Hoy me uno a esta comunidad financiera con el objetivo de colaborar en todo lo posible para dar a conocer las ideas aquí expuestas, con la intención de hacer de este país un lugar más próspero y rico, más liberal. Permitidme que me presente.
Me llamo Alberto Nicolau Francés. Estudié ADE y Derecho en la Universidad de Valencia, para luego completar el Máster en Finanzas de ICADE Business School, en Madrid. Después de un período de tiempo trabajando como consultor de riesgos financieros en KPMG, recientemente me incorporé a E&Y para trabajar en el sector de la auditoría financiera.
No me considero una persona ni de izquierdas ni de derechas, ya que ese es un debate sin salida. Me considero liberal, ya que es el único camino a seguir si de verdad se quiere una sociedad más desarrollada en todos los aspectos. Hayek nos enseñó que las bases del
socialismo son las mismas que las del totalitarismo: una sociedad menos libre y más controlada por un ente llamado Estado, el cual creemos erróneamente que nos representa, y lo creemos capaz de organizar la vida de todos y cada uno de los ciudadanos de un país, mejor que cada uno de esos ciudadanos. Por tanto, podríamos decir que el socialismo menosprecia al ciudadano.
Como cualquiera durante sus años universitarios, tuve profesores de diversas ideologías y con diversas percepciones sobre la economía mundial, todas ellas respetables. De todos ellos aprendí y, a pesar de considerarme liberal, creo firmemente que la existencia de una pluralidad de ideologías es totalmente necesaria en el mundo actual, ya que otorgar la supremacía a una de ellas no haría más que corromperla hasta perder su utilidad. Por tanto, cualquier político, cualquier economista, necesita un contrapeso, alguien capaz de rebatir los argumentos ajenos para hacerse mejorar mutuamente y no caer en la tentación de creerse el único capaz de resolver todos los problemas económicos.
Personalmente, creo que un país basado en la economía de libre mercado es el país que más evolucionará, más se desarrollará, y más riqueza generará para todos los ciudadanos. Las instituciones, en su caso, deben asegurar el correcto funcionamiento de ese libre mercado, evitando abusos y monopolios.
Por ello, mi intención es escribir aquí sobre la coyuntura económica y política actual, defendiendo siempre un punto de vista liberal para la mejor comprensión y resolución de todos los problemas presentes actualmente, pero siempre compartiendo y respetando cualquier opinión, ya sea favorable o no, puesto que un requisito imprescindible para poder hablar de “libertad” es poder hablar de “tolerancia”. Sólo así se aprende, y sólo así se mejora.