Derivados: Todo lo que necesitas saber y nunca te atreviste a preguntar
Desmontando mitos sobre las opciones
En el episodio anterior, vimos que todo, absolutamente todo el mundo, está utilizando, de manera inconsciente pero natural, opciones en todo momento: El seguro del coche, el seguro de la casa. Sin embargo, la inmensa mayoría de la gente, en el entorno bursátil, oye la palabra 'opciones' e inmediatamente dice: 'eso es muy peligroso'.Es entonces cuando cabe preguntarse: ¿Qué es más peligroso, pagar una cantidad al año a una compañía de seguros que CUBRA EL RIESGO de que tengas un accidente con el coche, o no pagarlo? Si es más peligroso pagarlo, ¿por qué todo el mundo lo paga? Aunque no lo creamos, cuando contratamos un seguro, estamos comprando una opción. La compañía de seguros, nos vende esa opción. Al comprar la opción, esta nos da derecho a, en caso de accidente, por muy grave que sea, no tener que desembolsar un sólo euro. La compañía corre con todos los gastos: reparación del vehículo o vehículos implicados en el accidente, indemnizaciones a las víctimas si las hubiera, abogados para defender al asegurado en los procesos judiciales que se derivaran del siniestro...
De aquí, ya se deduce algo que la mayoría de los que haya leído algo sobre opciones, conocerá.
Para los que nunca lo hayan hecho, lo describiremos:
Conclusiones sobre las opciones
Conclusión número 1. Al comprar la opción (el asegurado), se paga una prima (el importe del seguro). Es un dinero empleado A FONDO PERDIDO, imposible de recuperar (en términos absolutos), pero que garantiza que, en caso de catástrofe, lo máximo que el asegurado podrá perder es lo que pagó por la prima, Y NI UN EURO MÁS. Si tiene el accidente, en lugar de gastarse lo que puede ser un auténtico descalabro económico, no ha de pagar nada, pues todo lo que tenía que pagar, lo pagó por adelantado. Y, además, ese asegurado prefiere no tener que hacer uso de su derecho, porque prefiere no tener el accidente.Conclusión número 2. La compañía aseguradora, corre un riesgo ILIMITADO. Si su asegurado se estrella, tendrá que correr con todos los gastos, sean de la cuantía que sean, y por ello, por correr semejante riesgo, tan sólo tiene la posibilidad de un beneficio limitado a lo que le han pagado por la póliza, en caso de que su asegurado tenga la fortuna de no tener el accidente.
En efecto, el comprador de una opción tiene su riesgo limitado a la prima pagada, mientras que el vendedor tiene su beneficio limitado a la prima recibida, y un riesgo ilimitado en caso de que su cliente tenga el temido (por los dos) accidente. Es evidente, por tanto, que hay que ser tonto para tomar un riesgo ilimitado a cambio de un posible beneficio limitado. Eso es lo que se suele decir en la mayoría de los artículos que hablan de opciones. En base a eso, se puede deducir que el mundo está plagado de GILIPOLLAS (con perdón) que crean compañías de seguros. Hay que ser estúpido para montar compañías que, a cambio de primas limitadas, corran con riesgos ilimitados.
Seguros, primas y opciones
¿Hay alguien entre los hipotéticos lectores de este mensaje, que realmente piense que los dueños de las compañías de seguros son gilipollas? Puede ser que lo sean, pero en ese caso, son unos gilipollas cargados de dinero hasta las orejas. ¿Cómo es posible que, corriendo riesgos ilimitados a cambio de primas limitadas, no pierdan hasta los calcetines?.El motivo reside en que la estadística demuestra que el total de los gastos que conllevan los accidentes, no superan, ni mucho menos, el total de lo recaudado en concepto de primas. Por fortuna, la mayoría de los asegurados no tienen el accidente. La inmensa mayoría de los asegurados, pierden el total de lo pagado al seguro porque durante el periodo de duración de este, no tienen ningún accidente. Hay otra parte, que, teniendo el accidente, este es leve y los gastos de reparaciones son inferiores a la prima pagada. Los accidentes cuyos gastos superan la prima pagada son una inmensa minoría. Eso hace que la estadística se decante a favor de las compañías de seguros. A lo mejor, sus propietarios no son tan gilipollas como podía parecer, ¿no?
Pues eso es lo que ocurre con las opciones. La estadística demuestra que el 50% de las opciones que cotizan en un determinado vencimiento, vencen sin valor (esto es por definición, no por estadística), y sólo el 50% tiene algún valor. De ese 50%, hay un interesante porcentaje que, llegando a vencimiento con valor, ese valor es inferior al precio pagado (sólo hubo que arreglar un retrovisor). Concretamente (esto sí es estadística) sólo el 13% de las opciones otorgan algún beneficio a sus compradores. Las cartas están sobre la mesa. Cuando vayamos a operar con opciones, sólo tenemos que decidir de qué lado estar, si ser asegurado o ser compañía aseguradora. Incluso puede que haya ocasiones en las que interese ser las dos cosas a la vez.
Hasta la próxima.
Amenophis.