEF) estima que el consumo de GNL chino se incremente desde los 44 mill Tn actuales hasta los  82 mill Tn en 2030

Dado el previsible incremento de consumo chino, el análisis inmediato que procedería sería determinar la capacidad estadounidense de satisfacer dicha demanda, que vendría determinado por la evolución de la producción y de capacidad de licuefacción.

En este sentido, en todos los escenarios contemplados por en el Annual Energy Outlook 2018 (AEO 2018) de la EIA, la producción de gas natural se incrementará, aunque su cuantía diferirá considerablemente entre escenarios (figura siguiente).

 

 

Figura.- Energy Information Administration, Annual Energy Outlook 2018 (AEO 2018)

 

En la actualidad, la capacidad exportadora de GNL estadounidense  se encuentra en los 22 y 26 mill de Tn, pero la puesta en marcha de distintas instalaciones incrementará su capacidad en 2019 hasta los 70,68 Tn/año, siendo por tanto factible un incremento de las exportaciones hacia China. 

 

Y de hecho, la EIA en su AEO 2018 estima que las exportaciones se incrementen en todos los escenarios contemplados, en mayor medida a corto plazo y a partir del GNL (figura siguiente- caso de referencia), dirigidas principalmente a Asia, al mismo tiempo que las importaciones se reducen mejorando el saldo comercial.

 

Figura.- EIA, AEO 2018 .

 

Sin embargo, siendo razonables, no es de esperar que, por razones estratégicas de seguridad energética, ni todas las exportaciones estadounidenses ni todas las importaciones chinas de GNL se correspondan con intercambios entre ambos países.   Cuando además, en ambos casos existen acuerdos comerciales con terceros países. Lo que permite llegar a la conclusión de que las exportaciones de GNL a China se incrementarán y contribuirán cada vez en mayor medida a paliar el déficit comercial, pero cuantitativamente esta contribución será escasa y vendrá determinada por el precio del GNL y el volumen de exportaciones.

 

RESUMEN Y CONCLUSIONES

 

En U.S., la revolución del fracking y perforación horizontal ha permitido la explotación del shale oil y shale gas y ha dado un impulso a la economía estadounidense; al mismo tiempo que ha reducido la dependencia energética exterior del país, lo que a su vez condiciona la geopolítica global.

El petróleo sigue siendo el combustible fósil por excelencia, pero el gas natural está cobrando cada vez más importancia. Sobre todo como sustituto del carbón en generación eléctrica. 

En este sentido, la explotación del shale gas estadounidense tiene gran importancia, ya que ha convertido al país en exportador neto de esta materia prima en 2017, siendo los principales importadores Méjico y Canadá . Pero como resultado del incremento de capacidad de licuefacción, las exportaciones de GNL se están incrementando de forma muy significativa, hecho que además de influir sobre el saldo comercial de esta materia prima, permitirá diversificar la cartera de clientes.

Pero quizá más importante es el hecho de que la capacidad de llegar a zonas distantes permitirá incrementar la influencia de U.S. en otras zonas alejadas del continente americano, como Europa, lo que puede contribuir a reducir posibles tensiones entre la UE y Rusia. Pero simultáneamente, también puede constituirse como un punto de encuentro con China para reducir las tensiones derivadas del déficit comercial con este país.

Sin embargo, el estrechamiento de las relaciones ruso-chinas, en el que los intercambios comerciales de energía tienen gran importancia; y la cada vez mayor importancia de China como país, puede restar influencia a la presencia estadounidense en Asia Oriental, situación que puede extrapolarse globalmente. 

Indudablemente U.S. continúa siendo la principal potencia mundial. Ya que aunque su contribución a la economía mundial es cada vez menor , sigue disponiendo de la divisa de reserva mundial y gran parte de las reservas de bancos centrales y transacciones comerciales se llevan a cabo en esta divisa. La cuestión a plantearse es cuánto tiempo durará esto si las políticas de la administración Trump continúan en la línea actual y otros países, especialmente China, siguen creciendo a buen ritmo y tejiendo una amplia tela de araña de influencias económicas y políticas globales, como a través del proyecto One Belt One Road.

 

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