Imaginemos que tenemos un amigo cinéfilo y apasionado de los premios Óscar. El amigo en cuestión se ve cada año todas las películas nominadas y lee toda la información referente a películas favoritas. Fruto de este seguimiento constante ya conoce bien los premios, y sabe el estilo de películas por las que se decanta habitualmente la academia
Si nosotros decidiésemos apostar contra él SOBRE UN PREMIO EN CONCRETO, supongamos que sobre el de mejor película, él tendría más posibilidades de ganar que nosotros, pero sólo unas pocas más, así que la suerte será la que decida quién gana la partida.
Si
Si nosotros vamos a la bolsa y hacemos una inversión por impulso, o porque tenemos una corazonada, estaríamos haciendo lo mismo que en el caso que os exponía antes, nuestras posibilidades de ganar serán sólo algo menores que las de perder y dejaríamos todo en manos de la suerte. Si la suerte está de nuestra parte, la jugada será satisfactoria y pensaremos que somos los mejores porque nos ha salido bien.
Ahora veamos un caso diferente. Supongamos que nos la jugamos con nuestro amigo cinéfilo a una porra completa de los óscars. Creo recordar que son 25 premios. ¿Quién creéis que ganará? Las posibilidades de ganar en un premio concreto a nuestro amigo son razonables, pongamos que entorno al 40%. Pero las posibilidades de ganar el global de la porra no creo que sean mayores al 1 %. La suerte puede por lo tanto decantar la balanza en el caso de un premio en concreto pero no podrá hacer nada en el caso de apostar sobre muchos premios.
Si trasladamos esto al caso de las inversiones, pasa lo mismo. Si nos guiamos por intuiciones o corazonadas, podremos ganar alguna operación, quizás unas cuantas, gracias a tener la suerte de cara, pero sólo un sistema o unos hábitos que nos sitúen en una situación de probabilidades altas de ganar dinero serán adecuadas para que no nos dejen fuera de juego a las primeras de cambio y dejar por lo tanto a la suerte fuera de nuestro camino. Supongo que la mayoría de nosotros no buscamos hacer una operación un día en concreto y marcharnos, sino que queremos invertir a lo largo del tiempo y mantenernos en el mercado.
Lo que quiero decir con esto es que nuestro amigo (nuestro amigo sería en la bolsa, el equivalente a un buen inversor, sereno, preparado y riguroso), no gana la porra por tener suerte, de hecho no le hace falta la suerte para ganarnos, el hecho de tener más o menos suerte hará que gane con mayor o menor diferencia. En mi opinión, estudiar el mercado a fondo, investigar y ser fiel a nuestro método, si sabemos que éste es eficaz, es la única manera de dejar la suerte a un lado, porque si jugamos bien, al final los grandes números no fallan.
Nosotros decidimos pues, si queremos poner nuestro dinero en manos de la fortuna, o en manos de las matemáticas.
Un saludo!