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Ahorrador o tacaño ¿dónde está el límite?

La otra noche, mi peque me pidió que le contara un cuento y le conté esta fábula de Esopo:

El avaro y el oro

Un hombre vendió todo lo que tenía de más y con sus ahorros compró una pepita de oro, y la enterró bajo uno de los árboles de su jardín. Todos los días iba al sitio, la desenterraba para comprobar que seguía allí. Una vez la miraba, volvía a enterrarla.

Uno de sus vecinos observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar que pasaba. Cuando descubrió de qué se trataba, cavó y le robó la pepita de oro.

Al día siguiente, cuando el hombre descubrió que bajo el árbol ya no había nada se puso a llorar y a gritar desconsoladamente. Por allí cerca, andaba un amigo suyo que al conocer la historia para consolarlo le dijo:

- "Tranquilo, no te preocupes, el asunto no es tan grave. Busca una piedra y colócala en el hueco. Imagínate que es tu pepita de oro, y ya está. Para ti es lo mismo, ya que nunca ibas a hacer uso de él."

Mi peque se quedó alucinada, y empezó a reflexionar y hacerme preguntas, no entendía como alguien lo había vendido todo únicamente para tener una pepita de oro que observar día tras día. Al hilo de esto empezamos a hablar sobre el ahorro y la tacañería y donde estaba el límite. Aquí os dejo mis reflexiones.

¿Qué es ser ahorrador y qué es ser tacaño?

En mi opinión hay una delgada línea que separa el ahorro del ahorro extremo… por todos es conocido que muchas veces se nos critica, a aquellos que perseguimos la Independencia Financiera, por ser demasiado ahorradores, e incluso se ha llegado a decir “por ahí”  que vivimos en una cueva y comemos musgo... 

Aunque el límite es muy tenue, la diferencia radica en su definición. Mientras el ahorrador lo hace para preveer su futuro y con un propósito: ahorrar para comprar una casa, un coche, un viaje…  el tacaño lo hace por no gastar, y cuando gasta lo pasa hasta mal.

El ahorrador

Una persona ahorradora entiende el ahorro como una filosofía o una forma de vida, una actitud que le permite disfrutar de una mayor tranquilidad y seguridad. Suele tomar decisiones informadas y meditar cada compra. Intenta obtener una rentabilidad a su dinero que le ayude a obtener más tiempo libre y seguir disfrutando de la vida.  

Los ahorradores tienen una visión de futuro, un plan a largo plazo. El ahorro en sí es por un objetivo superior.

El tacaño

El tacaño tiene aversión al gasto, practica un ahorro compulsivo y ahorra por ahorrar sin un fin concreto. Aun teniendo una vida económica más o menos normal con unos ingresos estables, jamás se va de vacaciones, o sale a cenar fuera y si lo hace es porque lo han invitado… Un tacaño lo es, independientemente de su nivel de ingresos.

Tacaño, avaro, rácano, cicatero, miserable, pesetero, usurero… Todo lo mide, todo lo compara y no disfruta gastando un céntimo. Además no se suele fiar de nadie, ni de los bancos y suele guardar el dinero en casa escondido. Hay casos extremos de gente que ha llevado una vida miserable, dando a entender que estaban arruinados, y tras su muerte han encontrado mucho dinero en casa.

Una última característica de las personas tacañas es que critican a las demás personas y les hacen sentir mal por el simple hecho de gastar.

Conclusiones

Mientras que el ahorrador intenta hacer un buen uso de su dinero, por ejemplo: busca una compañía que pueda hacer que su factura de la luz sea más económica o electrodomésticos eficientes… el tacaño directamente no usa el aire acondicionado, aun pudiendo permitírselo.  Para un tacaño el dinero está por encima de todo y evita gastarlo. El ahorrador sin embargo busca y compara precios, y primará la calidad al precio, mientras que el tacaño no querrá gastar en nada, por el simple hecho de tener más.

Ahorrar es una conducta sana, gastar menos de lo que ingresas, ahorrar una parte e invertir otra. Ahorra alguien que prevee su futuro, que quiere afrontar la vida con más tranquilidad y seguridad.  Sin embargo el tacaño tiene una relación anormal  con el dinero y se priva de llevar una vida mucho mejor de la que podría llevar por el simple hecho de ver crecer y crecer su dinero.

