En algunos de los últimos artículos he comentado la diferente percepción obtenida en función del índice que se analizara, la distinta fuerza relativa, las divergencias existentes con algunos valores e índices subiendo mucho y haciendo nuevos máximos anuales mientras otros se descolgaban completamente, y he hecho hincapié en la fortaleza que siempre supone que se produzcan los movimientos con el mayor acompañamiento de valores e índices posibles. Pues bien, parece que Japón se ha decidido a recuperar parte del tiempo perdido y viene al rescate del movimiento alcista.
En el gráfico se puede apreciar bien cómo la caída de 2008 y el primer tramo de subida de 2009 se producen con un acompañamiento armónico de los distintos índices y también como a partir de septiembre el Nikkei 225 se desajusta y no sólo no sigue la subida sino que empieza a hacer máximos decrecientes primero y mínimos después, creando una sospechosa divergencia. Una vez alcanzados los mínimos de julio y zona de soporte clave en el entorno de los 9.000 enteros el índice nipón se ha reordenado al alza con una rápida consecución de la zona de los 10.000.
La explicación seguramente se pueda derivar del peor comportamiento reciente del yen frente a las otras divisas, algo que no deja de ser curioso, cuando tradicionalmente siempre se ha considerado la divisa como la cara visible de un país, y se ha entendido que una divisa fuerte era el reflejo de una economía fuerte.
En este gráfico se puede observar cómo durante la caída de la renta variable en 2008 el yen se revaloriza frente al dólar estadounidense, la libra esterlina y el euro, y cómo durante la recuperación de las bolsas a partir de marzo de 2009 el yen se deprecia en clara correlación inversa. Sin embargo, a partir de julio la renta variable prosigue los ascensos mientras que el yen primero entra en fase lateral y después comienza, de manera algo chocante, a apreciarse nuevamente; situación que acarrea el peor comportamiento de un Nikkei 225 que parece preferir una moneda más débil.
En los últimos días el yen ha vuelto a perder valor en su cruce con las otras divisas y el Nikkei ha conseguido repuntar 1.000 puntos en tres días. Con todo, y a pesar de la colaboración japonesa y de la mejoría del Dow Jones Transportes, los índices europeos siguen mostrando un comportamiento decepcionante cada vez que se acercan a sus zonas de resistencia y máximos anuales.
La sensación que transmiten ahora mismo los índices bursátiles es que están sostenidos y que van a seguir en fase de lateralidad, puesto que la pérdida del soporte o la superación de la resistencia deberían acarrear un movimiento brusco y contundente que no parece que se vaya a dar a estas alturas del año. Aunque todavía resta la incógnita del vencimiento trimestral de derivados y la semana posterior, quien más quien menos ya está de vacaciones.
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