¡Ayúdanos Jesse! gritaban desesperados los bajistas de la Piggly Stores el 19 de marzo de 1923 ante la manipulación de los jefes de éste, cuando la hicieron subir desde los 35 $ hasta los 124 $ en muy poco tiempo.
Livermore en ésa época, trabajó para un magnate que controlaba varios valores, uno de ellos era la Piggly y ordenó a éste arrinconar a los bajistas para destrozarlos y así poder amasar una buena fortuna para él y para Livermore.
En un principio a Jesse le pareció bien y obedeciendo a su jefe compró el valor hasta que se quedó con una participación suficiente para dejar seca a la oferta y empezar a manipularlo hasta el cielo.Pero para Livermore “rey de los bajistas”, ésta encerrona le decía que era alta traición hacia sus colegas del parqué en las posiciones cortas y habló con su jefe para comentarle que dejara ese valor y fueran a por otro.
El jefe se negó y Jesse también lo hizo, abandonó su cargo y prometió venganza hacia cualquiera que osara destrozar a los cortos de la Piggly, el jefe en un acto de fanfarronería le retó y claro, no hubo color.
Al día siguiente apareció el rumor de suspensión del valor por manipulación de la dirección de piggly y ésta cayó al abismo.El jefe estaba derrotado, abatido suplicó a Jesse volver a trabajar para él, cosa a la que jesse contestó negándose y se comenta que reunidos los dos, Livermore a la oreja le dijo:Lo tenías todo conmigo, tenías al mejor operador de acciones del momento y me retaste, jamás daré la espalda a los cortos de mercado ya que a ellos les debo la vida, mi vida en los mercados.
El jefe arruinado abandonó la reunión, entendió que hay cosas en la vida que no se pueden comprar ni con todo el dinero del mundo. Livermore hizo gala de su honestidad y su honorabilidad hacia quien en su momento le tendió la mano. Fiel a su estrategia se encaminó hacia la que quizás fue la derrota más amarga de su carrera, “el trigo”.
Escapándose una y otra vez de la acusación de manipular los mercados, Livermore se enfrentó cara a cara al rey del trigo y perdió.
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