Como hemos visto hay una delgada línea entre el ahorrador y el tacaño, en todos los tacaños hay una parte de ahorrador y los ahorradores en algún momento se habrán comportado como tacaños. Si no eres capaz de controlar los excesos o tu comportamiento, puedes pasar de ser ahorrativo a convertirte en un tacaño.

Tú decides si quieres ser como Scrooge (del cuento de Navidad de Dickens) o encontrar el equilibrio entre ahorrar y vivir la vida.

"El más rico de todos los hombres es el ahorrativo; el más pobre, el avaro" Nicolas de Chamfort

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  • ahorro
  1. en respuesta a theveritas
    -
    #4
    Yoda Bebe
    05/01/20 16:19

    Un 10, la naturaleza humana no permite poner limites definidos, sino difusos.

    La perfeccion es perfeccion, la perfeccion podriamos decir que no existe, que es consecuencia natural, que todo es perfecto, el movimiento de los planetas, la forma en la que nacemos y nuestras celulas nos da la vida, tambien es perfecto segun las leyes fisicas indeterminadas..., y asi mil ejemplos.

    Respondiendo a tu pregunta, podria alegar que donde empieza el trastorno obsesivo compulsivo y acaba la perfeccion, seria en el momento en el que alguien intenta perfeccionar lo que ya es perfecto, como asegurarse constantemente que se debe perfeccionar lo que ya es perfecto, pero claro, eso podria ser imposible, porque si la vida, a su vez, la perfeccion varia en funcion de los ojos por los que se mira, para algunos esa persorna seria un perfeccionista, porque el objetivo aun no es perfecto, y para otros un obsesivo compulsivo, porque ya es el objeto perfecto.

    Es decir, entre la relatividad del ser humano, y la indeterminacion de la naturaleza, no hay nada claro,

    Podriamos decir que las cosas son como son, sin explicacion trascendental detras, cualquier cosa, hasta el comportamiento humano irracional, hasta la forma de domar dicho comportamiento, lo que sabemos hasta ahora, es lo que es.

    A mi personalmente me gustaria alguna explicacion trascendental de la fisica cuantica, y que no seamos solo una ilusion o interpretacion. el sentido de la vida esta en la indeterminacion del mundo cuantico, estudiar dicho mundo y su interacción con lo demas, es lo mas cercado que podemos estar de Dios actualmente, Dios no tiene porque ser un Ente, puede ser unas reglas.

  2. #3
    03/01/20 17:15

    Interesante. Yo me veo a mí mismo más del lado del tacaño, pero un poco entre los dos. Reconozco que me cuesta gastar; casi siempre me parece que las cosas no valen el esfuerzo que hay que hacer en comparación con el disfrute que proporcionan. Y no me gusta que otros despilfarren, aunque no los conozca de nada, pero nunca los critico. No ahorro con un objetivo concreto -más allá de la tranquilidad financiera-, pero tampoco sé exactamente lo que tengo ni mucho menos lo cuento constantemente (sé que es mucho más de lo que necesito para vivir y con eso me vale). Por otra lado prefiero no trabajar que gastar. Por ejemplo, a medida que he ido acumulando activos he ido también reduciendo mi jornada laboral (trabajo 20 horas a la semana) pero no gastando más, y espero retirarme ya muy pronto de forma definitiva para consagrarme a una vida frugal que es la que me gusta. Así que no sé, supongo que soy un tacaño de la variante vagoascética.

  3. Top 100
    #2
    31/12/19 16:12

    En tiempo de gastones compulsivos, cuesta encontrar tacaños. Sera que se enmascaran en la virtud del ahorrador...

  4. Top 25
    #1
    31/12/19 08:17

    Donde acaba el perfeccionismo y empieza el trastorno obsesivo compulsivo?
    Realmente el límite entre un ahorrador y un tacaño es difuso
    El ahorrador lo hace todo por un porque y el tacaño compulsivamente

    Sobre el papel está claro ... pero en el fondo no es tan sencillo y desde fuera no es tan fácil diferenciar a veces a unos de otros

    Pero en esencia sea una cosa u otra son tremendamente positivos para la sociedad, el ahorro es la base de la inversión a largo plazo y el dinero que no consumen se presta
    Aunque con tipos al cero por la represión financiera este concepto poco a poco se está pervirtiendo

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