En el mundo de la inversión a largo plazo hay un mantra casi indiscutible, comprar empresas excelentes y mantenerlas indefinidamente.
Peter Lynch lo resumía así: “Vender a los ganadores y mantener a los perdedores es como cortar las flores y regar las malas hierbas” Warren Buffett va incluso más allá: su horizonte ideal de inversión es “para siempre”.

Philip Fisher, por su parte, afirmaba que, hecho el trabajo al comprar una acción, el momento de venderla es… casi nunca. Con este enfoque en mente, cabe preguntarse, ¿cuándo sí es razonable vender?
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Filosofía de los Grandes Inversores
Los grandes de la inversión a largo plazo suelen abogar por la paciencia. Buffett ha señalado que su periodo de tenencia favorito es eterno y critica a quienes se apresuran a liquidar empresas en alza mientras aguantan las que caen.
Fisher resumía su enfoque: “si el trabajo se ha hecho bien al comprar la acción, el momento de venderla es… casi nunca”.
Nick Sleep, gestor de la famosa sociedad Nomad, llevó esta idea al extremo: al cerrar su fondo en 2014 recomendó a sus inversores solo mantener Amazon, Costco y Berkshire Hathaway durante la próxima década. En conjunto, la regla general es mantener los ganadores, pero siempre revisando que los fundamentos sigan intactos.
Lo que realmente queremos evitar, es vender en la marca roja:

Pero también queremos vender en la marca roja para evitar el lastre psicológico que supondría esto:

¿Cuándo Vender entonces?
Las ventas en las carteras de largo plazo no obedecen a gráficos ni pánicos, sino a cambios en los fundamentales.
Vender tiene sentido cuando los motivos originales de la inversión han cambiado.
Entre las razones que personalmente creo que nos puede dar un motivo de venta son:
- Tesis de inversión rota. Si la historia que fundamentó la compra se rompe (p.ej. caen ingresos, emerge competencia imprevista o cambia la dirección), lo prudente es vender. Lynch aconseja no aferrarse solo porque ya invertimos tiempo, hay que considerar los costes hundidos y seguir adelante. Por ejemplo, si entramos en un minorista esperando crecimiento online y vemos que no cumple las previsiones por mala ejecución, la tesis original queda invalidada y conviene salir. ¿Alibaba?
- Ventaja competitiva en peligro. Cuando desaparece el moat o las barreras de entrada, incluso las grandes empresas pueden estancarse. Buffett aplicó esto con IBM, en 2017 reconoció que poderosos competidores (“Amazon Web Services” y otros) le habían “quitado viento a las velas” al negocio de IBM, así que decidió vender parte de sus acciones cuando superaron los 180 USD. Es decir, al constatar que la ventaja del negocio se erosionaba, rebajó su valoración y liquidó posiciones.
- Mala asignación de capital. La calidad del equipo gestor es clave. Si la dirección despilfarra recursos, hace adquisiciones pésimas o aumenta deuda sin control, destruye valor para el accionista. Buffett destaca que los “errores de gestión” (capital mal reinvertido, decisiones contrarias a los accionistas) reducen la confianza en la rentabilidad futura En esos casos, vender es protegerse de gestores que no crean valor.
- Sobrevaloración flagrante. Aunque la idea es dejar correr a los ganadores, hay ocasiones de euforia extrema en que conviene realizar ganancias. Un ejemplo reciente fue Zoom, en 2021 llegó a cotizar a más de 100 veces sus beneficios anuales. Quienes vendieron entonces «en zona sobrevalorada» capturaron beneficios y evitaron la fuerte caída posterior cuando el crecimiento se moderó. Si el precio de mercado está muy por encima del valor intrínseco, por ejemplo por hype o “manía” del mercado, tiene sentido vender.
- Oportunidades superiores. El coste de oportunidad en la inversión existe. Si surge una oportunidad claramente mejor (un negocio excepcional a precio atractivo), puede ser sabio vender para reasignar el capital. Buffett aplicó esto en 2020, tras la caída del mercado por la pandemia, concluyó que había usos más rentables para el capital de Berkshire y vendió sus acciones de aerolíneas (invirtió en American, Delta, United y Southwest en 2016). Como explicó Buffett, “el mundo ha cambiado para las aerolíneas” tras el shock de la demanda, por lo que prefirió recomprar acciones de Berkshire antes que aguantar ese negocio en depresión.
- Rebalanceo de cartera. Con el tiempo, algunas posiciones pueden crecer hasta dominar la cartera y concentrar riesgo. Lynch y otros recomiendan evitar esto. Por ejemplo, si un valor representara el 50% de la cartera (como podría suceder con Tesla en cierto escenario), reducir esa posición rebaja el riesgo sin renunciar al negocio subyacente.
- Nunca vender por pánico o moda. Inversores legendarios advierten que no se venda por una bajada de precio puntual ni por seguir la corriente. La volatilidad diaria suele desalinearse de los fundamentales. Apple cayó casi 40% en 2018 por temor al iPhone, pero luego triplicó su valor en cinco años. Esto refleja que una caída temporal no equivale a un cambio en el negocio. Por ello, antes de vender pregunte: “¿Ha cambiado algo en la ventaja competitiva a largo plazo?”, “¿Son temporales las noticias?”, “¿Mis expectativas de beneficios siguen intactas?”
Casos Históricos
Para concretar estos principios, veamos algunos ejemplos reales:
- Aerolíneas (Buffett, 2020). Berkshire Hathaway compró participaciones enormes en las cuatro mayores aerolíneas de EE. UU. en 2016, apostando a que la industria consolidada generaría rendimientos. La pandemia rompió esa tesis. Buffett declaró: “El mundo ha cambiado para las aerolíneas”, y a principios de 2020 anunció que vendería toda la posición en American, Delta, Southwest y United. Aunque obtuvo beneficios antes del crash, prefirió liquidar tras concluir que el impacto del Covid-19 y los cambios en los viajes reducían drásticamente el potencial futuro.
- Nomad Partnership (Nick Sleep y Qais Zakaria). A la inversa de Buffett, Nick Sleep ejemplifica el caso de no vender nunca. Su fondo Nomad batió a los índices durante 13 años manteniendo pocas acciones de altísima calidad (Amazon, Costco, Berkshire, etc.). Al finalizar en 2014 recomendó a los inversores “simplemente mantener Amazon, Costco y Berkshire Hathaway” durante la próxima década. En otras palabras, mientras no cambien los fundamentos de esas empresas, no había motivo para vender nada. El rendimiento acumulado lo avaló.
- Gestión de ganancias (Fisher). Fisher advertía que muchos inversores pierden dinero por el hábito contrario: vender los buenos activos por ansiedad y aferrarse a los malos hasta empatar. Su filosofía era cortar pequeñas pérdidas y dejar crecer los éxitos. Este enfoque implicaría vender una acción que ya no cumple la promesa inicial (por ejemplo, tras un cambio de dirección) y no vender solo porque la acción ha subido “demasiado”. Este consejo conecta con el de Lynch y Buffett: no se debe sacrificar el crecimiento futuro de un negocio sólido por obtener un beneficio moderado.
En Resumen
- Fíjate en los fundamentales.
- Queremos a los campeones.
- Vende cuando cambie la realidad.
- Vende para buscar lo mejor.
- No hagas market timing.
Vender acciones no está prohibido en las estrategias a largo plazo, pero debe hacerse con criterio. Buffett, Lynch, Fisher y Sleep coinciden en no sacrificar el potencial futuro de un gran negocio por satisfacciones inmediatas.
Vender solo tiene sentido cuando la lógica económica lo demanda.
Hasta la próxima,
David.