... los índices se caen cada vez que se acercan a sus zonas de máximos. Si no falla uno, falla otro, y si no fallan todos. Si no fallaba Japón, no acompañaba el Dow Jones Transportes, y si no el Russell o las compañías de baja capitalización, y así seguimos. Se pueden animar unos que ya decaerán otros, incluso los que hasta ahora no habían fallado. ¿Será casualidad?
El lector habitual ha podido seguir a través de diferentes entradas el mejor comportamiento de los índices emergentes respecto a los de Estados Unidos, Europa o Japón. También ha podido leer cómo he porfiado en varias ocasiones sobre los máximos decrecientes. Pues bien, precisamente cuando un índice tiene la posibilidad real de hacer nuevos máximos efectivos va y se para.
El Merval argentino se había venido comportando mejor que el Bovespa brasileño y justo cuando el selectivo carioca da un nuevo tirón, va el argentino se detiene. Qué cosas. ¿Será para pensar mal?